Admito que los medios totalitarios dicen algunas verdades: la fecha del día, los novios de Paris Hilton y hasta que Manuel Zelaya trató de entrar en Honduras.
Pero también mienten simplemente, cada día más. Te dicen sin pestañear que Venezuela es un Estado narcotraficante, sabiendo que embaucan deliberadamente con fines criminales. Pero eso no es lo más alarmante, porque es finalmente muy sencillo, aunque no fácil, desmentir mentiras tan exorbitantes. Es difícil porque hay mucha gente tonta y la Filosofía deberá seguir estudiando qué hacer con la estupidez humana. Pero divago.
Lo grave es cuando te mezclan verdades con mentiras, componiendo la verdad en función de un sistema de mentiras y villanías. Un artículo contra la burqa, por ejemplo, que te dice verdades como que una mujer bajo ese trapero es un ser humano anulado, sin identidad, una cosa que no es reconocida ni admitida como individuo humano autónomo. Apenas se sabe que es una mujer genérica, una de tantas, estadística, ajena, tan ajena que no se posee ni a sí misma, porque su rostro y su presencia humana pertenecen a un marido que la esclaviza. Etc. Creo que todo eso es verdad. Podemos discutirlo si quieres, pero, dicho así, no me presenta mayores dificultades para ponerme de acuerdo. El problema no está ahí sino cuando esa verdad, si lo es, se instrumenta para justificar genocidios, para imponer el imperio protestante sobre Iraq, Irán, Afganistán. El colmo es que en Iraq no había mayormente burqas ni velos porque era un país bastante laico él, aun bajo Sadam Huseín.
Algo parecido pasa con la violencia criminal que estamos viviendo en Venezuela. El malandro no se limita a robarte sino que te secuestra, te golpea, te mata delante de tus hijas. Fuera de considerar la violencia inducida desde fuera por razones políticas, también es cierto que esa violencia real se invoca para justificar acciones insurreccionales para imponernos una dictadura hondureña, para poner efigies de Chávez ahorcado, para desatar el fascismo ordinario de la dirigencia opositora venezolana.
Los medios cada día usan menos verdades inútiles como que lloverá mañana, sino que las instrumentan cada vez más para los fines del terrorismo y el totalitarismo mediáticos.
roberto.hernandez.montoya@gmail.com