La verdadera oposición

Hasta las piedras saben que la verdadera oposición no es el aquelarre que se nuclea en la Mesa de la Ultraderecha (MUD), autodenominada "Mesa de la Unidad", que paradójicamente, está padeciendo una guerra de egos, traiciones intestinas, echaderas de dedo y cualquier clase de desórdenes existenciales que legitiman el concepto de "disociación psicótica".

La práctica ha evidenciado, que la verdadera oposición es otra, aunque más peligrosa y, tal vez, más efectiva para los fines de la derecha golpista. Esa oposición está directamente tutelada por el Departamento de Estado de EEUU y su personal subalterno de su Embajada en Venezuela, en donde un secretario, el mensajero o cualquier analista o transcriptor de datos, está facultado para ser un jefe al que la oposición criolla obedece y escucha silenciosamente, desde sus insultos contra nuestra Patria en las largas colas para que les den visa de turista o transeúntes, hasta los planes golpistas que coordinan con las autoridades universitarias que se nuclean en la AVERU, razón por la cual, para el golpismo, cada una de estas universidades representa un cuartel general o un batallón, desde donde reclutan soplones de la CIA y entrenan personal para cometer crímenes y delitos, como los que vimos en las fallidas guarimbas, muy mal disfrazadas de protesta estudiantil.

Por otra parte, está toda la plutocracia criolla, que una vez se montó por unas horas, en el poder, con Pedro Carmona Estanga a la Cabeza de un gobierno de empresarios de Fedecámaras, Venamcham y la CAVECOL, entre otras, razón por la cual no nos es extraño que los embajadores de Colombia y Canadá (Colonia de EEUU), estén muy comprometidos en la conspiración con los sectores extremistas, para derrocar al Presidente Nicolás Maduro.

Esa plutocracia criolla tiene su ungido, designado desde Washington, quien con sumo cuidado, se mueve en todos los escenarios, gracias a la arepa y el vicio por la cerveza, que han sido estudiados como acicates para un estado de necesidades, por expertos asesores, que hacen ver al narcoasesor aquel, como un pendejito que seguirá vistiéndose de negro, por siempre.

Mientras tanto, todos los sectores tutelados por el US Embassy, bordean la delgada línea entre la legalidad y la ilegalidad: desacatan leyes como la LOE, desconocen a la Contraloría General de la República (CGR), sin enfrentarla, solo ignorándola (ejemplo: no liquidan los Fondos de Jubilación, ni reintegran dinero al Estado y ahorristas), obstaculizan la acción y operan con callos de Troya, en la Fiscalía General de la República (FGR) y Defensoría del Pueblo (DDP), entre otras instituciones, no atienden los servicios básicos de la población en donde son alcaldes y gobernadores (por ejemplo: la basura en Miranda, en la ciudad de Mérida, entre otras), para jugar al caos, violan silenciosamente la Ley Orgánica de Precios Justos (LOPJ), profundizan el desabastecimiento programado, difunden noticias terroríficas y anuncian una crisis artificial, culpando al gobierno desde los medios de comunicación privados, con total impunidad, al punto de que, incluso, llaman a liquidar al Jefe de Estado (magnicidio), como una manera para lo que ellos llaman "la salida".

Pero, a pesar de ellos, todos saben que: a) el Presidente Nicolás Maduro ha fortalecido su liderazgo en el Pueblo, con efectividad en el Gobierno de Calle; b) La Comuna está consolidándose y creciendo como piedra angular del socialismo bolivariano y chavista en Venezuela; c) el pensamiento y acción del Comandante Chávez ha traspasado las fronteras venezolanas y lo que unos llaman "Eurochavismo", no es más que una pequeña muestra de un sentimiento mundial de un nuevo mundo emergente, que es multicéntrico y multipolar, en el que Chávez ya no es Chávez, sino un Pueblo, con valiosos y diversos líderes mundiales, regionales y locales, que han contribuido en la emancipación contra ese viejo mundo unipolar y ese esquema de explotación, llamado capitalismo.

Pero, tengamos cuidado. Las burguesías explotadoras se mutan, tienen recursos y no dudo que tengan una chequera muy grande para matar los sueños que ya empezamos a ver y vivir como realidad.


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Luis Alexander Pino Araque


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