A lo que no le dan respuesta los hiper-revolucionarios del Grano de Maíz

Sobre la fulana propiedad social de los medios de producción y el debate sobre el socialismo

Los “revolucionarios” anónimos de la columna “El Grano de Maíz” han continuado en esta semana con sus descalificaciones ofensivas contra el encuentro de intelectuales celebrado en el Centro Internacional Miranda, publicando sendos artículos este martes 23 y miércoles 24. Me permito nuevamente responderles, como participante en el evento del CIM y como militante revolucionario con más de 30 años de lucha constante por el socialismo. En esta respuesta crítica seré duro, muy exigente, sin tener clemencia en la crítica (palabras de Chávez definiendo su propia forma de criticar), pero en un sentido constructivo, en función de aclarar los pasos a seguir en la construcción del socialismo.

  1. Primero que todo ratifico nuevamente que en el socialismo no debe haber intelectuales, que no debe existir división entre trabajo manual y trabajo intelectual. Por tanto, tampoco debe haber dirigentes y dirigidos, debe haber representantes del pueblo electos por las bases populares y sujetos a la contraloría social de su gestión, revocables en todo momento, y de rotación constante entre las funciones de dirección y las funciones como ciudadano común (principios de la democracia participativa que está consagrados en nuestra constitución).
  2. En mi caso particular, el hecho de haber escrito algunos libros y artículos científicos no me ubica como intelectual. Mi condición de fundador de la Unión Nacional de Trabajadores, así como antes fui fundador del Frente Constituyente de Trabajadores y de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores, me coloca en tiempos recientes como un simple trabajador asalariado, como luchador social que a lo largo de 30 años he participado en el movimiento estudiantil, en el movimiento profesoral universitario, en la organización campesina e indígena, en el sector cultural, y en funciones de educación popular.
  3. Creo que si en algún sitio existe una profunda separación entre trabajo manual y trabajo intelectual es en el seno del gobierno. Más que rotación entre cargos directivos y funciones como ciudadano común, lo que hemos presenciado es una constante rotación entre uno y otro cargo dentro del gobierno. Los dirigentes son siempre los mismos. Incluso perdiendo elecciones internas en el PSUV, quedan como dirigentes nacionales y vicepresidentes del partido. Incluso perdiendo vergonzosamente elecciones de gobernador o de alcalde, siguen detentando sus altos cargos en el ejecutivo y en el partido.
  4. Si en algún sitio existe la prepotencia propia del intelectualismo burgués es en el seno mismo del ejecutivo. Recordemos los denuestos de Maduro contra el evento del CIM, al que calificó como un encuentro de habladores de paja. Vaya manera de aceptar la crítica. Parece que según los dirigentes del gobierno bolivariano el significado de las palabras “bienvenida la crítica” es sólo en una dirección, siempre y cuando quien critique sea el propio gobierno. De la reacción desproporcionada, de la urticaria levantada por los diferentes señalamientos críticos formulados en el evento del CIM, se desprende que para el gobierno la crítica desde las bases populares no es admisible. Y digo bases populares porque la mayoría de los participantes en el CIM constituyen simples ciudadanos, que se ganan la vida con su trabajo, que probablemente militan en algún batallón del PSUV y participan en un consejo comunal o alguna otra organización social de base. Yo no sentí allí en ningún momento que alguien hablara a nombre de una elite de predestinados que estaba “leyéndole la cartilla” al gobierno acerca de lo que se debe hacer. Para ello pueden verse los videos en youtube.
  5. El meollo de todo el debate es el destino de la revolución bolivariana. Son las diferentes respuestas que se construyen ante la pregunta: ¿Qué es el socialismo del siglo XXI? y ¿Cómo el socialismo del siglo XXI evitará transitar los caminos equivocados que condujeron al colapso del socialismo del siglo XX?
  6. Los pretendidos “teóricos” y “revolucionarios” del grano de maíz hacen toda una alharaca planteando que el centro del debate es el apoyo o no a la llamada “propiedad social de los medios de producción”. Consideramos que el socialismo es el poder del pueblo, y en términos económicos, socialismo significa participación de los trabajadores en la conducción de la economía, desde los mismos centros de producción, pero también en la determinación de las grandes líneas de desarrollo para la nación y para Latinoamérica.
  7. Socialismo no es igual a propiedad del estado sobre las empresas y tierras. Eso lo dijo Carlos Marx hace más de 140 años, y sigue teniendo vigencia, sobre todo al considerar la nefasta experiencia de la URSS. El socialismo debe avanzar a transformar las relaciones de explotación capitalistas, las cuales siguen existiendo aún cuando el estado sea propietario de los medios de producción. El socialismo debe avanzar a superar el cálculo económico basado en la ley del valor, algo que nunca hizo la URSS y que llevó al Ché Guevara a enfrentar decididamente la forma de organización económica de los soviéticos y a ejecutar su propia perspectiva socialista de organización de la economía en la Cuba de los años sesenta (el llamado Sistema Presupuestario de Financiamiento).
  8. Los amigos del grano de maíz no especifican en ningún lado qué significa para ellos la “propiedad social de los medios de producción”. Nada dicen sobre la forma de participación de los trabajadores y del pueblo en general en esa “propiedad social”. Nosotros decimos que en las empresas controladas por el estado, comenzando por la principal, por la que sostiene toda nuestra economía, por PDVSA, debe existir participación plena de sus trabajadores en la conducción de las mismas. PDVSA es del estado venezolano desde 1976. Muchas otras empresas en manos del estado, como las de aluminio o del carbón, tiene también muchas décadas siendo estatales. Hasta ahora, el esquema organizacional de dichas empresas sigue siendo el mismo sistema organizacional de cualquier empresa capitalista del mundo. No tienen nada de socialistas ni PDVSA, ni Carbozulia, ni las empresas de la CVG , ni Pequivén.
  9. Quienes escriben el grano de maíz son funcionarios de PDVSA. Yo les pregunto: más allá de la discursería insulsa que mantienen por la prensa todos los días, ¿en dónde están sus esfuerzos concretos para que el socialismo, el poder real de los trabajadores, se haga realidad en Petróleos de Venezuela?. ¿Dónde están sus esfuerzos reales para fortalecer al movimiento de trabajadores petroleros?  El cual ha sido dividido, chantajeado, perseguido, comprado y envilecido por los gerentes de PDVSA, quienes aplican las mismas tácticas antiobreras que se ejecutaban en la vieja industria petrolera de la cuarta república.
  10. ¿Quiénes representan la ideología pequeñoburguesa en este caso?  Esta pregunta se la pueden hacer los lectores de aporrea, que es el único medio por el cual uno puede emitir sus opiniones. ¿Quiénes están defendiendo sus privilegios en los cargos que ocupan dentro del estado? ¿Quiénes sufren de urticaria cada vez que alguien les recuerda que esta revolución se está quedando en muchas palabras bonitas y pocos hechos concretos en sentido socialista?
  11. Es más: ¿Qué tiene de semejante el socialismo con el capitalismo de estado? ¿Es que acaso se está creyendo que porque en los Estados Unidos estén nacionalizando bancos y empresas para evitar el hundimiento económico, ese país está tomando un rumbo socialista? El imperio yanqui nacionalizó muchas empresas en los años 30 para superar la crisis de esa época. Luego intervino en la guerra, le lanzó las dos bombas atómicas a los japoneses, y se erigió como la gran superpotencia del mundo capitalista. El estado benefactor, el new deal de Roosevetl, el capitalismo keynesiano, simplemente fueron respuestas a una situación de crisis y de debilidad objetiva del sistema capitalista, pero esas políticas nunca transformaron el carácter explotador, opresor, depredador, genocida, del imperialismo yanqui.
  12. En el mismo evento del CIM dijimos claramente que esta crisis capitalista puede ser superada si no se levanta un movimiento revolucionario mundial que derroque el poder del capital y enarbole la alternativa socialista. Dijimos también que una revolución que nace torcida jamás se endereza. Así ocurrió con la URSS , la cual fue criticada en sus formulaciones fundamentales por revolucionarios como Rosa Luxemburgo, Antón Pannekoek y otros entre 1917 y 1921. Esas deficiencias de nacimiento del socialismo soviético condujo al colapso final de la URSS en 1991. El Ché Guevara desarrolló una profunda crítica de esas premisas equivocadas sobre las cuales se construyó la economía soviética, enfilando sus objeciones hacia la Nueva Política Económica formulada por Lenin en los años 20, por haber introducido ésta el veneno del capitalismo dentro del sistema económico soviético.
  13. De allí la importancia de la crítica, del debate amplio y descarnado como recomienda Fidel Castro, para definir qué debe ser el socialismo del siglo XXI.
  14. Ya basta de aceptar insultos de personajes que se autodefinen como super-revolucionarios pero que nadie sabe realmente de dónde salieron y cuál es su participación efectiva en las luchas del pueblo venezolano. Ya basta de anonimatos y de descalificaciones oportunistas. Emplazo a los del grano de maíz, a quienes desde programas de televisión repiten las barbaridades dichas en esta columna, a permitir el respectivo derecho a réplica. Es muy fácil avasallar utilizando todo el poder del estado, todos los recursos económicos petroleros del estado para buscar aplastar a quienes simplemente han hecho observaciones críticas al desempeño gubernamental en diferentes áreas. Pero parece muy difícil debatir democráticamente en escenarios públicos. Ese es el mérito del debate efectuado en el CIM. Lo realizado en el Centro Internacional Miranda puede reeditarse en cualquier barrio, en cualquier empresa del estado, en las universidades, en las zonas campesinas e indígenas. Yo mismo me comprometo a darle continuidad a ese debate aquí en Maracaibo y otros municipios del Zulia. Invito y emplazo a estos “urticariosos” ante las críticas, a que salgan del closet y debatan públicamente, sin la ventaja de tener un diario de circulación nacional o un programa de televisión a su favor.
  15. Por nuestra parte tenemos moral para intervenir, humildemente, en cualquier debate sobre el destino de esta revolución. Nosotros si hemos roto cercos militares. Si hemos conocido largos años de clandestinidad. Si soportamos la muerte de camaradas, como los 23 caídos de Cantaura. Si mantuvimos nuestro compromiso revolucionario en épocas en que centenares de nuestros camaradas estaban en prisión. Nos la hemos jugado por la revolución ejerciendo todas las formas de lucha, y lo seguiremos haciendo mientras estemos con vida. Nuestro compromiso con la revolución es fundamentalmente práctico, en las bases populares, y tal vez por eso no seamos tan conocidos ni nuestra labor trascienda a los medios oficiales. Pero esa es la realidad de miles y miles de militantes comunistas que impulsan la revolución bolivariana desde abajo.
  16. Esta revolución es del pueblo venezolano. Ese destino se escribió claramente el 12 y 13 de abril de 2002. Corresponde al pueblo exigir el puesto que le corresponde en la conducción de este proceso. El socialismo es el poder del pueblo. La propiedad social de los medios de producción será socialismo verdadero en la medida en que los consejos obreros asuman el control de las fábricas estatales. De lo contrario no pasará de ser un nuevo fraude de la burocracia.
Hasta la victoria siempre. Patria, socialismo o muerte. ¡Venceremos¡

Maracaibo, 24 de junio de 2009.



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Roberto López Sánchez. Unión Nacional de Trabajadores- Zulia

Roberto López Sánchez (Caracas, 1958). Profesor Titular de la Universidad del Zulia (LUZ) con ingreso en 1994. Licenciado en Educación (LUZ, 1994). Magister en Historia (LUZ, 2005) y Doctor en Ciencias Políticas (LUZ, 2013). Actualmente dicta 6 materias en la Licenciatura de Antropología en LUZ: Historia de América; Historia de Venezuela; Intercambios Económicos; Poder y Movimientos Sociales; Culturas Afroamericanas; y Modo de Vida e Identidad Nacional. Ha dictado seminarios a nivel doctoral y nivel maestría en universidades venezolanas; y seminarios de Historia de Venezuela en universidades de Chile y España. Actualmente coordina la Unidad Académica de Antropología. Ha dirigido proyectos de investigación a través del CONDES-LUZ, y CLACSO. Línea de investigación: estudio de los movimientos sociales. Ha publicado más de 50 trabajos científicos. @cruzcarrillo09

 @cruzcarrillo09

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