No hay revolución sin pueblo y ahí está el pueblo de Venezuela empujando de nuevo, una vez más, su propia revolución.
Hugo Chávez Frías
Recuerdo claramente que el 5 de marzo del 2013 el presidente hoy electo Nicolás Maduro entre todo lo que nos comunicó hubo algo que me llamó muchísimo la atención y no solo a mí, sino al pueblo venezolano entero, y era que habían pruebas de que posiblemente el comandante de la revolución de nuestros sueños, pudo haber sido envenenado, ya que el tipo de cáncer que tenía era muy agresivo y con características peculiares.
Viendo ahora, con calma los acontecimientos sucedidos en Venezuela desde el mismo momento de la partida del Gigante, he visto cosas muy pero muy extrañas, que van más allá de las incansables ganas de la derecha puntofijista y oligárquica de apoderarse del poder político por los medios que sean. Y muchos camaradas comparte mi opinión, pero es una opinión que es como un gran secreto a voces, pero que sin duda es mejor no decir o tener cuidado y esto porque los traidores de la revolución están cerca muy cerca y lo más apretado, es que sospechamos quienes son, pero bendito sea el señor, no tenemos pruebas.
En la política como en el mundo legislativo las pruebas son fundamentales y cualquier denuncia sin ellas son meras especulaciones. Pero si solo por un momento en mi especulación imagino que el hecho de la muerte de Chávez fue realmente un asesinato sofisticado, entonces la razón, la lógica, la reflexión me dice que los conspiradores de ese hecho, aún están en Miraflores, conspirando, socavando, traicionando, esperando la siguiente orden.
A nosotros el pueblo venezolano chavista nos queda esperar, realmente no tenemos pruebas sólidas para acusar a ningún personero del alto gobierno como traidor, pero entonces recuerdo las palabreas del presidente Maduro en estos días que narraba cómo en aquel entonces alcalde de La Victoria Ismael García caminaba junto a él y era abucheado dicho personaje ―Ismael― por el pueblo chavista en las calles, donde se especulaba que era un corrupto y traidor, hecho que unos años después pasó a comprobarse como real.
Así pasó con Baduel, con Miquelena, Henry Falcón y algunos otros más, no teníamos forma de comprobar su traición e inevitablemente teníamos que esperar ―sabiéndolo― que la torta nos diera en la cara.
Por eso hoy me atrevo a especular que si de alguna forma fuese cierto que hubo una conspiración para radiar a Chávez y matarlo con un supuesto cáncer, entonces la lógica me dice que los culpables cercanos del hecho están aún en Miraflores, y que aún deben estar conspirando, ya que además no hicimos una renovación completa del gabinete ministerial, sino que solo movimos de aquí para allá y de allá para acá.
Entonces qué me dice la lógica ahora, que la conspiración económica no será detenida, que la conspiración mediática seguirá el mismo rumbo y que todo seguirá igual hasta que la derecha cumpla su objetivo, porque la base fundamental de la conspiración sigue allí intacta, sin rostro, invisible y apoyada por nosotros mismos sin saber. Lo peor es que no estamos arando en el mar, sino que estamos remando sin movernos ni un centímetro.
Lo importante es que el pueblo se mantenga unido, la burocracia no aguantará un revés, por eso le toca nadar y nadar sin respirar, pero nosotros el pueblo revolucionario de Bolívar, de Chávez sí aguantaremos, y no solo aguantaremos un revés sino que tenemos nuevos y nuevas líderes que continuarán el legado de Chávez, personas que la derecha no ve y que la burocracia ciega revolucionaria no reconocen, estos jóvenes hoy están gritando sus verso anti corrupción, anti burocratismo al viento, porque aún son arañeros y arañeras de Sabaneta, pero muy pronto estarán asumiendo su responsabilidad en su 4F.
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