Alberto Federico Ravell, es el que aparece dando la cara en esa bazofia que mientan globovisión y que está bien lejos de llamarse medio de comunicación. Este señorito forma parte del despojo de aquellos adecos felones, lacayos y corruptos, que en oportunidades muestra sus dentelladas, cual perro rabioso, contra el proceso revolucionario. No es precisamente el dueño de este canal; pero tiene cancha abierta para aparecer como el mandamás, ante los otros dos socios que pasan inadvertidos, como lo son : Guillermo Zuloaga y Nelson Mezerhane, pero los tres están cortados por la misma medida; lacayos y golpistas que los mueven los mismos intereses; que no es otro que mantener en jaque a la revolución liderada por el presidente Chávez.
Ahora bien, habría que refrescar la memoria para conocer de dónde viene su participación accionaria en esta empresa, que no fue con dinero constante y sonante; sino con equipos, que según las malas lenguas sustrajo del canal ocho y habían sido adquiridos para transformar y poner al día con la tecnología mas avanzada a este canal, bajo el mandato de Carlos Andres Pérez, hoy prófugo de la justicia. Con estos equipos y lo aportado por los otros dos compinches montaron a globoterror.
Esa es la historia de este trío de truhanes; que bajo la dirección del capo Alberto Federico Ravell, mantienen en jaque al pueblo venezolano con su producción de albañal; donde la mentira, el engaño, la tergiversación, la calumnia son los platos de cada día. Han convirtiendo a este medio sin el menor escrúpulo, al servicio de la oligarquía, al servicio de los sectores más irredentos de la oposición y al imperialismo; pero todo obedece a un plan orquestado contra las instituciones y el presidente Chávez.