Ante la decisión de ayer viernes de la Devaluación del Bolívar, volvemos a la realidad que nos impone la lógica de capital. Lógica que cabalga de manera natural contra los procesos revolucionarios que recurrentemente hacen los pueblos y que se cierran o se distorsionan en el tiempo porque sus direcciones políticas no están armadas con ese contenido teórico, que según István Mészáros implica ir “Más allá del Capital”. Pero tampoco con ese contenido político-metodológico que expresa este mismo autor y que, ante la ausencia de Chávez, vale la pena citar:
“La toma de decisiones es expropiada por el capital a la clase trabajadora”
Y agregaríamos, también por su otra cara: la burocracia. De allí la conjugación del verbo “Participar” por parte de Mészáros:
“nosotros participamos, ustedes participan, ellos deciden”
La síntesis para Mészáros sobre este aspecto, es que:
“en el tránsito al socialismo, lo sustantivo para el ejercicio de la libertad, por parte de las mayorías, radica en transferirles, no sólo la posibilidad de participación, sino la toma de decisiones y la responsabilidad que éstas involucran”
Con la devaluación, estamos ante una contradicción política-metodológica que contradice la palabra de Chávez y que devalúa la palabra de la actual dirección de gobierno: se dijo que esa medida de ayer no iba. Y esa afirmación no cumplida afecta y distorsiona la construcción del proceso bolivariano. Desde la dirección política del gobierno se actúa con el viejo método: se toma una medida que golpea el Trabajo y el Salario, sin debate y consulta previa a la otra parte de la bisagra del proceso que es el Pueblo Bolivariano:
La base social explotada que sustenta esta revolución y a la que se le conculca el derecho a debatir y decidir sobre una medida que había que razonar colectiva y conscientemente por sus implicaciones en la línea transformadora de la sociedad y, principalmente, porque no ayuda al desarrollo de la conciencia social ni a articular orgánicamente al pueblo explotado para que decida sobre las tareas de la Transición hacia el Socialismo y en ejercicio de gobernabilidad revolucionaria.
Todo lo anterior, constituye una crítica deliberada ante la realidad brutal que implica una medida que se dijo que no iba y que se toma en medio de un feriado masivo que se tiñe de contrariedad. Pero también es una crítica dirigida a cambiar el rumbo, hacia el Golpe de Timón con el sustantivo acompañamiento y ejercicio decisorio del pueblo. Se trata de un alerta que empalma y va en la misma orientación del siguiente remitido: Reflexión Pública para avanzar en Proceso Constituyente.
Sin ningún tipo de duda... ahora más que nunca, levantemos y agitemos la consigna:
¡Todos somos Chávez… Todos Decidimos!