Una nueva injerencia: Bush y las transnacionales tras el petróleo del Zulia

Ciertos sectores reaccionarios del estado Zulia, que se han sumado a los planes del gobierno de Estados Unidos y de las transnacionales petroleras que representa, pretenden separar este estado del resto del territorio de Venezuela. Para lograr este propósito han iniciado una agresiva campaña publicitaria, que incluye vallas, pancartas y entrega de franelas pero sobre todo recurre a los medios comerciales de difusión regionales y nacionales que comparten una irracional oposición al Gobierno del Presidente Chávez, para engañar y manipular al pueblo zuliano y apoderarse del petróleo.

Las viejas tácticas colonialistas de ayer e imperialistas de hoy, practicadas por razones económicas, políticas, religiosas, étnicas y/o geoestratégicas, para separar o unir pueblos a su antojo tiene un solo objetivo, IMPONER las decisiones que más favorecen a sus propios intereses en territorios de otros países. En esas tácticas se apoyan los planes del gobierno de los Estados Unidos, programados y financiados por las empresas trasnacionales a quienes llegan los beneficios obtenidos.

Innumerables son los ejemplos a lo largo de la historia de la humanidad que dan testimonio de esta práctica. En el plano económico, la búsqueda de rutas comerciales como fue siglos atrás la ruta de las especies o la sal. La explotación del oro y la plata para llenar las arcas de España, Inglaterra, Francia y Holanda. La creación de nuevos Estados como Finlandia, Yugoslavia, Checoslovaquia y la resurrección de Polonia después de la Primera Guerra Mundial, para constituir el denominado "cordón sanitario" con el fin de aislar a la naciente Unión Soviética, obedeció a razones de tipo político. La lucha de Irlanda por su independencia de la Corona británica, que duró tres siglos, culminó en 1921 con la creación de la República de Irlanda, pero manteniendo los británicos una región del Norte, escudándose para lograrlo en razones religiosas.

Los intereses de las potencias en América

El continente americano, y Venezuela como parte de él, quedó integrado a las transformaciones históricas que se sucedían en Europa con la llegada de los españoles en la etapa del mercantilismo. En esa etapa la búsqueda de rutas comerciales y de riquezas representadas principalmente por el oro y la plata, eran las razones que predominaban. La lucha por la Independencia que se produce después de trescientos años de colonialismo ocurre cuando en Europa da sus primeros pasos el capitalismo.

Revisando la historia encontramos que el ideal bolivariano de crear una confederación que mantuviera unidas y en un fuerte bloque de poder a las nacientes repúblicas del continente, choca con los intereses, especialmente, de Inglaterra y Estados Unidos, cuyos gobiernos valiéndose de artimañas y aprovechando la ambición y el egoísmo de los sectores dirigentes, logran dividir primero a la Gran Colombia en 1830, desmembrándola en tres países.

Los intereses de Inglaterra por el salitre son los que determinan que se desencadene la Guerra del Pacífico (1879-1883), entre Chile y la Confederación de Perú y Bolivia. Los resultados de esta guerra con el tiempo favorecen a los Estados Unidos, en los territorios que perdió Bolivia, en cuya zona de Antofagasta se encuentra la mina de cobre a tajo abierto más grande del mundo, que por años explotaron las compañías norteamericanas. También el conflicto limítrofe atizado subterráneamente por Inglaterra entre Paraguay y la Triple Alianza formada por Argentina, Brasil y Uruguay, derivó en una guerra (1864-1870), obedece a la imposición de los intereses comerciales de ese país.

Cumpliendo la estrategia de la Doctrina Monroe ("América para los norteamericanos"), imponiendo sus intereses a través de la dominación en los territorios al Sur del Río Bravo, después de anexarse allá por 1860 el 55% del territorio de México, ocupar Puerto Rico e intentar hacerlo con Cuba a fines del siglo XIX, Estados Unidos se apodera de la construcción del canal interoceánico a comienzos del siglo XX separando a Panamá de Colombia.

Hoy al igual que ayer los intereses de las potencias son los que se imponen. A los Estados Unidos hoy ya no le basta su "patio trasero". A la necesidad de obtención de recursos energéticos (petróleo y gas) indispensables para sostener su modo de vida consumista, la creación de conflictos bélicos en diversas regiones del mundo (Afganistán e Iraq) que le permite mantener su complejo militar industrial, oxígeno de su maltrecha economía, suma el afán de hegemonía mundial totalitario, al igual que el nazismo. Para lograrla, bien vale la desvergonzada injerencia en los gobiernos.

La satisfacción de sus crecientes necesidades lleva a Estados Unidos a tratar de apoderarse de la riqueza petrolera, las fuentes de agua, el territorio para instalar bases militares en el continente americano, recurriendo entre otros métodos, a la figura de la AUTONOMÍA, la que acomoda a sus intereses. Niega el derecho a la independencia (Puerto Rico) y promueve el desmembramiento de territorios, como lo pretende hoy en el estado Zulia a través de sus lacayos.

No es casual que en la actualidad Bolivia y Venezuela estén enfrentando intentos de solicitud de "AUTONOMÍA" por parte de alguna de sus regiones. Dichos intentos están inscritos en los dictados de la Casa Blanca, no sólo por razones económicas, sino principalmente por razones políticas. Los gobiernos que estos pueblos se han dado no cuentan con "su" aprobación y por lo tanto trata de aplicar alguna fórmula que le permita debilitarlos. Tumbar los gobiernos y a los presidentes de esos pueblos que se rebelan, quitarles las fuentes de recursos económicos, es la verdadera razón de esas solicitudes de "AUTONOMÍA".

Violación de la Constitución Nacional y la Carta de la ONU

Las voces separatistas del Zulia, partidarias de un país extranjero, violan abiertamente la voluntad soberana de la mayoría de pueblo venezolano que decidió según lo señala el Artículo 130 de la Constitución Nacional que: "Los venezolanos y venezolanas tienen el deber de honrar y defender a la patria, sus símbolos, valores culturales, resguardar y proteger la soberanía, la nacionalidad, la integridad territorial, la autodeterminación y los intereses de la Nación". Los ciudadanos que así actúan también violan el principio de integridad territorial establecido en la Carta de las Naciones Unidas.

¿Existen razones para promover la AUTONOMÍA del Zulia?

Si el pueblo zuliano estuviese sojuzgado, sometido a la segregación, la solicitud de autonomía que pretenden promover los grupos reaccionarios se justificaría, pero levantar la bandera de la pobreza que aqueja a su población, teniendo tantos recursos en su seno, es una burda manipulación. Quienes eso argumentan olvidan intencionadamente, que ese mal aqueja al Zulia y a toda Venezuela como consecuencia de la implementación del sistema capitalista impuesto con la complicidad de los gobiernos de turno por las compañías transnacionales durante todo el pasado siglo de explotación petrolera.

Muchos son las y los zulianos que hoy día recuerdan cómo con la llegada de las transnacionales petroleras a su territorio se crearon cordones de miseria, compuestos por trabajadores que más que empleados eran explotados, pagados con fichas, mientras la riqueza del petróleo iba al Norte. Las transnacionales y su sistema capitalista no dejaron riqueza al Zulia ni a su pueblo, más bien profundizaron la desigualdad.

Los argumentos sostenidos por esos sectores reaccionarios son mentiras para manipular al pueblo zuliano. No toman en cuenta a quienes se sienten tan venezolanos, al igual que los pobladores de otras regiones del país, porque comparten una misma lengua, historia y tradiciones. Además que cuentan a su haber con uno de los más insignes próceres de la causa independentista, el General Rafael Urdaneta, que acompañó en todo momento al Libertador Simón Bolívar y que el propio nombre de Venezuela, esta unido a la historia del Zulia.

Zulia fue y seguirá siendo venezolana, porque está ligada indisolublemente a la República Bolivariana de Venezuela. La lucha contra la pobreza une a todos los pueblos, no sólo de nuestro país sino de todo el continente y es una lucha contra los intereses egoístas de las transnacionales y los gobiernos que se dan para explotar a todos los pueblos del mundo, mientras ellos se enriquecen.

Con esta campaña de "separación del Zulia" lo que buscan es contar con un gobierno títere que le permita a Bush apoderarse de la riqueza petrolera de nuestro país. Ingenuos son los que creen que el neoliberalismo y las transnacionales se preocuparán por dar educación, empleo digno, independencia, autonomía, al pueblo zuliano. Basta conocer al resto del continente -sobre todo las zonas petroleras donde operan las transnacionales- para que se vean en ese espejo.


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