Desde que el martes 13
de febrero supe del cierre de los 26 Infocentros en el Estado
Táchira, lo cual afecta a más de 150 comunidades por parte del nuevo
gobierno opositor, una mezcla de estupor y asombro me recorre. No logro
entender en qué se ha convertido la oposición venezolana en ese estado
que ha hecho de esta decisión, una de sus primeras iniciativas administrativas.
Estudio a los Infocentros
venezolanos casi desde su fundación en el año 2000 cuando el Ministerio
de Ciencia y Tecnología, apoyado en el decreto 825, dio inicio a la
red d que hoy cuenta con 637 centros, 13 infomóviles, 321 infopuntos
y un Infocentro para discapacitados visuales con el objetivo de masificar
el acceso de las Tic y democratizar su uso, especialmente en los sectores
de menores recursos y de esta forma, enfrentar la nueva
brecha que la tecnología estaba creando; la brecha digital que
es una expresión de la brecha social.
Al comienzo, en muchos
estados se crearon alianzas con gobiernos que no eran afectos
al presidente Chávez, pero que entendieron la importancia de estos
espacios, así, por ejemplo en el estado Zulia, se estableció un convenio
con la Gobernación del estado (llámese Rosales) para que ellos
aportaran la sede y en muchos casos los facilitadores, en tanto que
el Ministerio de CYT aportaba los equipos, la conectividad y el mantenimiento
técnico. En algunos municipios, los resultados no fueron los mejores,
en otros sí. Pero jamás a nadie se le había ocurrido la terrible
idea de cerrarlos en pleno funcionamiento y allí están funcionando.
Este modelo fue lo que
en su primer momento se llamó Infocentros, fase I, caracterizada por
uso de SW privativo y con poca relación con la comunidad. Hace dos
años, comenzó la Fase II, administrada mayoritariamente por
la Fundación Infocentros, adscrita al ministerio del PP para la Ciencia
y la Tecnología, con uso del SW libre y con un mayor contacto con las
comunidades, buscando no sólo su empoderamiento tecnológico a través
del programa de Alfabetización tecnológica, sino también su empoderamiento
social en busca de un uso con sentido y una apropiación de estas tecnologías,
En el mes de diciembre
de 2008 se llevó en Caracas a cabo el II Encuentro de los Infocentros,
tuve la suerte de asistir y fue una experiencia por demás interesante
e intensa y sobre el cual escribí una crónica con todo lo que
vi y aprendí en eso 4 días (http://www.telesurtv.net/noticias/contexto/525/cronica-de-un-viaje-a-la-venezuela-profunda/) Allí
conocí las experiencias de alfabetización tecnológica, apoyo a los
discapacitados, a personas de la tercera edad, a la ecología, a los
niños, niñas y adolescentes, en fin, a esa Venezuela que no suele
ser muy visible en los grandes medios, pero que son lo responsables
de construir el país.
Y resulta entonces que
pocos días después de posesionarse el nuevo gobernador del Táchira;
César Pérez Vivas, socialcristiano, decide cerrar 26 Infocentros de
la región: 16 dependientes directamente del ministerio y 10 de la Gobernación,
despidiendo a sus 60 facilitadores, afectando a sus zonas más pobres
y con menos posibilidades de acceder a las TIC, en especial a Internet,
bien sea por problemas económicos o de distancia. El colmo además
es que haya sido la Coordinadora de Cultura: Ilia Sierra, la gendarme
responsable de llevar adelante tal desatino, porque ese y no otro nombre
puede dársele a una decisión de tal naturaleza, que estoy segura no
tiene antecedente en Venezuela ni en ninguna parte del mundo.
Solo una ceguera política
que raya en lo enfermizo, junto a un desconocimiento elemental de la
importancia de las TIC como habilitadoras del desarrollo, reconocida
hoy por los diversos organismos encargados de medir el desarrollo humano
como la ONU, puede explicar el cierre por demás absurdo y arbitrario
de estos 26 Infocentros en el estado Táchira, que no beneficia a nadie
y si perjudica a muchos, en especial a los sectores de menores recursos,
usuarios principales de estos Infocentros.
Por eso digo que es una medida contranatura, porque mientras en el mundo la tendencia es a facilitar el acceso a la TIC, a través de los más disímiles programas donde participan todos los sectores, mediante compromisos de carácter mundial como por ejemplo las Metas del Milenio, de la cual Venezuela es signataria, en el Estado Táchira, la cosa es al revés: cierran los Infocentros en una acto por demás violatorio de un decreto Presidencial como el 825 y derechos consagrados en la CRBV relacionado con la educación y el derecho a estar informados, dos de las actividades que con mayor intensidad se dan en esos espacios, pero sobre todo violando algo por demás elemental: el sentido común. El mundo al revés diría Galeano. O patas pa arriba, diría cualquiera.
mgonzalo@cantv.net