Los líderes de la oposición, que por primera vez relegan a sus facciones fascistas para reconocer la victoria popular más por la presión del contexto internacional que por convicción propia, tratan ahora de ver cómo justifican la derrota y elevan la moral de sus disociados seguidores.
Después de basar su campaña electoral en que eran “la mayoría” por obtener más votos que el PSUV en la elección parlamentaria de 2010, han cambiado repentinamente su modelo de comparación para tomar en cuenta únicamente los resultados de la elección presidencial de 2006, y así poder justificar su “extraordinario” crecimiento.
¡ No me jodan !
Si algo caracteriza al voto duro opositor, es por ser tajantemente antichavista. De esta manera, su caudal electoral siempre movilizará al mismo grupo de electores sin importar si es para una elección parlamentaria, presidencial o referéndum.
Los números no mienten: con respecto a la elección parlamentaria de 2010, la oposición incrementó esta vez sus electores en un 20%, mientras que los bolivarianos aumentamos la votación en un 45%, siguiendo precisamente el modelo utilizado por la propia oposición.
La oposición no aprende.
Ha sido realmente grotesco ver el veneno antichavista brotar de las cloacas fascistas que hacen vida en la oposición.
Ello nos debe advertir hacia donde iba la verdadera propuesta neoliberal de Capriles Radonski.
Por ello, tenemos una enorme deuda con el pueblo venezolano, y por él, para él, resguardar el bien más preciado de la Revolución Bolivariana: la INDEPENDENCIA.
Doble derrota
Capriles perdió ante el Candidato de la Patria, y perdió también con el chiripero de la MUD, que saco más votos que la tarjeta fascista de Primero Justicia.
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