En el transcurrir de la vida de los pueblos existen momentos que quedan marcados como una tinta endeleble, como una senda permanente por donde han de proseguir las generaciones presentes y futuras, las cuales hacen de esos momentos la memoria histórica de las sociedades, de la gente, registrándose para siempre formando parte de la utopía perenne (construcción de lo posible) que jamás debe desaparecer de la acción práctica de los revolucionarios.
Uno de esos momentos, sin duda alguna y con un altísimo contenido de lucha, de sueños, de esperanza fue forjado al calor de la lucha y de la confrontación por el glorioso movimiento estudiantil de finales de la década de los años cincuenta, digno ejemplo a seguir.
Transcurría el mes de noviembre del 57, y el gobierno dictatorial, que si lo era como forma de gobierno, arreciaba la represión contra toda forma de expresión política, colmaba las cárceles del país con miles de compatriotas cuyo único delito fue luchar por régimen de apertura democrática; en ese momento se soñaba con una democracia de verdad, una democracia de contenido social, una democracia real alejada del concepto abstracto de la misma.
A pesar de las condiciones de alto riesgo, los estudiantes de la época lograrón organizar e iniciar un período de huelga universitaria la cual marcaba el inicio del fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez; Luego se desencadenaron los sucesos del mes de enero del 58 y Venezuela amaneció en democracia, gesta por la cual, lo mejor de la dirigencia estudiantil forjo su espíritu de combate, de formación en conjugación con las necesidades más apremiantes de la gente.
En consecuencia y debido al momento histórico, y como una forma de proyectar en el tiempo la valentía y arrojo de los estudiantes venezolanos, la Junta de Gobierno presidida por el Dr Edgar Sanabria, decretó el 21 de noviembre como "Día del Estudiante", en reconocimiento a la lucha permanente de los estudiantes por mejorar las condiciones de vida y lograr establecer cada vez una sociedad mas justa y más humana.
Es de recordar que cada 21 de noviembre en los años subsiguientes se recordaba con jornadas de combate, de discusión política- ideológica en memoria de todos los estudiantes venezolanos que han caído, derramando su sangre por sus nobles ideales; Lamentablemente en las últimas décadas ese día ha venido cayendo en el olvido producto de la tergiversación y dictadura de los llamados medios de comunicación llegándose hasta confundir con el 12 de febrero día de la juventud, el cual también es un día victorioso pero ocurrió en otras circunstancias y épocas diferentes.
La lucha de los estudiantes comprometidos por el cambio y la transformación social se remonta hacia años atrás surgiendo con la irradiación y el parto de las ideas que en el siglo XX consolido la organización de la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV) que entre sus miembros destaco la presencia del bachiller Eutimio Rivas, quien cae abatido por las balas asesinas de la represión del gobierno de Eleazar López Contreras, que en la mañana del 10 de febrero de 1937 invadieron el recinto universitario, acabando con la vida de Eutimio Rivas, de 21 años, merideño, oriundo de Santa Cruz de Mora, estudiante del tercer año de la Escuela Normal de varones, valiente luchador social por la justicia, quien había dado su decidida y abnegada colaboración de llevar la cultura a las clases más necesitadas, siendo el primer estudiante al que seguiría una larga cadena de asesinatos y desaparecidos, entrando ya en los años sesenta el estudiantado venezolano, herederos de la lucha emancipadora de nuestros libertadores se enfrentan a quienes violentaron la autonomía universitaria, decretaron la Ley de Universidades del año 1969 que terminaron socavando el glorioso movimiento estudiantil de todos los tiempos, cayendo en las calles de la Mérida serrana Carlos Bello ( 14 de mayo de 1969) Domingo Salazar Rojas asesinado el 18 de noviembre de 1969 ( hace 41 años) presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Medicina, quien a pesar de su rendición lo acribillaron a sangre fría, también fue asesinado el Bachiller José Benito Uribe, estudiante de Odontología, Márquez Quiroz, Rosas Piña, y tantos otros que ofrendaron con sus vidas la larga lucha del movimiento estudiantil, por una patria digna y socialista.
Hoy cuando Venezuela vive dentro de una construcción polémica haciendo esfuerzos titánicos para darse su revolución Bolivariana, autónoma por un camino inédito, abriendo la senda del socialismo del siglo XXI, estamos en el ineludible deber de rescatar del arsenal del olvido las fechas históricas que como el día del estudiante deben de retomar el hito de la gloriosa tradición del estudiantado venezolano de todos los tiempos que en el pasado dejando de lado el conformismo tomo la decisión de tomar el cielo por asalto; Muchos de esos jóvenes estudiantes, hoy con la experiencia, con las decepciones, con los errores y aciertos que se acumulan con el paso de los años, continúan la larga marcha hacia un proceso irreversible de transformación de la sociedad, otros sucumbieron ante el vendabal del facilismo, la vanidad de la sociedad de consumo y a las aberraciones del gran capital, traicionando sus ideales de estudiante y de todo un pueblo que siempre ha creído en sus muchachos llenos de ideas con ganas de hacer parir la historia de los pueblos.
En estos momentos nos encontramos en los albores del siglo XXI que como nos decía Ernesto Guevara, es la hora del hombre nuevo, que esta por hacerse, y nos recuerda que debemos estudiar mucho para poder dominar la técnica que nos permitirá a la vez dominar a la naturaleza para adaptarla inteligentemente a satisfacer nuestras necesidades.
¡Honor y Gloria al Estudiante Venezolano!
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