El "progresismo popular" es una modalidad partidista relativamente reciente que desde una visión de marketing electoral, aspira adquirir el status de corriente política, en el proceso eleccionario del 6 de diciembre, fecha prevista para renovar los cuadros legisladores de la Asamblea Nacional.
Los mecanismos de mercadeo impresos y televisivos empleados por los promotores y financistas de este movimiento tratan de impresionar al receptor, a través del manejo de una estrategia propagandística diseñada con el propósito de vender dos tipos de productos, uno; colocar en los anaqueles la imagen de un candidato catapultable, en el largo plazo, para las próximas elecciones presidenciales y otro; montarse, a mediano plazo, en las parlamentarias del 6D para competir desde lo regional, manteniendo el 89% de la intención de votos de la centro-derecha, y lograr así la mayoría de curules correspondientes a los 163 diputados de la Asamblea Nacional, según los dividendos electorales que puedan garantizarles sus fans.
De esta manera, con su infraestructura logística, recursos y componente humano han irrumpido en la escena política electoral, tratando de satisfacer a los "consumidores" incautos, las necesidades y expectativas políticas demandadas en la ocasión. En este momento, lo más importante de su gestión empresarial, es satisfacer las expectativas clientelares reforzando actividades electorales que les asegure la relación de mercadeo establecida entre el operador partidista en su rol de oferente o vendedor de "progresismo" y el de cliente o público en su rol de consumidor de productos políticos.
Para comprender la esencia de este mercadeo en acción, es imperioso develar qué subyace detrás de esta oferta competitiva del progresismo, desde el punto de vista de la concepción y visión "sui géneris" del Estado-gobierno, sustentadas en la tesis partidista puesta en el escenario político, la cual por principio ético es necesario debatir y descifrar, por sus implicaciones filosóficas, ideológicas, políticas y hasta socioeconómicas. Tarea que invita a preguntarnos; pero en si…. ¿qué es el progresismo? ¿Con qué se come este producto aderezado en los medios televisivos para su mayor consumo en el mercado político-electoral?
Sin duda son preguntas complejas de responder desde lo genérico, pero abordables desde lo concreto real, sí centramos el debate en lo que sus ideólogos han denominado "progresismo social" o "progresismo constitucional"; al parecer una utopía sustentada sobre la base de una visión muy original del Estado burgués, cuyo modelo ejemplarizante surge de una experiencia de gobierno regional circunscrita al estado Lara, pensada en esta coyuntura como masificable a todo el país, inicialmente mediante medios publicitarios responsables de la promoción de ventas y consecuente consumo, adopción, copia o reproducción mecánica en otros estados del mapa político territorial del país.
Podríamos decir que esta revelación denominada progresismo, tuvo su origen en una corriente regional disidente del victorioso proceso bolivariano, y fue motivada por los liderazgos oportunistas, afectos al revisionismo hedonista de líderes conversos, anclados en la incomprensión de lo ha sido la transición hacia el socialismo y de la teoría y praxis política emergente, propias de todo proceso de desarrollo histórico social revolucionario, generalmente sujeto a los condicionamientos impuestos por el capitalismo dominante y los niveles de alienación todavía existente en determinados estamentos sociales.
El detonante de esta escisión fue lo que en lenguaje coloquial se denominó el "salto de talanquera" de su máximo promotor y líder; hoy primer actor principal de onerosas cuñas televisivas, diseñadas con gusto para no ofender la inteligencia del Marketing electoral, en las que se utilizan rótulos verbales orientados al culto de la personalidad, apoyados en un casting que lo deifica en mensajes como: "uno no le hiede a él"..."anda vestido y no le importa tirarse pal monte"…..embarrialarse los zapatos"….."No le da asco acercarse a nosotros los viejitos" y……"trabaja y lo sabe hacer bien".
Pero detrás de la publicidad y tipo de comunicación de los medios masivos, se descubre que el principal argumento ideológico del progresismo parte de la concepción de un Estado Federal Descentralizado que mantiene como postulados teleológicos: "la igualdad, la solidaridad, la participación ciudadana, la libertad, la eficiencia y la eficacia, todo bajo la metodología del debate, de la concertación, del respeto y del diálogo, orientada hacia la búsqueda una economía sustentada en el desarrollo humano, en el equilibrio con el ambiente y el respeto al Estado de derecho", e igualmente "la unión, la inclusión, reconciliación, el bienestar y la paz en nuestro país" con el cual se superaría la crisis vigente del capitalismo, dejando de lado los intereses partidistas e individuales.
Como puede observarse, la contradicción principal del enfoque utilizado para lograr estos grandes objetivos, es que se parte de un enfoque sociologista donde se confunde los procesos y procedimientos burocráticos de trabajo con lo que es un modelo económico y un proyecto de país. Esta sola razón, obliga a leer estructuralmente las siguientes recetas de corte populista tomadas textualmente de la propuesta progresista:
1. "Dar respuestas eficientes y efectivas a las prioridades y necesidades de la población por intermedio de los Gobiernos Locales Progresistas, presentes en cada municipio y parroquia; a la vez se profundizará el trabajo comunitario a través del empoderamiento ciudadano, integrando la gestión de manera directa con los ciudadanos y las comunidades organizadas a través de las Unidades de Gestión Progresista a fin de orientar la acción del gobierno regional para afianzar el bienestar colectivo. Todo ello se enmarca en la necesidad de cambio que exige Venezuela".
2. "Esta gestión tendrá como referente el Plan Estratégico Lara Progresista que con sus 11 planes especiales se operativizan la nueva visión del Estado que se construye desde el Ejecutivo Regional para hacer más eficiente la estructura gubernamental; aunada a la sólida relación con las comunidades organizadas, bajo el criterio de un modelo social y político expresado en los Gobiernos Locales Progresistas.
3. "Toda la práctica diaria de nuestro estilo de gobernar va más allá de las oficinas de la gobernación, la hemos concretado en este plan estratégico, con el objetivo de sistematizar para dar respuestas eficientes y permanentes a la demanda social presente en los compromisos asumidos, en las visitas a las barriadas populares, en las caminatas montañeras y los madrugonazos".
4. Y como deducción nuestra; la simplificación de la gestión de gobierno en once (11) áreas de acción programáticas, que diluyen en la abstracción a los sectores económicos del modelo de producción existente, y dan lugar a una confusión entre lo que lo es el crecimiento económico y lo que es el desarrollo económico social integral.
Este marco de referencia utilizado para indicar el tipo de forma y fondo, en la manera de estructurar la percepción de un supuesto modo de producción progresista, hace pensar; que se trata de una apología a una supuesta transformación o reforma del capitalismo que por sus implicaciones, pone en la disyuntiva de adjetivar esta propuesta como progresismo guaro, si su lógica inversa no ofende al gentilicio larense, o se trata de un chiste político-partidista, por lo que aplicaría parafrasear a Cabrujas, y discurrir sobre un progresismo guasón. Veamos porque;
Sí se tuvo la oportunidad de analizar y reflexionar sobre la también trágica propuesta del "capitalismo popular", resucitado por María Corina Machado, descubrimos en sus puntos de coincidencia, que ambas propuestas políticas son hijas gemelas del capitalismo neoliberal y compañeros de ruta en la búsqueda de un nuevo "Estado del bienestar general" sustentado en la inmutabilidad, y la fe en la democratización del capital, dentro del sistema capitalista; objetivo inalcanzable en un sistema que por su naturaleza o esencia es asocial y deshumanizado, por cuanto su formación económica social coloca en su centro a dicho capital, y relega al hombre (individuo, pueblo, nación) el papel de objeto sujeto a las leyes del capitalismo.
La transformación del actual capitalismo monopólico en un nuevo régimen social, en ambas tesis políticas, se apoyan en un enfoque de tipo sociologista-economicista del modo de producción capitalista, con los que se trata de justificar o subsanar los conflictos dramáticos del sistema mediante el reacomodo o reconfiguración de los efectos o consecuencias de los mismos y no en la génesis o causas de las contradicciones principales que dan lugar a los problemas sociales propios del capitalismo, enraizados o radicalizados en la lucha de clases.
Desde una subcultura político-partidista que carece de principios filosóficos y en consecuencia de concepciones teóricas, valores y premisas políticas, ambas tendencias asumen un supuesto eclecticismo como herramienta para justificar veladamente el régimen capitalista, subsumiendo en las políticas neoliberales y progresistas, la intención de superar las contradicciones derivadas de la propiedad privada, la diferencia de clases, el trabajo alienado y asalariado, la distribución inequitativa del ingreso y la situación de dependencia.
Desde la teoría de capitalismo popular y el progresismo utópico se trata de mantener entre millones venezolanos, la falacia de una transformación radical del Estado burgués en un "Estado, del bienestar general", sin resolver la desigualdad social generada por la lucha o los antagonismos de clase, que deviene de la acumulación de capital producto de la propiedad privada de los medios de producción, la obtención de plusvalía, la forma capitalista privada de la apropiación, la explotación de los trabajadores, la venta de la fuerza de trabajo por parte de los trabajadores asalariados. Como puede verse esta intencionalidad queda reducida a la nada sí la teoría y la acción de los actores organizados, no esta dirigida a transformar la base económica y lograr un hecho político revolucionario, no reformista, que realmente cambie las condiciones de desigualdad, pobreza y explotación de las grandes masas de ciudadanos que conforman la sociedad venezolana.
El corolario de esta reflexión es que los grandes objetivos propuestos por los ideólogos del "capitalismo popular y el progresismo social o constitucional", como son: el Estado de bienestar social, Gobiernos Locales Progresistas, Desarrollo Humano, la unión, la inclusión, reconciliación, el bienestar, la paz en nuestro país, equilibrio con el ambiente, desaparición de las clases sociales y las contradicciones de clase, democratización del capital, nivelación de los ingresos y otros, ratifican una profunda incomprensión, más bien confusión de la teoría y la praxis por parte de los sectores populistas oligárquicos, en tanto no existe un margen de posibilidad entre pensamiento y acción, entre intencionalidad y cometido, pues históricamente esta demostrado que la dimensión de estos objetivos rebasan las posibilidades reales de lograrlos dentro del capitalismo, debido a que el reformismo solo maquilla o embellece la naturaleza explotadora del orden interno capitalista, sin resolver las contradicciones propias del sistema.
Desde esta perspectiva se puede concluir; que esta visión de "cambio social" a lo interno del modo de producción capitalista, es una propuesta propiciada por los movimientos políticos conservaduristas de la centro-derecha burguesa, que conlleva a atornillar el mismo sistema haciéndolo estratégicamente más funcional y menos contradictorio, pero que en un nuevo ciclo de reacomodo, se hace más productor y reproductor del sistema capitalista, perpetuando las mismas condiciones de su formación económico-social.