Con el pasar de los días el caso Universidad Central de Venezuela es más dramático, Cecilia Arocha busca problemas con el gobierno a como dé lugar, junto a la mayoría del Consejo Universitario.
Su anterior sucesor, Paris, agazapado en el alcohol, paso de un experto y sobrio debutante de La Casa que Vence las Sombras, al ostracismo, después que la oposición lo utilizo al cansancio. De seguro el espíritu de Vargas aguarda mientras desde las trasformadas y lujosas áreas de las oficinas del Rectorado, se dedican a divagar por los perdidos espacios de la confrontación innecesaria y difamatoria.
Qué informe de gestión pueden presentar estas mal llamadas autoridades universitarias, serán los reiterados abusos que desarrollan en conjunto con sus amigos de la oposición.
Pero los gritos de la Rectora no son casuales, quiere ser candidata a la presidencia de la república, por esto origina y caza enrarecidos enfrentamientos. Mientras oculta el desvió de partidas, es responsable de tener dineros de la universidad en más de doscientas cuentas de diferentes bancos, como explicara esto, ya veremos el escandalazo que va armar para salirse del paquete.
Firmó un contrato en la construcción aun no terminada del construido edificio de la Zona Rental, donde entre otros actos ilícitos lo entregó en una transacción de cien años, al mejor estilo imperial, Canal de Panamá o Guantánamo se quedan cortos.
Hoy la señora Rectora, apertura expedientes para botar estudiantes revolucionarios de esta casa de estudios, la señorona se cree dueña de toda la universidad, amenaza, grita, tiene crisis de histeria, anda pendiente de sus peinados, cortes de cabello, maquillaje, ultimas modas o el recién salido Black Berry.
Lo de los portones, innombrable, este descubierto negocio le arruino dinero extra, como no lo consiguió toma venganza como los más duros varones contra un grupo de estudiantes, volcó toda su furia para pretender arruinar la futura carrera a estos bachilleres, una universidad, la del cuerpo y espíritu académico, la atrevida, la de las grandes letras de libertad, ahora, expulsando a sus estudiantes, pasando facturilla.
Pero para esta canallada, Cecilia tenía contar con los más conspicuos profesores del trasnocho opositor.
Los otrora “catedráticos” que inician la persecución estudiantil han sido encomendados a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, nada extraño, cosas vemos y veremos diariamente en las universidades autónomas, sobre todos en las Escuelas del Derecho.
La lista la encabezan Raúl Arrieta, esposo de la Cecilia Sosa quien fue precandidata por el partido federal para las elecciones presidenciales del 3 de diciembre del 2006 y cedió su candidatura ante el consensuado opositor Manuel Rosales.
El segundo en la lista quedo encomendado a José Manuel Tamayo, dirigente de Acción Democrática, ex magistrado suplente de la sala penal del Tribunal Supremo de Justicia, abogado defensor de Eduardo Lappi, Lázaro Forero y Henry Vivas en los hechos del golpe de estado del once de abril del año dos mil dos.
Y terminamos con Nelson Chitty la Roche, dirigente del partido COPEI, diputado por cuatro periodos constitucionales seguidos desde 1983 a 1999, empresario y opositor a ultranza al gobierno del Presidente Chávez.
Que vigencia sigue teniendo el Alí Primera universitario del sombrero de cogollo, Alma Mater quieren matarte con flechas de oscuridad, los enemigos de adentro los enemigos de la oscuridad…