A partir de
principios del año 2009, el asunto de la economía y la Gran Crisis,
tomó un giro dramático.
Por doquier
se veían los estragos dejados por la profunda recesión y contracción
de la Economía Mundial. Las primeras victimas “colaterales” fueron
los millones y millones de pobres afectados, quienes entraron en el
estado de “Pobreza Desesperada”, que es la condición precaria de
no poder siquiera comer en días. En cualquier momento llegaron a sumar
más de 3 Mil millones de indigentes alrededor del planeta
Aparte de los
culpables del desastre, es decir, Los Estados Unidos, países de Europa
y algunos de Asia, quienes cayeron en el torbellino del caos, fueron
cayendo otros países incautos, quienes no tomaron ni una sola medida
seria para escapar del remolino.
La frontera de Estados Unidos y Méjico, quien es la verdadera frontera entre el Norte y el Sur, se volvió tierra de nadie. El gobierno mejicano colapsó debido a su maldita relación fronteriza con el gigante agonizante y las políticas de su clase dominante por servirle “la cama al Norte”.
Muchos pensaban
que la agonía podría ser de 10 a 15 años, pero se equivocaron, pues
ya al final del 2009, se veían los restos humeantes del gran desastre.
El compatriota latinoamericano, José Quiroga, emigrado forzado desde Centroamérica y reclutado como carne de cañón a Irak, nunca pensó que sus días de peligro en Bagdad, iban a terminar súbitamente cuando fue devuelto a seguir pelando bolas a las calles de Oakland, California, su antiguo hogar.
Caminado por los alrededores del lago Merritt, en el centro de Oakland, se reía sólo, al recordar que sus amigos de pelotón enviados a Afganistán, nunca llegaron a establecerse en contra de los Talibanes, pues la Gran Crisis, igualmente acabó con estos planes. En Irak volvió al poder los sunitas y en Afganistán los talibanes. Israel resistía ataques diarios de sirios, palestinos y hasta jordanos juntos en un solo ejercito...
Al principio
esta especie de “Tormenta Perfecta Económica”, se inició con un
lento desplazamiento de habitantes quebrados y sin bienes, hacia el
campo, en busca de sitios nuevos denominados “Las nuevas ciudades
de los sin casa”. de esta forma alrededor de las grandes ciudades
del mundo capitalista, se fueron formando increíbles y extensos bolsones
de miseria, delito y tráfico de drogas, incluso más grandes que los
mismos centros urbanos de donde procedían. Especialmente esto trajo
como consecuencia un alza espectacular de los alimentos, de la gasolina
y de las drogas. Matar y morir en las “Ciudades Miseria”, era cuestión
tan rutinaria, que ya nadie perseguía ningún delito.
Los llamados “pudientes” o que aún conservaban parte de sus ganancias y los nuevos ricos provenientes de las mafias de las drogas y la especulación con los alimentos, se atrincheraron en las llamadas “Ciudades Blancas” (White Cities). Establecieron fronteras con muros y barreras electrificadas y se aprestaron a resistir cualquier embate de los hambrientos. No pudieron resistir demasiado.
La Internet
dejó de existir y los cybers ataques, acabaron con la cibernética
capitalista y el control financiero.
El hambre y
el hedor, igualmente invadieron a Suramérica, afectando severamente
a Colombia, Perú, Brasil, Uruguay y Argentina. Casi todos estos
países igualmente colapsaron y los desplazados o nuevos refugiados
trataron de invadir a países vecinos menos afectados.
En Caracas
se inició lentamente la turbulencia, pero con olas muy moderadas. Al
principio los especuladores trataron de iniciar una “Guerra de los
Alimentos”, para tratar de acapararlos o subirles el precio a límites
insoportables. El gobierno reaccionó con dureza y esto los hizo moderarse
algo. Luego varios bancos amenazaron con desequilibrios y fueron nacionalizados
de inmediato. Venezuela tuvo que cerrar sus fronteras con Colombia y
Brasil, debido a la avalancha de refugiados. Casi todos los vuelos externos
quedaron paralizados, pues ya nadie quería salir del país y a nadie
se le dejaba entrar.
Las importaciones se redujeron casi a nada y se inició una era de austeridad controlada, en donde se privilegiaba la producción interna de alimentos y bienes nacionales. La gente comprendió que ya no era posible seguir viviendo en el perfecto consumismo capitalista, irresponsable y depredador.
Las exportaciones
de petróleo continuaron a nuevos destinos, tales como Suramérica y
China. La demanda mundial bajó a la mitad, pero los precios se mantuvieron
cerca de los 150$ el barril. Venezuela continuó su desarrollo, gracias
a una sabia previsión y auto protección del gobierno.
Un sector de venezolanos trataron de subvertir el orden al verse impedidos de huir a otros países, especialmente Los Estados Unidos o de sacar sus ganancias en dólares al exterior, debido al férreo control de cambio, el cual se hizo casi total, esto causó que los más alienados intentaran darle una patada a la mesa, pero fracasaron y fueron reducidos.
El pueblo apoyaba
las medidas y las aceptaba al compararse con los países vecinos, en
donde el caos, la muerte y el desorden llegaban a límites de vértigo.
En Colombia la guerrilla inició una especie de ofensiva del “Tet”,
arrolladora.
Así las cosas,
se supo la noticia del derrocamiento del gobierno gringo por una pandilla
derechista enloquecida de WASPS debido a las insoportables pérdidas,
esto vino a profundizar aún más el desastre del Norte.
Cuando pasaron
los años, muchos países habían desaparecido formalmente de la faz
de la tierra y los nuevos enclaves se establecían en base a principios
primarios de supervivencia y solidaridad social. Ya el Libre Mercado,
la Ganancia y la Sacrosanta Propiedad Privada, dejaron de ser las únicas
guías para vivir y producir.
La mancomunidad del Sur, encabezada por Venezuela, Ecuador, Nicaragua, El Salvador, Panamá, Bolivia, Cuba y varios países del Caribe, se constituyó en el nuevo centro del mundo hacia el sur.
El Norte y Europa, se convulsionaban en una entropía de desorden e intentos de control por grupos sociales.
En Asia se
mantenía China como centro económico, aunque con mucha reducción.
Rusia dominaba Europa, junto a Irán y Bielorrusia. África se mantenía
muy golpeada, pero serenamente incólume.
El Nuevo Mundo,
surgió como “La Reina de las Naciones” e se inició la era de mostrarle
al viejo mundo, la nueva grandeza.