Los pueblos latinoamericanos somos especialmente víctimas del flagelo de la violencia delincuencial, cientos de jóvenes pierden la vida semana a semana a causa de enfrentamientos entre bandas, los denominados ajustes de cuentas, sicariatos, robos entre otras razones.
Sobre estos hechos, existen al menos dos visiones de clase para caracterizarlos: la visión típicamente ideológica pequeñoburguesa que considera que, la violencia delincuencial está referida y es un mal que proviene sólo de los estratos sociales más humildes, producto de una escasa educación, un ocio improductivo y de una blanda estructura de valores (sociales, familiares, religiosos, organizativos, de trabajo) y que afectando el estilo de vida del resto de la sociedad, su solución puede ser oponerles violencia represiva: policial, militar, judicial y hasta paramilitar o la solución filantrópica y de caridad: más presencia religiosa, más deporte, más arte, fortalecer los valores.
También está la visión revolucionaria, que plantea que la violencia delincuencial, es un producto social, o más concretamente, un producto especial de la estructura económica-social y cultural que prevalece en Latinoamérica, es consecuencia de la cultura del despojo capitalista, que se relaciona a la estructura de explotación del trabajo, de la cosificación o mercantilización de lo humano para producir por una parte una sociedad ambiciosa funcional al consumismo y por otro lado que inevitablemente reproduce la pobreza y la marginación.
Sobre esta hipótesis (visión revolucionaria), que concibe el fenómeno como social, existe un ensayo que circula en internet que recoge el problema de la violencia delincuencial, y narra una falsa entrevista que la cadena O Globo le hiciera al narcotraficante brasileño Marcos Camacho, mejor conocido como Marcola, de la cual, resaltamos: “Marcola: yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía… ¿Qué hicieron? Nada (…) Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social".
El texto continúa: “No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. Es eso. Es otra lengua. Está delante de una especie de post miseria. La post miseria genera una nueva cultura asesina”.
Se refiere esta narración a que debido a las distorsiones e insuficiencias de la estructura económico-social de Brasil y podríamos trasladarlo al resto de Latinoamérica, donde existe en consumo desigual respecto a lo que se produce, se ha venido formando y fortaleciendo una clase social que tiene una dinámica y se realiza al margen de la legalidad, se trata del lumpen proletariado. Este segmento, está formado por los elementos degradados, desclasados y no organizados del proletariado urbano, así como aquella parte de la población que para su subsistencia desarrolla actividades al margen de la legalidad o en la marginación social (delincuencia, prostitución etc (1)).
Podemos afirmar que si una de las características del capitalismo industrializado, es la presencia de un ejército de desempleados, necesarios para mantener bajo amenaza y con bajos salarios a los trabajadores; en las economías capitalistas-dependientes como las latinoamericanas, imperan al margen de los derechos laborales, los sub-empleos en los que entran: la economía informal, las actividades terciarias, la precaria economía del campo, todas estas con bajas remuneraciones, también está la economía mafiosa (minería, sindicatos mafiosos, la prostitución, el narcotráfico entre otros) con rápidas y altas remuneraciones sobre todo para los jóvenes a quienes desde la formalidad se les exigen previas experiencias.
Sobre este tema es importante detenerse y valorar la relación estructural que tiene con los hechos de violencia delincuencial con la formación económico-social de nuestras naciones, la cualidad y la organización de la economía latinoamericana. Se trata de la sociedad capitalista- dependiente, de la que el comandante Chávez nos exhortó a no llamarnos a engaños: “la formación socio-económica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista”.
En una entrevista que la cadena “informativa” CNN le hiciera a Luidig Ochoa, autor de la animación “Cárcel o Infierno” producida sobre la situación en las cárceles venezolanas, él mismo expresó: “Es muy difícil (para los jóvenes pobres latinoamericanos) surgir, yo pude porque tengo un talento especial” más adelante precisó: “Es difícil donde las cosas son muy caras, conseguirlas de una manera legal”, de este mensaje se desprende que las faltas de incentivos, motivación, vocación y oportunidades para la juventud en los barrios son detonantes para la incorporación de los jóvenes a la economía mafiosa.
De esta forma, una opción inmediatista para una parte de la juventud en los barrios, ganados en la idea del “tener”, de “la vida intensa cosificada” reforzada y naturalizada desde los medios, es la vinculación como peones de la economía mafiosa. Se trata de la presencia y crecimiento del Lumpen (proletario y burgués) ante las insuficiencias y distorsiones de las fuerzas productivas de nuestros países y el carácter capitalista de sus economías.
En esta dirección han ido las declaraciones del Ministro venezolano para la juventud Victor Clark, quién señaló: “el modelo capitalista de violencia, odio, criminalidad, drogadicción y alcoholismo, se puede superar adentrándose en la realidad de los jóvenes del barrio y del campo, espacios donde el joven ha sido víctima de un modelo excluyente que está siendo rebatido con una política de Estado”.
La presencia de la economía mafiosa. El Narcotráfico.
Es conocido que la violencia delincuencial está articulada por 1. Redes, bandas o grupos delictivos asociados al tráfico, microtráfico y contrabando de drogas vinculados con carteles mafiosos, que llegan a tener un carácter transnacional. El capitalismo globalizado tiene en el mercado de las drogas uno de los resquicios más dinámicos por donde el sistema del Capital expande su hegemonía y 2. Por un “subsistema” de representaciones ideológicas, símbolos y aspiraciones capitalistas (de la cultura del tener) transmitidos socialmente que legitiman, garantizan y hacen atractiva la incorporación de las y los jóvenes (población principalmente vulnerable) a “una vida corta pero intensa”, esto es, a una vida anecdótica, violenta, cosificada, de micro poder frente a otros, de enriquecimiento fácil que relativiza la vida misma y la de otros.
El comercio de drogas está concebido por la OMC (Organización Mundial de Comercio) como uno de los 10 negocios que más dinero maneja en el plano internacional. Este aspecto, el de un lucro excesivo, les permite a los carteles que “ilegalmente” producen y distribuyen drogas, traspasar a través del soborno las fronteras de cualquier país. Lo cual hace recordar la premisa expuesta hace casi cien años por Vladimir Ilich- Lenin, cuando en su descripción de los estados democráticos se refiere a que: “la riqueza ejerce su poder indirectamente en las repúblicas democráticas, de un modo más seguro mediante la corrupción directa de los funcionarios”, o esta, la capacidad de soborno, es la llave que abre las puertas de las soberanías de cualquier país del mundo capitalista.
Desde luego, que una vez dentro de tales países, el tráfico de drogas debe acudir a organizar plazas territoriales donde colocar la mercancía, dado que este tipo de mercado ilegal no tiene espacios para la competencia como ocurre con los productos lícitos, por lo que el ejercicio del monopolio en estos territorios se ejerce a sangre y fuego, por ejércitos irregulares, generalmente integrados jóvenes de los barrios quienes son armados por estas mafias, para ahuyentar posibles competidores y para imponer una disciplina comercial sanguinaria que afecta de manera directa a los consumidores adictos a los narcóticos.
Cabe destacar, que los ajustes de cuentas y los enfrentamientos entre bandas son las primeras causas de homicidios en Latinoamérica. Y este tipo de violencia que recorre desde las favelas brasileñas, las pandillas centroamericanas hasta los cerros y barrios de Venezuela tienen su base económica en el narcotráfico.
Frente al tema del narcotráfico, El presidente Pepe Mujica ha hecho referencia a que este negocio, que deja ganancias de tal magnitud que es capaz de "corromperlo todo", Enfatizó que "en ninguna parte del mundo lo represivo ha dado resultado" contra el narcotráfico, agregó que "Estamos convencidos de que esta es una guerra desigual, que cada vez se gasta más plata. Solamente los presos por este asunto nos están costando encima de 30 millones de dólares (…) Nosotros tenemos más muertos por el narcotráfico que muertos por drogadicción. 80 muertos el año pasado por ajustes de cuentas, y tres o cuatro muertos por sobredosis de droga. Entonces, ¿qué es lo peor, la droga o el narcotráfico?", se preguntó el líder uruguayo.
Analizando esta situación, podemos afirmar y partir, junto a Carlos Marx que indiscutiblemente: “el Capital desde su nacimiento brota en sus poros, sangre y lodo”, es decir, para mantener su lógica de acumulación de riquezas (plusvalía), le cobra a nuestros pueblos y en especial a Latinoamérica, la tarifa de “sangre” con cada uno de los(as) ciudadanos(as) asesinados(as), con cada uno de esos jóvenes involucrados en riñas y combates por plazas de la economía mafiosa; y la tarifa del “lodo”, colocando un “velo” ideológico donde el enriquecimiento individual (la cultura del tener) es la aspiración superior a la vida misma.
Las armas y la violencia del sistema del Capital
El sistema del capital en su fase imperialista ha incrementado año tras año la venta de armas en el mundo, siendo el complejo militar industrial el corazón económico de este modelo, año tras año también se desatan guerras en varios países, tan solo en el período gubernamental del “premio nobel de la paz” Barack Obama, se continuó la intervención a Irak y Afganistán, impulsó la guerra a Libia, y otra a Siria, promovió la denominada primavera árabe, incrementó los gastos militares en Colombia, y hubo intervenciones de inteligencia y espionaje a cientos de gobiernos en el mundo.
También, mercenarios y peligrosos carteles de narcotráfico fueron armados y rearmados por estas compañías y a su vez, estos carteles llevan sus armas a todas nuestras comunidades siendo levantadas por jóvenes de nuestros barrios con el fin de establecer áreas de control para la distribución de drogas y otras actividades delincuenciales.
Para José Miguel Insulza presidente de la OEA “Lo peor no es que las armas las produzcan malvados narcotraficantes, ¡no! son armeros norteamericanos quienes venden las armas que después los narcotraficantes trasladan”, señaló Insulza.
¿La legalización de las drogas es viable en Venezuela?
En la actualidad, el tema de la legalización de los narcóticos ha tenido una gran acogida en las instancias políticas en el mundo, existe recientemente el informe de la Comisión Global de Política de Drogas, que describe el fracaso de la lucha contra las drogas que data de 1972, desde la declaración de la “Guerra contra las Drogas” impulsada por Richard Nixon, ex presidente de los Estados Unidos.
Ya en estados de EUA han comenzado a legislar sobre la despenalización de las drogas, también en Uruguay, restringido a la marihuana, al respecto, el presidente norteamericano Barack Obama quien confiesa haber sido consumidor de marihuana en su juventud, piensa que la legalización no resolverá todos los problemas relacionados a la venta-consumo, a su vez el economista neoliberal (fallecido), Milton Friedman planteó: “la violencia se debe a la prohibición y nada más. ¿Cuánta violencia hay alrededor del mercado del alcohol? (…) pienso que América tendría la mitad de prisiones, la mitad de reclusos, diez mil homicidios menos al año, barrios urbanos en los que habría una oportunidad para gente pobre que viviría sin temer por sus vidas, ciudadanos que podrían ser respetables que son ahora adictos no convirtiéndose en criminales para obtener su droga, pudiendo obtenerlas con garantías de calidad, de legalizarse la producción-distribución y consumo de narcóticos”.
Para Roberto Hernández Montoya en su ensayo “Mas adicto será usted” , plantea que la guerra contra las drogas es un muro que antepone el imperialismo contra los grupos sociales más débiles, un audaz auxiliar para justificar la vigilancia y la represión contra grupos políticos o sociales que estorben los intereses del gobierno de EEUU y además es incompatible con la democracia.
Y esto ha tenido grandes implicaciones en el mundo, el caso colombiano es un gran ejemplo, donde se han instalado bases militares estadounidenses en el denominado Plan Colombia con el pretexto de luchar contra el narcotráfico y que por el contrario se ha generado desplazamientos de campesinos y trabajadores a otras zonas, se ha fortalecido el narcotráfico con sus impactos perniciosos en el conflicto interno colombiano y en Latinoamérica.
Hoy la discusión toma otro camino a la denominada “guerra contra las drogas”, sin embargo, en Venezuela este tema yace oculto quizás, por no haber acuerdo en las fuerzas bolivarianas o porque la agenda política de turbias confrontaciones y permanentes elecciones ha colocado el debate por debajo de la mesa, en el 2012, el entonces ministro de relaciones interiores Tareck el Aisami expresó a propósito de la legalización de las drogas: “Me parece una trampa. Yo creo que más bien debemos invertir en la prevención y no ser reactivos, porque ésta parece una medida defensiva, no preventiva", por otro lado, el hoy canciller venezolano Elías Jaua calificó la experiencia llevada a cabo en Uruguay como una "experiencia inédita", y que en Venezuela "vamos a evaluar" la aplicación de la nueva legislación.
Entre tanto la tasa de homicidios sigue siendo muy alta en Venezuela, a juicio del Ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, la tasa promedio de crímenes será de 39 por cada 100 mil habitantes, una de las más altas del continente.
Razón por la cual el presidente Nicolás Maduro ha llamado a todas las fuerzas sociales del país a contribuir a una política de pacificación en Venezuela, del mismo modo, promovió una comisión presidencial para efectuar propuestas de pacificación, pensamos que tal comisión y el debate de pacificación no puede obviar, abrir la discusión de la legalización de las drogas.
La Educación y Trabajo
Creemos, con los elementos descritos anteriormente, y en especial en el carácter social del conflicto, que las posibles soluciones deben darse desde el Poder Popular y desde las perspectivas de dos procesos fundamentales de la vida humana: la educación y el trabajo.
La educación junto al trabajo son dos procesos contemplados como inseparables según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Sin embargo vale profundizar en que son dos procesos dialécticos, interdependientes, inseparables de la vida misma del ser humano, creadores de personalidad; donde trabajando se aprende y se enseña. El trabajo y la educación están determinados históricamente; sirven como funciones vitales a un sistema económico, político, ideológico y social que los subordina con fines determinados.
Para el caso de la sociedad venezolana capitalista, rentista y dependiente; la educación y el trabajo permiten (como para toda sociedad capitalista) la reproducción ampliada del Capital y de su ideología, pero además, particularmente en Venezuela, la educación y el trabajo se encuentran separados estructuralmente por instituciones formales4 nacidas al calor del rentismo petrolero. Esto permite darle un carácter improductivo a nuestra educación y un carácter alienado al trabajo.
La pregunta resultante de esta reflexión es la siguiente: ¿Cómo podemos bajo estas características orientar la educación y el trabajo a la supresión paulatina de la violencia delincuencial?
1) Debemos orientar la educación y el trabajo hacia fines liberadores (Educación y Trabajo liberadores), en particular a la vinculación consciente-productiva de las y los jóvenes de nuestros liceos, escuelas y comunidades con los espacios fabriles, agrícolas, productivos, e incluso a la creación de nuevos espacios económicos socialistas.
2) La formación de la “cultura del ser” no del “tener”, debe ser el eje transversal que propicien todos los procesos desarrollados por el trabajo y la educación productiva/liberadora. La cultura del ser debe vencer la cosificación, la alienación, y ponderar la vida por encima del lucro, desarrollar procesos de emulación que superen los estereotipos actuales del “héroe” violento, capitalista, “exitoso” ( Ej: Cárcel o Infierno, el PRAN y las narconovelas)
3) La escuela, el liceo y la universidad deben recrear la cultura productiva generando Proyectos Económicos Sustentables y EPS para el beneficio de las y los estudiantes, como también de las comunidades. Así estos espacios se convierten en centros productivos que proporcionan una nueva dinámica educativa.
4) La escuela y los liceos deben ser espacios que propicien la participación científica, artística, productiva, deportiva y política de las y los jóvenes. Por ello, es importante la transformación drástica de las formas de enseñanza y aprendizaje; motivacionales y de emulación. La educación y el trabajo además de perseguir el desarrollo de las capacidades naturales del individuo, también proporcionan una perspectiva distinta de vida.
5) Las comunidades y demás organizaciones del Poder Popular deben promover la gestión participativa en los centros de estudio. Así debe planificarse la incorporación de las y los jóvenes a un empleo productivo en las EPS de la Economía Comunal; haciendo atractiva la oferta a través de planes de formación técnica.
6) Es importante mediante un programa de educación y formación atender a las familias en situación de vulnerabilidad ante la violencia.
Conclusiones
Hasta ahora se ha demostrado que las economías capitalistas latinoamericanas que se han enfrentado a políticas de asistencia social y regulaciones por parte del estado (Venezuela, Ecuador, Bolivia) han obtenido resultados macro muy positivos, sin embargo, cuando en una sociedad los niveles de consumo superan con creces la capacidad productiva de un país, se produce por un lado: la cultura funcional al consumismo, a saber la cosificación de lo humano, la vanidad, se estimula la conciencia del tener y por otro lado, no se tiene la suficiente la estructura ocupacional (vocacional y productiva) para incorporar a toda la sociedad al trabajo formal medianamente remunerado, aún en el caso venezolano donde el estado burocrático asume a millones de trabajadores y el gasto social (pensionados, becas etc.) es el más elevado del continente.
A todo esto debemos sumar, la enorme presencia del narcotráfico que interviene en la economía latinoamericana incrementando sus distorsiones y las consecuencias en las altas tasas de criminalidad.
Por esto, planteamos que en una sociedad donde la riqueza socialmente producida sea organizada, planificada, dirigida y disfrutada por todos sus miembros, con pleno empleo y planificación de sus factores económicos, es una sociedad donde el robo pierde su razón de ser. En este sentido, Planteamos, por lo tanto, que la lucha por la construcción del socialismo es inseparable de la superación de la violencia delincuencial, es una batalla contra el metabolismo del capital.
Podemos concluir que la violencia apareció cuando aparecieron las clases; el capitalismo mantiene su saqueo al mundo por la fuerza de las armas; hoy la violencia es su modo de ser; en Latinoamérica el capitalismo mafioso lleva las armas a los jóvenes; la revolución debe detener este flagelo; aceleremos todas estas medidas combinadas al plan de desarrollo productivo socialista; el cual traerá una nueva cultura liberadora sobre el trabajo. De esta forma podremos decir “hemos vencido la violencia delincuencial”.
1. Wikipedia. http://es.wikipedia.org/wiki/Lumpemproletariado
2. Karl Marx- El Capital.
3. http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/16331-m%C3%A1s-adicto-ser%C3%A1-usted-roberto-hern%C3%A1ndez-montoya.html