El show como política (y la política como show)

I A falta de ideas y de proyecto de país hay que refugiarse en el show. Es lo que le ocurre con una oposición carente de seriedad. Tenemos un remedo de oposición que pasa la mayor parte del tiempo refugiada en las pantallas de la televisión o en los diarios que la tutelan. Oposición que cuando sale a la calle da pena ajena. Porque en el discurso, como en la acción, no hace otra cosa que repetir desaciertos. Por eso su actual estado de postración. Es obvio que me refiero a sus dirigentes. No a los compatriotas que están contra el proceso bolivariano. Respeto el derecho a disentir de ese conglomerado, y como demócrata me angustia que esa dirección inepta sea causante de su frustración.

Que de manera reiterada la conduzca a la aventura.


II Se trata del ejercicio impune de una conducción errática. Que no termina por asumir la política con el cerebro sino con el hígado. Con criterio propio y no inducido. Cada vez que adopta una posición, como es el caso del debate sobre la reforma constitucional, en vez de hacerlo con talante democrático lo hace con propósitos desestabilizadores. Buscando siempre reeditar las acciones del 20022003. Así ocurre con las manifestaciones de las últimas semanas. En ellas se hace presente su debilidad y confusión.

Debilidad porque lo que caracteriza su acción es el espectáculo. Si no hay cámaras, si no se promueve la violencia, nada cuenta. Lo mediático es lo que vale, y refleja la declinación del liderazgo político en los dueños de medios. La confusión que la invade, por su juego dual, es fuente de provocación a una fuerza pública que actúa con criterios distintos a los imperaron en tiempos de la Cuarta República. Fuerza pública que tiene instrucciones de respetar los derechos ciudadanos –a diferencia de lo que ocurrió en el pasado, cuando los cuerpos policiales salía a la calle a reprimir y a matar.


III Cada vez que se realiza una movilización de la oposición, del tipo que sea, el medio es el primero en llegar (antes que el manifestante). La sincronía es asombrosa, así como las características de las reseñas. Ejemplo: durante la manifestación de estudiantes opuestos al gobierno del 01-1107, la agresión contra la fuerza pública fue silenciada. Los policías heridos por los manifestantes, y las escenas en las que éstos aparecían atacándolos, no fueron registradas. Dos reporteros de "El Nacional", Celina Carquez y Alfredo Meza, de quienes tengo la mejor opinión como profesionales, llegaron en su crónica del siguiente día a escribir (cito textualmente): "Los simpatizantes del oficialismo que estaban apostados detrás de la barricada de la Guardia Nacional lanzaron piedras y botellas sin pudor". Habría que preguntar si los simpatizantes de la oposición que lanzaron piedras y botellas lo hicieron con pudor
IV Es inaceptable que minorías irresponsables y dueños de medios se empeñen en repetir el fracasado esquema subversivo de "los años del desprecio" -2002-2003–, y pretendan apropiarse del escenario para enfrentar una iniciativa constitucional, propuesta en el marco jurídico y democrático. El factor mediático, determinante en la aventura del 11-A y en el sabotaje petrolero, no aprende lecciones; igual los dirigentes de la oposición. Esa inmoral conchupancia es funesta para ambos, y también para el país.

De ahí que Estado y gobierno, sin reeditar las prácticas empleadas por los mismos que ahora escandalizan con inexistentes violaciones de derechos humanos, tienen que actuar con energía. Aplicando la ley y, al mismo tiempo, tendiendo puentes a los opositores dispuestos a dialogar.


LABERINTO

La verdad
es que el general Baduel está metido en un laberinto. Su actitud hay que analizarla en el plano político.

Porque la suya es una posición política que debe ser respondida políticamente.

Pero está de por medio otro aspecto importante de carácter ético. Como ciudadano él tiene derecho a disentir y a decir lo que piensa, lo cual es demostrativo de que en Venezuela vivimos en democracia...


Pero
LA confusión la introduce el propio general Baduel cuando, por ejemplo, envía un mensaje subliminal a la Fuerza Armada Bolivariana invocando su condición de militar, cuando ya no lo es: ahora es un civil. Mensaje que genera suspicacia que debe aclararse...


También cuando
habla de golpe contra la Constitución y al mismo tiempo llama a votar por el NO. ¿Qué quiere decir con esto? ¿Acaso que si el pueblo vota por esta opción no es golpe, pero si el pueblo vota por el SÍ lo es? No puedo menos que calificar de falacia este planteamiento, además de profundamente antidemocrático...


En el trasfondo
está la ética, que es lo que más importa de la irrupción pública del exministro. El general, ahora retirado, suele invocar el Código de Honor.

¿Entre los valores de ese Código no figuran la lealtad y la amistad? El pueblo venezolano es muy sensible a esos valores, y seguramente que a la hora de evaluar su conducta el dato pesará sobre el juicio que en definitiva emita....


Mas que
lo político, que es circunstancial, importa ese factor sin el cual nada, con proyección histórica, funciona: lo ético, lo ético, lo ético...


No le
faltarán al general Baduel –acosándolo por todas partes, tratando de sacarle partido al efecto mediático circunstancial que, explicablemente, provoca su decisión–, consejeros que quieran guiarlo dentro del laberinto. Y los "cantos de ballenas" serán cada día más intensos...


Otro tema
El Partido Popular de España acaba de votar contra la llamada "Ley de la Memoria Histórica" que reivindica a quienes fueron asesinados y perseguidos por Francisco Franco, el "Caudillo de España por la Gracia de Dios", promovida por el actual jefe del Gobierno, Rodríguez Zapatero, cuyo abuelo fue fusilado en ese entonces. La ley declara ilegítimos, pero no ilegales, los delitos cometidos por el franquismo, del cual es heredero directo el PP. De la ley se excluye la expropiación de propiedades de los republicanos (por supuesto, en nombre del anticomunismo) y también el retiro de los símbolos de la dictadura en los templos, como las placas conmemorativas con la leyenda "Caídos por Dios y por la Patria", abyecta exaltación de la división del pueblo español más allá de la muerte. Este partido de Aznar, que defiende la historia sanguinaria del franquismo, es el mismo que pretende darle lecciones de democracia a los venezolanos...


La titulación
de El Nacional es la misma del 11A. Hace 5 años era "emboscada chavista en Puente Llaguno", ahora es "emboscada chavista en la UCV" (08-11-07), expresión de un periodismo manipulador de los hechos, cuadrado con los sectores aventureros de la oposición.

La desesperación por salir de Chávez conduce a la irresponsabilidad.


jvrangelv@yahoo.es



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José Vicente Rangel

Periodista, escritor, defensor de los derechos humanos

 jvrangelv@yahoo.es      @EspejoJVHOY

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