Luís Alberto Toro Ojeda
Nos acercamos a la fecha aniversaria en donde el Bravo Pueblo venezolano nos dio un claro ejemplo a todas y todos quienes creemos en "la utopía posible", la construcción de la sociedad socialista. Solo basta observar las imágenes televisivas con programas especiales sobre la fecha para sentarse a reflexionar y hacerse interrogantes como: ¿Que hubiese pasado si la intentona golpista se consolida? Seguramente convierten el país en una "carnicería humana", estaríamos viviendo las consecuencias terribles de una situación de este tipo; comentando con amigos chilenos sobre este caso, todos coinciden en señalar que la represión en Chile del 73 se quedaría como "un niño de pecho" al lado de la represión en Venezuela.
Hago esta breve introducción para tratar de llamar la atención en el sentido de asumir plena conciencia de los riesgos que corremos todos a la hora de fracasar este hermoso intento de "tomar el cielo por asalto" y entonces nos asalta otra interrogante: ¿Porque algunos juegan "en el filo de la navaja" a las divisiones internas? Me niego a creer que todos sean infiltrados o actores que deliberadamente hacen este juego, no obstante, no podemos desechar de plano un plan con estas características, organizado y financiado por los organismos de inteligencia de los EEUU, pero existe también mucho de nuestra parte; las desviaciones propias de las visiones pequeño burguesas, el anquilosamiento de las viejas estructuras del estado, etc., forma parte del "monstruo de mil cabezas" que incide en el comportamiento de buena parte de nosotros.
No quiero disgregarme más del tema en cuestión que es el referido al ejemplo de unidad de todo un pueblo, el cual, al verse amenazado reacciono como un esfuerzo colectivo para reencontrarse consigo mismo y reponer al presidente Hugo Chávez aquel 13 de abril; ese esfuerzo colectivo pareciera no haber permeado del todo a la clase dirigente, a la vanguardia revolucionaria, pero sobretodo a los cuadros medios de la revolución.
Así como señala el líder del proceso, Hugo Chávez, refiriéndose a las elecciones regionales de 2008 como un escenario estratégico, sin duda lo es, los equipos intermedios de la revolución y específicamente, los equipos regionales, municipales y locales deben alimentarse de una profunda conciencia del momento histórico que le corresponde vivir a la patria. Atónitos observamos como algunos consideran al país como una simple operación matemática y a veces poca o nula importancia le otorgan a varias regiones; este descuido crea escenarios de anarquía en algunas zonas, falta de cohesión entre los distintos entes del estado que hacen muy difícil el accionar político. Se hace necesario, ante este cuadro, revisar concienzudamente los cuadros intermedios del estado, sus actuaciones, la correspondencia de éstos con el proceso de cambio que vive el país.
Más allá de la acción del ministro, del director, del gobernador y del alcalde e incluso del propio presidente existe unos cuadros medios que no están haciendo el trabajo correctamente. Todo esto trae como consecuencia que las decisiones tomadas en las altas esferas del gobierno caigan en una especie de adormecimiento que pone en peligro el éxito de todo el esfuerzo que hace nuestro máximo líder y muchos cuadros revolucionarios a lo largo y ancho del país. Podemos observar que existe un cuadro absolutamente contrario a los intereses de la revolución y del pueblo, en este orden de ideas, la consolidación del PSUV a todos los niveles se hace imprescindible como tarea urgente y por tal razón la unidad de todos los factores que coexisten en el PSUV, los mismos deben asimilar, en su verdadera dimensión, la tremenda responsabilidad que tienen y tenemos todos por delante. No importa el espacio que cada quien ocupe, sea el batallón, la circunscripción, el municipio, la región o el ámbito nacional, se trata de aunar esfuerzos en función de atacar sin demora lo que viene sucediendo a nivel de todos los poderes, ejecutivo, legislativo, judicial, poder moral y poder comunal. No podemos seguir siendo víctimas de la irresponsabilidad de algunos personajes que pululan en las estructuras intermedias del estado y no hacen otra cosa que, concientes o no, sabotear la acción del gobierno revolucionario.
En lo que respecta al estado en donde estoy militando, Yaracuy, el pasado sábado y domingo se demostró a nivel de la base y ahora se percibe en la región, cosa que saludamos, la firme y clara intención de un conjunto de dirigentes que están dispuestos a echar a un lado las posiciones subalternas y comenzar a unificarse para emprender la batalla más importante de estos días, ¡la unidad del PSUV!...Esto debe servirnos como ejemplo para todo el país, sin importarnos el ámbito geográfico o demográfico en donde nos toque librar la batalla; la batalla contra el capitalismo, la batalla contra el imperio, la batalla contra las malas costumbres, las desviaciones, la pereza y otras taras que socavan constantemente la revolución.
Las elecciones de Noviembre tienen que ser la más importante expresión de unidad del pueblo, es el deber de todo revolucionario, de todo bolivariano, de todo socialista. Nada hacemos si predicamos una cosa y hacemos otra; el pueblo en su milenaria lucha siempre ha demostrado el arrojo necesario para a desprenderse de todo lo poco que tiene para alcanzar sus objetivos, en el PSUV se supone están quienes dirigirán y orientarán la batalla, el pueblo requiere entonces de una vanguardia preclara, sólida, contundente, que aprenda y eduque al pueblo, que se mueva dentro del mismo como "pez en el agua" y de una vez por todas se coloque al viejo estado burgués en jaque.
Todo funcionario público debe asumir que es un empleado del pueblo, se debe a él, su accionar tiene que conjugarse con los intereses de todos, no de grupos privilegiados.
No es "poca cosa", como refiere Chávez, citando a la presidenta argentina, lo que se está logrando, sin embargo, las revoluciones tienen características muy peculiares, las revoluciones combaten la pobreza y en estas etapas de la historia, la pobreza, enterrada ficticiamente por el capitalismo sale a la luz; todos exigen y tienen derecho; se hace y se hacen cosas y mientras más se hace más problemas surgen, se expresan, se manifiestan y se hacen visibles. La deuda social del capitalismo en este país es tan terrible que hoy más que nunca se expresa con mayor fuerza; por esta razón la dirección política de las regiones tiene que consustanciarse con ese monstruo, estudiarlo, conocerlo y derrotarlo.
Volviendo al tema de la conmemoración del 13 de Abril y los elementos que existen en el ambiente sobre la ofensiva de la oligarquía y el resurgimiento de las posiciones golpistas, el desarrollo de la campaña de terrorismo mediático en donde quieren "encender la mecha" para acondicionar el momento propicio del "asalto al poder", por ello, quienes creemos en esta revolución, quienes creemos en el socialismo y en la paz nos llegó el momento de emprender la batalla por derrotar los residuos del estado burgués en las distintas instancias del gobierno a los distintos niveles, nacional, regional y municipal. Esa batalla no se puede dar divididos; la división es caldo de cultivo para incubar a los contrarrevolucionarios; los contrarrevolucionarios son los primeros que azuzan las divisiones, les conviene, también le conviene al imperio.
Que en una región existan 30 o 40 dirigentes y cuadros del partido peleados entre ellos, generalmente subyugadas por intereses subalternos, (si ustedes revisan con detalle se darán cuenta que detrás de esas divisiones siempre están los benditos intereses económicos, los buscadores de contratos, los "calienta oreja"), el imperio a través de sus medios lo impulsan y lo magnifican, lo patrocina y en muchos casos lo financia. No podemos dejar de referirnos a casos recientes; el del 23 de Enero, el "testigo infiltrado" en el caso Anderson, los ataques alevosos contra el ex fiscal, Isaías Rodríguez, las amenazas contra gobernadores del proceso, como Carlos Giménez, Eduardo Manuit, la Negra Muñoz, las acusaciones contra José David Cabello y lo más reciente del "diputado estrella" de Barinas, con las mismas acusaciones de hace años, al igual que en Yaracuy, donde toman decisiones en la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional con los elementos y las mismas "pruebas" recabadas desde el 2005, cabe preguntarse ¿Por qué ahora? Como revolucionarios estamos de acuerdo con las investigaciones serias, y si algún camarada está vinculado a irregularidades, la sanción tiene que ser ejemplarizante, sin embargo, no podemos dejar "correr bolas" en donde irresponsablemente se imputan cosas que no están del todo claro. Vale recordar el adagio popular "cada ladrón juzga por su condición", es por ello que el partido debe asumir con mucha responsabilidad este tema de la contraloría social y política tan necesaria como la revolución misma.
Debemos celebrar, en el caso de Yaracuy, los vientos de unidad que soplan en esta región; los postulados para el equipo regional por los batallones, se compone por una amplia gama de dirigentes que seguramente desarrollarán una excelente labor, el espíritu de la unidad popular expresada el 13 de Abril es el mayor ejemplo para que en todo el país la unidad este por encima de todas las cosas.
latojeda@gmail.com
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