El ministro Eduardo Samán se reunió con los trabajadores de unas empresas privadas comercializadoras de alimentos y los exhortó a hacer contraloría social con los productos, e inmediatamente sale una nota de prensa atacando su posición, llamándole desubicado y recomendando hablar con los industriales, que un ministro debía hablar con los empresarios y no con el pueblo. Claro: la única lógica que entienden los que critican esa acción ministerial es aquella que solo ven la lógica del Estado y sus relaciones con el capital desde la óptica neoliberal.
Pero el ministro está en lo cierto. En una sociedad capitalista como la que tenemos actualmente, aunque en transito hacia el socialismo, son los industriales los que se llevan la máxima ganancia, y desde que comenzó este proceso de cambios revolucionarios que lidera el presidente Chávez, los empresarios capitalistas privados venezolanos han tenido las mayores tasas de ganancia, los indicadores del Banco Central de Venezuela, así lo muestran. Las utilidades brutas que han reportado todos los sectores capitalistas privados como el bancario, para poner solo un ejemplo, marcan máximos históricos, pero todavía, pese a que han ganado mucho dinero, no están contentos.
Los que critican las acciones del ciudadano Ministro de Comercio, son los que en su momento aplicaron las medidas del Fondo Monetario Internacional, los complacientes con el sistema neoliberal que condenaron a los pobres de Venezuela a pasar hambre y miseria durante todo el periodo de la cuarta república y ahora están jugando a la hiper-inflacción para que se caigan las políticas con sentido socialista del gobierno nacional. Ellos ensayan maniobras económicas desestabilizadores, tratando de cabalgar la actual crisis financiera mundial, pero fracasarán al igual que han fracasado todos los intentos descabellados de tumbar el proceso revolucionario bolivariano.
Adelante ministro: Patria, socialismo o muerte, estamos venciendo.
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