El 6D ganaremos con el 67%

El 6D se medirán varias fuerzas en el país, los factores de la ultraderecha que ha promocionado los golpes de Estado y la violencia, la derecha que son los partidos minoritarios y mediáticos de la oposición, el Clero Católico como representantes de organizaciones no católicas, el empresariado corrupto, parasitario y normal y el chavismo disidente.

Por la otra acera tenemos la izquierda aglutinada en el PSUV, el Gran Polo Patriótico y los movimientos sociales representados en las Comunas, Consejos Comunales y toda la variedad de organizaciones y movimientos sociales, culturales, deportivos y religiosos grandes y pequeños.

Podríamos dividirlos en dos grandes bloques: Capitalismo y Socialismo. Más que ganar la mayoría en la Asamblea Nacional lo que se va a medir son grandes fuerzas.

El Capitalismo que es el sistema político económico que impone la acumulación de capitales en pocas manos, sostenida por estructuras gubernamentales, legales, empresariales y militares en detrimento de la mayoría de la población.

Sistema impuesto por décadas en Venezuela con sus resultados de pobreza, saqueo, robo, exclusión, dominio cultural y atraso con el control político, primero desde el colonialismo español, luego las oligarquías en los tiempos de la independencia, vivida en la dictadura perezjimenista para mutarse luego en el Pacto de Puntofijo y que hoy coexiste con la revolución, negándose a morir y sosteniéndose aún bajo el manto del capital privado con el control de los medios de producción y distribución social como los medios de comunicación social.

El Socialismo que bajo un proceso revolucionario de más de una década fundamentádose juridicamente con apoyo masivo, tanto electoral como popular, busca desmontar un Estado burgués por medio de políticas estructurales paralelas a él con las Misiones y la independencia de los poderes con un sistema económico de distribución equitativa de los ingresos económicos tanto de la renta petrolera como de la recaudación de impuestos y excedentes de las empresas del Estado, logran en un proceso democrático participativo y directo del pueblo afianzar un desarrollo social y político adaptado a la región en contra de todo un sistema neoliberal enquistado como cultura aún difícil de superar de un todo.

Dos sistemas que consciente o no el Pueblo están en pugna en el país con sus matices de violencia y manipulación de parte de la oligarquía que persiste en su no renuncia al poder resistiéndose al cambio apoyado por factores políticos y económicos foráneos.

En 16 años se han celebrado como ningún otro país en el mundo 19 elecciones con un sistema electoral único en el mundo, cuestionado por la derecha política del cual se ha beneficiado aún y que a pesar de todo sigue confiando con sus traiciones en un nuevo proceso electoral inscribiendo sus candidatos.

Llegaremos a un nuevo proceso electoral enmarcado en un contexto político económico de profundo saboteo que mucho daño ha hecho sacando jugozas ganancias con el acaparamiento, la especulación y contrabando instaurando su brazo armado paramilitar con el fin de crear a oscuras toda una estructura conspirativa sino logra su objetivo de ganar por mayoría la Asamblea Nacional, estructura descubierta y aceleradamente desmontadola el Estado con sus políticas de inteligencia y la fuerza militar como policial ajustada a derecho y presentada al país obteniéndose apoyo nacional como así lo demuestra recientes encuestas aunque cuestionadas por factores externos de acciones de denuncias bien orquestadas por la oligarquía internacional para preparar escenarios intervencionistas que empañe un proceso transparente.

La oposición venezolana sin mayoría popular y muy cuestionada sigue presentándose al mediaticamente como una alternativa de cambio sin proyecto alguno, apoyándose en una guerra económica de desgaste contra el Estado y en búsqueda de desmoralizar las fuerzas revolucionarias con el objetivo claro de desestimular el voto chavista haciendo creer que el triunfo electoral es seguro cuando la realidad es otra al conocerse de hondas divisiones internas en el predominio de partidos como Primero Justicia y Voluntad Popular de corte fascista que han violentado la participación directa de esa minoría social que se opone por miedo e ignorancia a la revolución.

Analistas del proceso revolucionario temen que estas elecciones estén signadas por reacciones violentas de los sectores radicales que sabiéndose ya pérdidos conspiran desde adentro pero que una vez más serán neutralizado por un Estado que se ha fortalecido y un pueblo politicamente consciente que no se dejará quitar sus logros sociales que son bastantes, invisibilizados por los medios de comunicación privados.

Leyendo y escuchando resultados de análisis de consulta sobre políticas del Estado en materia social y de seguridad, todas las encuestas apuntalan lo que a mi juicio intuyo podría ser los resultados electorales de un posible 67% a favor del proceso revolucionario que no será una sorpresa porque el Pueblo ha venido entendiendo que a pesar de muchas fallas por parte del gobierno, toda esta situación de malestar económico como la inseguridad son políticas conspirativas de la oligarquía para enlodarselo a la revolución.

Tener plena consciencia de defender el Legado de Chávez es lo que movilizará a esa mayoría revolucionaria que en esta oportunidad saldrá masivamente a votar y mucho más esa masa joven que se sentirá esperanzada en una nueva Asamblea compuesta por parlamentarios jóvenes y muchas mujeres cosa contraria a la oposición.

Esto y mucho más son los escenarios de cara a unas nuevas elecciones.



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Julio César Colmenares

Comunicador alternativo.

 juliocesar1221@gmail.com

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