La revolución venezolana en los umbrales de su mayoría de edad

En movimiento nuevamente…

La movilización permanente se ha convertido en el axioma que anima la organización social y el avance político de la revolución bolivariana. Es común observar entre los venezolanos y venezolanas afines al proceso de cambios una disposición casi inagotable a través de la cual se canalizan respuestas a las amenazas veladas del imperio y se contra restan las embestidas de la oposición local.

La muy agitada dinámica no le permite a muchos asimilar las variadas y abundantes iniciativas que se registran por vía de la implementación de políticas públicas gubernamentales, como de experiencias particulares, nacidas en el ámbito de las comunidades. Se trata de una rebelión de los pobres que no admite el estancamiento de sus aguas. La administración de dos, tres, varios frentes abiertos al mismo tiempo es habitual entre quienes ya se han acostumbrado a no estarse quietos. La praxis transformadora se ha vuelto instrumento de profundización del proceso “los seres humanos al hacer se hacen”.

El Presidente Chávez ofreció enrumbar al país por los derroteros del socialismo si las mayorías le acompañasen en las elecciones de diciembre 2006, así resultó ser y como es costumbre de quien cumple sus promesas, así se ha venido haciendo a lo largo del presente año. La transición al socialismo, aún cuando proceso de denso fluir, necesariamente supone una sacudida inicial, con ella, acciones radicales, abruptos golpes de timón cuidando de que la nave ni naufrague ni termine marchando a la deriva.

Venezuela es por antonomasia el centro del interés mundial, este año particularmente ha sido “noticioso”. Desde la renacionalización de la compañía telefónica hasta el “incidente” con el monarca español, el proyecto bolivariano siempre tiene algo que contar o siempre es víctima de los fuegos a discreción de los centros de poder imperial. ¿Por qué no se aquieta? Pudiera parafrasear quien ignora que las revoluciones son hijas del amor y la utopía alcanzable que animan el desplazamiento y la procura. No se aquieta el deseo de las multitudes en pos de su realización integral y la igualación de las capacidades humanas.

El goteo permanente es tanto una estrategia como una forma de vida, sino de sobrevivencia de la revolución, así ha venido siendo y así ha de continuar. Hurguemos entre los no muy amarillo papeles de su historia reciente para presentar evidencias de su inusitado discurrir…

¿De dónde se viene, hacia dónde se va?

Se viene de la construcción contra hegemónica, y se procura el socialismo sin atajos revolucionarios ni acortamientos históricos. En tal sentido, se ha promovido una extendida política de redistribución del ingreso nacional, para el 2008 se ha destinado  más del 50 % del presupuesto del país a la inversión social.

Se ha avanzado significativamente en la disminución de la pobreza, 98 de cada 100 personas comen tres veces al día; de igual manera ha aparecido el ahorro entre los estratos C, D y E de la población, al tiempo que el índice de consumo socialmente necesario de los sectores históricamente excluidos se ha incrementado drásticamente. Todo ello producto de una extendida campaña de financiamiento a los pobres, la implementación de un sistema de capacitación para el trabajo, la rearticulación de un nuevo tejido productivo estatal-popular, el incremento de la participación también productiva (cogestión, empresas recuperadas, cooperativas, Empresas de Producción y Propiedad Social, sindicatos, Consejos de trabajadores…) Venezuela posee el mayor salario de Latinoamérica y ha profundizado una agresiva reforma agraria reasignando latifundios recuperados a colectivos humanos y no a particulares.

La mayoría de los logros gubernamentales se han cristalizado a instancias del protagonismo del pueblo organizado, cada vez más consciente y movilizado. La irrupción del poder popular se cuela por entre todas las rendijas: Diagnósticos y Presupuestos Participativos; Planificación centralizada y democrática; Asambleas de ciudadanos(as) y sectoriales; Comités bolivarianos, mesas técnicas…Consejos Comunales, Consejos Locales de Planificación Pública; Diagnósticos participativos; Presupuestos participativos; Gestión comunal de proyectos; Contraloría social de la acción pública y de la propia acción ciudadana; Gabinetes móviles, Misiones sociales, etcétera.

Punto de no retorno

Habiéndose avanzado en la agenda social, política, cultural y económica; habiéndose trascendido la etapa paliativa, de carácter asistencialista de los primeros años de inexperiencia y luego la etapa de asentamiento estructurante de los últimos cuatro años, con alas propias y fortalecidas, se emprende la marcha profunda en aras de profundizar los programas gubernamentales de corte socialista, la instauración de nuevas relaciones sociales y de producción, la elevación de la conciencia ciudadana, la satisfacción de sus necesidades reales, la irrupción plena de la participación protagónica; el rediseño de un Estado que procure soluciones dejando de ser parte del problema; la adopción de un nuevo marco jurídico, entre otras medidas, conforman el cuerpo de aspectos centrales para la transición al socialismo.

Sin decretos, improvisaciones ni imposiciones

Todo ello se aspira seguir realizándolo en términos de proceso y por si fuese poco, pacíficamente. Se sabe que con la mera modificación de la base jurídica no se le da forma a una nueva sociedad. Persé los contratos sociales de convivencia demandan implementación práctica, voluntad política y consenso social para materializarse. La modificación constitucional es un paso necesario de la revolución bolivariana si realmente aspira volverse socialista, forma parte de lo que pudiéramos denominar su evolución natural, no el fin en sí mismo, pero si una condición significativamente importante. En este marco cabría interrogarnos: ¿Están maduras las condiciones en Venezuela para el socialismo?

Ni el debate desplegado en torno al proyecto de reforma, ni el triunfo electoral de la opción socialista en el referéndum del 02 de diciembre próximo, ni su derrota, darán cuenta de ello. Tan sólo los resultados de la hechura societal nos lo podrá decir. Tengo la percepción de que se ha activado un mecanismo que ha venido adquiriendo vida propia. De los episodios precedentes, de los propios errores cometidos y de las omisiones, también de los aciertos se ha aprendido. El carácter experimental que asume el proyecto emancipador posibilita y potencia los aprendizajes.

Con la experimentación se ha avanzado y se aspira alcanzar un punto de desarrollo superior a la luz de la puesta en ejecútese de la citada reforma, veamos:

El proyecto constitucional reconoce la propiedad social sobre los medios de producción, también la privada. En el caso de los medios de producción sociales, no sólo el Estado les administra sino también las propias comunidades organizadas. Hasta ahora las comunidades se han venido conformado en cooperativa, las cuales reciben de parte del Estado apoyo técnico, capacitación y educación, financiamiento, asistencia, asignación de activos, en muchos casos títulos de propiedad de tierras desafectadas del latifundio. Ahora se busca otorgarles la propiedad de empresas generadoras de bienes o servicios, como valor agregado a la producción de materias primas.

De forma simultánea, las comunidades han venido articulando iniciativas que propenden a la gestación del poder popular. Véanse los Consejos y Bancos Comunales.

Si una comunidad, a través de sus Consejos Comunales, y la agregación de éstos en Comunas Socialistas reciben en propiedad un activo, supongamos, una planta procesadora de algún alimento, ¿qué harán con los excedentes?, respuesta fácil: redistribuirlos entre la propia Comuna por vía de la determinación de las necesidades priorizas, a través del método del presupuesto participativo. En este caso, la población no debe esperar a que el Estado destine recursos para solucionar sus problemas, encamina sus propias acciones en paralelo a la actuación pública asumiendo su papel de máxima corresponsabilidad.

Queda claro entonces el carácter progresivo de todo proceso de empoderamiento. Hacer realidad la muy manoseada consigna “todo el poder para el pueblo” supone una agenda educativa previa. Con todos estos años de siembra bolivariana se ha configurado un escenario propicio para emprender un raudo y firme salto adelante. En nuestro caso, la experiencia ha demostrado que se precisa ir despacio cuando se tiene prisa. No obstante, la hipotética no aprobación del proyecto de reforma tras la consulta, independientemente de las justificaciones de campaña, significa la no preparación de las condiciones objetivas y subjetivas para dar el empuje socialista, en consecuencia se amerita su traslación para futuros escenarios.

Los elementos sustantivamente socialistas de la reforma constitucional

Así pues, resulta relevante caracterizar el conjunto de rasgos constitutivos contenidos en el proyecto de reforma que prefiguran la arquitectura socialista al tenor de la especificidad venezolana.

Concretar el poder popular, ello supone: el otorgamiento de rango constitucional al nuevo poder emergente, reconociéndose los Consejos del pueblo, las Comunas, etc.; la transferencia de competencia de gestión pública directamente a las comunidades, sin mediación de autoridades locales o regionales; la recolocación de la toma de decisiones, ahora centrada en la población y no en intermediarios o representantes.

Fortalecer al Estado y hacerle eficiente para empoderar, para delegar poder a la ciudadanía, esto es, refundar instituciones públicas basadas en la satisfacción de las necesidades materiales y culturales de la población, sin que se derive en un control totalitario de la sociedad por parte de nomenclatura alguna. En Venezuela nunca ha existido un Estado que se coloque del lado de las mayorías, que asuma la eficiencia como un paradigma de bienestar para la población.

Ampliar los derechos humanos y las garantías sociales ya consagrados en la constitución vigente: reducción de la jornada laboral a 6 horas diarias y humanización del trabajo; postulación paritaria de género para cargos de elección pública; seguridad social para los trabajadores informales o no dependientes, incluidos los activadores culturales; protección del hogar declarado como vivienda principal; reconocimiento de la interculturalidad y la diversidad étnica, valoración de las raíces indígenas, europeas y africanas; etc.

Dar forma al modelo económico socialista, a instancias del reconocimiento de un régimen de propiedad mixto; la construcción de un nuevo tejido productivo; el fomento de empresas de producción y propiedad social orientadas al desarrollo humano integral; el combate a la concentración y centralización de la propiedad vía prohibición expresa de monopolios y latifundios; la reserva exclusiva en manos del Estado de la exploración y explotación de todos los tipos de hidrocarburos; la planificación democrática de la sociedad; el manejo autónoma de las reservas internacionales excedentarias, etc.

Diseñar una nueva geometría del poder, la cual supone un enfoque eco-socialista y la identificación por parte de la propia gente de los ámbitos geográficos para la mejor participación política, social, cultural y económica.

Oposición venezolana: Entre el golpe suave y la participación electoral

La oposición venezolana está nuevamente dividida en al menos dos posiciones: ir a votar o abstenerse. La campaña emprendida por quienes aceptan las reglas democráticas se orienta a la satanización del proyecto de reforma, deformando los contenidos de ésta e intentando sembrar temores entre la población. Sus alegatos más recurrentes se basan en proyectar mentiras: la propiedad privada desaparecerá una vez afianzado el “sistema comunista bolivariano”, la reelección presidencial continua supone un mandato indefinido de Hugo Chávez al frente de la presidencia de la República.

Un escenario muy probable está asociado a la posibilidad de que se registre, como en similares eventos electorales no presidenciales del pasado, una alta abstención, lo cual refuerza la pretensión deslegitimadora del gobierno y favorece planes desestabilizadores.

Estos sectores se pasean por otros escenarios, auspiciar un golpe suave. Como se sabe, este tipo de guerra asimétrica  se fundamenta mediante la utilización de técnicas donde se armonizan variados métodos de lucha, encubiertas en la No Violencia. Véanse los ejemplos de Ucrania y Georgia en 2004 y 2003, respectivamente.

Se trata de una suerte de prolongación del formato desarrollado en los meses y semanas previas al golpe de Estado en Venezuela. En la actualidad, los procedimientos de desestabilización han seguido las mismas pautas. Esto es:

Fijación de matrices de opinión basadas en descréditos al funcionamiento de las instituciones públicas; planes de desabastecimiento, operación de incremento del dólar paralelo, intentos de paralización del transporte público, sabotajes de otros servicios, exaltación de los prejuicios anticomunistas, denuncias de castración de libertades de expresión y manifestación, fomento de conflictos, trancas, tomas y movilizaciones de calle, rumores de posibles alzamientos militares, etc.

En la táctica del golpe suave, bajo el disfraz de la No Violencia se esboza no en la destrucción de las fuerzas encontradas, empleando procedimientos militares clásicas, por el contrario, se plantea la neutralización política y/o psicológica, lo cual es equivalente -en un momento crítico de ingobernabilidad-al efecto derivado de una guerra de desgaste. El fin último, alentar un pronunciamiento militar o animar una intervención de fuerzas extranjeras.

No cabe duda que lo que está en juego en este nueva coyuntura de la revolución bolivariana está asociado a la posibilidad cierta de que la misma prosiga su avance en los ritmos y con la velocidad que le es propia, o se detenga, o peor aún, retroceda. Pero la atrofia no es común en los casos de los adolecentes que se han bien alimentado y asumen un esquema de vida disciplinado. Es innegable que presenciamos la mayoría de edad de un proceso emancipatorio, el venezolano, y ello se asocia a la cristalización de un nuevo pacto social inspirado en el socialismo. No cabe duda, por estos días, derrotar al socialismo del siglo XXI, es la máxima prioridad del capitalismo global.



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Haiman El Troudi

Ex-ministro de Transporte y Obras Públicas entre 2013 y 2015. Ingeniero de Sistemas egresado de la Universidad de los Andes, planificador, investigador, docente y escritor. Diputado Asamblea Nacional Venezuela. BLOG: https://haimaneltroudi.com/

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