Apenas se han terminado de conformar los equipos regionales del nuevo partido y su presidente ha anunciado que será duro con la disciplina; tanto, que prefiere perder territorios en esta guerra, donde tan importante es Santa Elena de Uairén como Maracaibo, a tener que volverse a calar “malas conductas” como las del PCV, UPV, Tupamaros, Gente Emergente, MEP, PPT y ni hablar de los ex camaradas de PODEMOS.
No es nada fácil crear un partido, sobre todo si su objetivo estratégico, es realizar una revolución, que de verdad sea puesta a favor de los intereses de los ciudadanos y no de los directivos de la misma organización que se pretenda constituir; y en este propósito, por lo insistente que ha sido el camarada Chávez, al menos él, cree que es posible su concreción; pero, ¿podremos decir lo mismo del resto del equipo que le acompaña a nivel nacional y los recientes equipos que acaba de juramentar y amenazar con la férrea disciplina o posibles sanciones?
Ese estado mayor que se está estrenando y que dirigirá una de las batallas, más o tan importante como la de los días de abril, viene en su mayoría de perder el combate de la reforma, eso sin poner de ejemplo a la directiva del Zulia, que se ha caracterizado más por las divisiones y las derrotas, que por las victorias al enemigo.
De allí que cuando le escuché al presidente de la organización recién constituida, señalar que había que deslastrarse de la vieja cultura del protagonismo individual, del infantilismo, el clientelismo, de la burocracia y la corrupción, se me prendieron las antenas que me indican, que si la lucha debe comenzar por allí, es porque el enemigo está adentro y sigue vivito y coleando.
El ciclo que se cierra con las designaciones de estas directivas, deja dos grandes enseñanzas: la primera de ellas, es que la unidad no se decreta, ni se impone y mucho menos se consigue destruyendo lo poco que sobre ella se haya construido; y sino, revisen el trecho andado y verán que a pesar de la exigente disciplina y el peso del liderazgo del proponente; hoy, casi todas las organizaciones que habían decretado su “disolución”, junto al naciente aparato político, remendaran el viejo polo patriótico.
La otra rica enseñanza y que debe ser un referente para la directiva nacional del PSUV, es la que nos legó el viejo camarada Lenin, cuando en una de sus carta al comité de Petrogrado, a propósito de la disciplina y contradicciones que se presentan entre los revolucionarios, señalaba: "Si ustedes, camaradas, tienen razones serias y de peso para no confiar en el Comité Central, díganlo abiertamente. Esta es la obligación del Comité Central, prestar especial consideración a esta desconfianza de ustedes, informar sobre ella en el congreso del partido y entablar negociaciones especiales con el fin de superar esta deplorable falta de confianza en el Comité Central de parte de la organización local". (Actas del primer Partido Comunista legal, p. 129). Comités de Distrito de la Organización de Petrogrado del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (bolchevique), 31 de mayo de 1917.
Así las cosas, evitemos entonces que este partido se caracterice más por la disciplina y las sanciones, que por las ideas y la democracia interna; porque con ello, estaríamos también evitando que el presidente del partido algún día de estos, tenga que cumplir su palabra e infórmanos de que le toca irse, porque se cansaron de sus peroratas.
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