Diálogo. …Lo que yo creo

Como deseo hecho realidad para algunos venezolanos ya se habilitó otro espacio de diálogo para aclarar, acordar o construir un camino político capaz de habilitar una convivencia pacífica y hasta reconocimiento institucional en esta patria sacudida por una polarización politiquera que tiene en ascuas al desempeño normal como país a toda Venezuela. Esta vez con un grupo opositor partidista conocidos como La MUD y el gobierno nacional.

Escribo otro porque mucha gente a cruzado puentes con el chavismo en el gobierno para producir, crear, o planificar actividades sobre todo económicas productivas de bienes; en sana paz y respetando las leyes y la institucionalidad existente hoy y aquí en la cuna de Bolívar. Así como otros están buscando un camino para sumarse a estas iniciativas entre las empresas y el gobierno.

Los diálogos se caracterizan por cruzar propuestas, más no exigencias. Una característica de la oposición venezolana es que representa a una oligarquía criolla y a otra extranjera que no se ven representadas en el estado hoy y quieren recuperar ese espacio como sea. Entonces los emisarios opositores del dialogo no tienen voces propias sino que son peones de intereses internos y externos a nuestro país.

Ahora bien, mucha gente confía y sobre todo cree que los acuerdos saldrán de estos debates de la noche para la mañana. Y no es así. La oposición venezolana al chavismo le ha asomado rasgos de irracionalidad enfermiza en todo el trayecto de gobierno revolucionario. Esto hace muy difícil para el gobierno de Maduro plantear alternativas ante las pretensiones que incluso rayan el fascismo en muchos grupos que hacen vida dentro de la oposición y la misma MUD. Así también se suma el hecho de que los opositores tienen las manos vacías en esta negociación y asumo que lo único que pueden ofrecer es abandonar el odio, la violencia callejera, empresarial, institucional o personal hacia los otros poderes republicanos en Venezuela, promesa que funcionará solo como promesa, para salir del paso.

El gobierno en cambio si tiene cartas que ofrecer, pero estoy seguro que no las cambiará por pendejadas o elementos ilegales que propondrán (la MUD), la oposición sabe esto y como su irracionalidad no les permite entrar en razón; este dialogo podrá extenderse y complicar por ende los distintos acuerdos a que se pudiera llegar. Otra cuestión es la deuda moral y política que tiene la Asamblea Nacional en manos opositoras, con los otros poderes del estado venezolano a quienes han desconocido desde que se emborracharon aquel día que desdichadamente para Venezuela tomaron las riendas de La Asamblea Nacional.

Tiene la MUD que sentarse con todos los poderes y convencerse que solo tiene un poder de los cinco que existen constitucionalmente, su necio desconocimiento y su enfermedad de grandeza los hace vulnerables ante la ley por los distintos delitos cometidos contra el país y la destrucción institucional de la AN, desde su estreno como diputados. Los poderes: Electoral, Judicial y Ciudadano deben tener lugar en esos diálogos para dejar claro el estado de derecho con que cuenta el venezolano. La MUD propondrá obviar sus transgresiones, pero no pedirá perdón. Hay razones para creer que mientras dialoga mantienen un plan B. Muchos opositores rechazaron el dialogo. ¿Acaso sentarse La MUD no será una tramoya más?

Son incontables los delitos de la oposición incluyendo los de los diputados de La Asamblea Nacional. La verdad, es loable sentarse a dialogar para conseguir alguna paz con ellos o al menos invitarlos. Su único poder es la violencia y su dinero. Pretenden tomar el poder estatal total a cuesta del sacrificio de los más vulnerables y por vías antihumanas y anticonstitucionales. Son machistas y misóginos. Tienen tendencias xenofóbicas. Van en contra de nuestras Fuerzas Armadas Nacionales. Son indignos de representar a nuestro pueblo en cualquier foro y menos aptos para crear leyes para favorecer a las mayorías.

En fin y de todas maneras el que manda es DIOS y ojala sea él quien los haya hecho reflexionar y asumir su rol al que han abandonado. Los diálogos no cambian a las personas en todo caso ayudan a redirigir un comportamiento humano o colectivo y también conducen a acuerdos. En este caso las ideas políticas o ideológicas no tienen por qué abandonarse. Priva sí; la sensatez, la historia, la razón, la verdad, la democracia, la política de altura, el bien común, la convivencia, el reconocimiento real del otro y de los defectos que tenemos, la comprensión. Las conversaciones que se hagan desde este momento nos deben llevar a vivir en paz en el mejor país del mundo VENEZUELA.



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Pedro Barrera


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