Al contrastar las visiones del mundo que pregonan, comentan y expresan líderes mundiales o gente común, aseguramos que algo importante está sucediendo en este planeta, son posiciones que generan fuertes sentimientos y nos lanzan en la búsqueda de respuestas en la noble posición de sujetos en la preservación de la humanidad, así como en la conquista de un mundo mejor. Sin duda lo que observamos son actitudes muy contradictorias.
En estos últimos días hemos estado escuchando al presidente Chávez en la misión de dar a conocer al país los proyectos de desarrollo, inicio de éstos, inauguración de otros, como una forma de encaminar a Venezuela hacia "el socialismo del siglo veintiuno"; por otro lado, la oposición venezolana se ha volcado a la convocatoria de marchas, protestas y otras actividades con una muy estructurada línea con miras a la desestabilización del país.
El pasado domingo, tuvimos la oportunidad de escuchar a los habitantes de Isla de la Juventud, en Cuba, una de las regiones afectadas por el huracán Gustav, donde a pesar de haberse quedado sin casas y perdido todos sus bienes, gritaban: "confiamos en que la revolución nos brindará apoyo y nos ayudará a salir de este problema, ¡viva Fidel, viva Raúl, viva la revolución!" en un gesto donde se mezcla el dolor pero se realza la lealtad y la fe en los líderes, además de la confianza en el proceso que ellos viven. Contrasta con lo sucedido hace tres años con el huracán Katrina.
Por otro lado, mientras la población espera la aplicación de las últimas leyes habilitantes aprobadas, convencidos que éstas redundarán en beneficios para todos, la oposición recoge firmas para oponerse a su ejecución, con unos alegatos que no convencen a la mayoría. Están en su derecho, pero su actitud va en contra de hechos que favorecen a la población, independientemente de su posición política.
El dinero, el consumismo, el capitalismo está por encima de sentimentalismos y deseos por un mundo mejor, cuando éste debe funcionar sólo para algunos y los demás que sufran las consecuencias, las injusticias están acabando con el ser cuando el tener es el principio de esta alocada carrera del capitalismo. Son dos visiones del mundo, una donde el valor está dado por la capacidad de acumular capital sin importar el hombre y la otra, con una visión integral, donde cada persona pueda alcanzar el verdadero valor de la existencia. Patria y socialismo.
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