Guarataras no dan flores y los vidrios ahumados son chocantes

Guarataras no dan flores
y los vidrios ahumados son chocantes
Américo Hernández

El método eleccionario escogido por el PSUV para seleccionar sus candidatos a las elecciones de noviembre sirvió para evaluar el desempeño de los gobernantes y de los dirigentes que se inscribieron para optar a esos cargos. Asimismo para refrescar el liderazgo chavista.

Los electos de manera directa. Por paliza. Reflejaron que están sembrados en el corazón de los pueblos... Es decir. Eximieron con 20 puntos. Ahora quienes reprobaron; los que por no obtener ni siquiera el 15 por ciento de ventaja sobre su más cercano tuvieron que ser sometido al bisturí de las autoridades supremas del Partido tienen que preocuparse no sólo por ganarse la voluntad de sus colegionarios sino los de la acera del frente.

Una arista importante del evento es la victoria de ilustres desconocidos sobre las estrellas del cotarro chavista en un contundente ejemplo de renovación que es lubricante fundamental de todo Proceso Revolucionario. Además ese activo político mostró lo falso que es creerse líder por quemapantalla y cagatinta.

Por ejemplo, en Barcelona, Inés Sifontes, negreada por Los Pérez, con ínfima presencia en los medios fue designada candidata pesuvista a la alcaldía de Barcelona. En el conteó, le llegó cerquita a su compañero de cámara, William Pérez, pese a ser el propio poder detrás del trono porque que su hermano José, es el acalde; pese a ejercer la presidencia de las comisiones más poderosas de ese cabildo. Sí Los Pérez hubiesen sembrado buena semilla lo más seguro es que hubieren obtenido una gran cosecha de votos. No un pírrico 17,64%. Y apenas un 0,36% de ventaja sobre la negrita Inés. Mandar durante 8 años es tiempo suficiente para sembrar un mar de afectos. Ese tablazo debe servir de reflexión a esta gente.

Machete fue lo que le pasó al alcalde barquisimetano, Henry Falcón, quien salió directo con todos los votos del mundo como candidato a la gobernación de Lara.

Bueno fue lo que le pasó al General Carneiro quien ganó de un viaje su boleto como candidato a la gobernación de Vargas. Igual Aristóbulo y Mario Silva. Gente que ganó sobrado porque el pueblo está contento con su forma de actuar, de gobernar, de hacer política.

Ganaron los que sembraron bien, con obras y con humildad.

Los que sembraron odio, indiferencia, displicencia, prepotencia, cosecharon tempestades. Guaratara no da flores. El mejor abono para cosechar el cariño del pueblo es el amor, la humildad.

Los que perdieron tienen que olvidarse de la derrota y salir a ayudar, con su esfuerzo y el de sus seguidores, al triunfo de los candidatos pesuvistas. Nada de echar la partida para atrás. Nada de echarle la cabra pal monte a Inés y jugar pa atrás contra Tarek. Los que se pongan cómicos tienen que ser sancionados. Nadie es imprescindible cuando la mayoría es el pueblo.
Vamos con todos a ganar en noviembre.

TINTERO

Gerardo Blyde está desquiciado de bola a bola. Le oí en Rctv decir que Chávez fue candidato porque su causa fue sobreseída. ¡Bueno doctor ¿y eso no es ley?!
Cuando el Presidente Caldera firmó el sobreseimiento del Comandante poniendo como condición que pidiese su baja sentenció su inocencia.
Sobreseimiento, Mr. Blyde, según el Diccionario esencial de la lengua española, significa:
“Acción y efecto de sobreseer. Libre. M. Der. El que por ser evidente la inexistencia de delito o la irresponsabilidad del inculpado, pone término al proceso con efectos análogos a los de la sentencia absolutoria-provisional. M. Der. El que por deficiencia de pruebas paraliza la causa”.
La inteligencia y los estudios de Blyde se dislocan por su disociación sicótica. Viendo su actuación recuerdo el libro El idiota interior, de David L. Weiner. Él, por atacar la inhabilitación, mete en el mismo saco el Caso Chávez. Es decir se convierte en un idiota.
Esa obra (recomiendo su lectura para que entienda porque brota de manera imprevista el idiota interior) explica, entre otras cosas, por qué Clinton, siendo presidente de USA, se metió en tremendo vaporón por un latazo dado a una pasante gorda y bofa, que de milagro no le hizo perder el coroto.

americoarcadio@yahoo.com




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Américo Hernández


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