Medio millón de manifestantes en Atenas - Levantamientos en todo el país
La movilización de
ayer en Atenas, además de su impresionante tamaño, contenía muchos
elementos nuevos. El atolondramiento y la rabia ciega que
caracterizaron los primeros días del movimiento han dado paso al
entusiasmo. Las masas han adquirido una sensación de confianza a través
de la demostración colectiva de su fuerza. Mientras que los primeros
días estaban centrados en la idea de un pueblo enojado y silencioso,
ayer el estado de ánimo había cambiado. La gente gritaba consignas
ingeniosas contra el Gobierno y la "troika", y en todas partes se
formaban grupos de personas espontáneamente en los que todos querían
expresar una opinión sobre el movimiento y sobre los próximos pasos a
dar.
Al
mismo tiempo, en el sector más avanzado de los manifestantes, sobre
todo en los jóvenes, era evidente el interés de buscar una solución
política para el "día después". Esto explica el enorme interés en
participar en la Asamblea Popular de la Plaza Syntagma, a la que
asistieron 10.000 personas, esperando intervenir pacientemente, aunque
muy pocos pudieron hablar.
De las 9.30 pm en adelante, la
densidad de la protesta hacía imposible siquiera acercarse al lugar de
la asamblea. El elemento predominante en la concentración fue la
opinión espontánea expresada por trabajadores, desempleados y jóvenes
comunes que expresaban la necesidad de continuar la lucha.
Se
hicieron muchas propuestas: "sitiar el Parlamento el día en que se
someterán a votación las medidas de austeridad ", "luchar por
establecer asambleas populares en cada barrio", "poner en práctica la
decisión de la Asamblea Popular de declarar la huelga general política
por tiempo indefinido", "luchar contra la propaganda de los medios con
una campaña organizada en los barrios y plazas”. En un punto todos
estaban de acuerdo: "¡que el próximo domingo haya un millón de personas
en las calles de Atenas".
La situación se vuelve revolucionaria
Las masas están
surgiendo a la escena de manera muy dramática y van al frente de forma
consecuente. El clima de esta semana en los barrios destaca el
potencial para las asambleas de masas. El entusiasmo de las protestas
se está llevando en cada lugar de trabajo, poniendo una tremenda
presión sobre los dirigentes de los sindicatos para que tomen medidas.
Ya la dirección de la central sindical GSEE se ha visto obligada a
convocar una huelga de 24 horas el jueves 9 de junio en todas aquellas
empresas que están a punto de ser privatizadas. Por primera vez estos
trabajadores participarán en una acción coordinada, mientras que otra
huelga general de 24 horas fue anunciada para el 15 de junio.
Es
cierto que esta huelga general será diferente a las que vimos el año
pasado. Al venir como parte de la escalada general del movimiento de
masas que se ha desarrollado en las plazas, tendrá una participación
mucho mayor en el sector privado que antes. Y se combinará con las
protestas populares más extensas de las últimas décadas. Esta huelga no
va a movilizar sólo a una parte de la clase obrera, sino que abarcará a
la gran mayoría de la clase obrera y de los sindicatos. Pondrá al
proletariado a la cabeza de una lucha que no es una lucha por
reivindicaciones económicas, sino una lucha política de las masas en las
calles. Esta huelga por lo tanto tendrá una tendencia interna a
convertirse en una huelga general duradera, independientemente de las
intenciones de la burocracia.
¿Qué es una situación revolucionaria?
En los escritos de Lenin y Trotsky, podemos encontrar la definición de lo que es una situación revolucionaria. En su libro "El fracaso de la II Internacional" (1916) Lenin explicó:
"¿Cuáles
son, hablando en general, los síntomas de una situación
revolucionaria? Estamos seguros de no equivocarnos al señalar estos
tres signos principales:1) La imposibilidad para las clases dominantes
de mantener su dominio de forma inmutable; cuando hay una crisis, de
una forma u otra, “en los de arriba”, una crisis política en la clase
dominante, se abre una grieta por la que irrumpen el descontento y la
indignación de las clases oprimidas. Para que estalle la revolución no
basta que “los de abajo no quieran vivir” como antes sino que hace
falta también que “los de arriba no puedan” vivir como hasta entonces.
2) Una agravación, superior a lo habitual, de las penalidades de la
miseria de las clases oprimidas. 3) Una actividad de las masas, que en
tiempos pacíficos se dejan expoliar tranquilamente, pero que en épocas
turbulentas, son empujadas, tanto por la situación de crisis de
conjunto, como por “los de arriba” mismos, a una acción histórica
independiente.
"..... La totalidad de todos estos cambios
objetivos es lo que se llama una situación revolucionaria. Tal
situación se produjo en 1905 en Rusia, y en todos los períodos
revolucionarios en Occidente ;..."
Trotsky, en 1940, en el Manifiesto de Emergencia explica las condiciones necesarias para la victoria del proletariado:
"Las
condiciones básicas para la victoria de la revolución proletaria han
sido establecidas por la experiencia histórica y clarificadas
teóricamente: (1) la parálisis de la burguesía y la confusión resultante
en la clase dominante, (2) una fuerte insatisfacción y la aspiración a
cambios decisivos en la filas de la pequeña burguesía, sin cuyo apoyo
la gran burguesía no puede mantenerse, (3) la conciencia de lo
intolerable de la situación y la disposición para acciones
revolucionarias en las filas del proletariado; (4) un programa claro y
una dirección firme de la vanguardia proletaria. Estas son las cuatro
condiciones para la victoria de la revolución proletaria. "(Manifiesto de la Cuarta Internacional sobre la guerra imperialista).
Todos
estos elementos se han desarrollado en Grecia en la actualidad. La
clase dominante empieza a entender que no puede gobernar como antes,
para mentir y engañar a las masas; es decir, con los métodos antiguos,
gentiles, y "democráticos", se entiende. El sufrimiento y la indignación
de las masas han estado creciendo durante un largo período. Las masas
ya han comenzado a moverse de forma independiente de la clase
dominante.
La clase dominante se encuentra en un estado de
confusión sin precedentes debido al callejón sin salida en el que se
encuentra. Son absolutamente incapaces de llegar a una estrategia
unificada. Algunos dicen: "debemos capitular completamente ante los
prestamistas extranjeros y ver a dónde podemos ir a partir de ahí".
Otros sugieren que Grecia debería "renegociar con la troika", mientras
que otros dicen que debemos "salir del euro ahora para reforzar la
competitividad del país." Algunos dicen: "vamos a formar un gobierno de
unidad nacional", mientras que otros instan a Papandreu a que continúe
llevando a cabo el trabajo sucio hasta que lo echen. Algunos, están
estudiando secretamente, incluso, la posibilidad de un golpe de Estado,
en un intento de poner freno al movimiento de las masas. Este escenario
fue señalado en un informe de la CIA, filtrado en la prensa burguesa
la semana pasada.
La deserción de 16 diputados del PASOK del
campo gubernamental en el tema de los nuevos recortes e impuestos,
muestra que la presión del movimiento ha desestabilizado al grupo
parlamentario del gobierno, para bien. Nueva Democracia y Laos (derecha
y ultraderecha, respectivamente) están manteniéndose a distancia del
Gobierno por temor a hundirse en el mismo barco que Papandreu, tratando
de especular sobre el resultado de elecciones futuras.
El
pilar tradicional de la burguesía, las clases medias, se han
radicalizado y ahora están en las calles. El proletariado vuelve otra
vez a mostrar su disposición a actuar. Todos los elementos básicos de
una situación revolucionaria han madurado. Lo único que falta es un
programa claro y una dirección firme de la vanguardia proletaria. Eso
es todo lo que se necesita para convertir rápidamente la situación
revolucionaria en una revolución victoriosa que expropie a los
explotadores y elimine el capitalismo, poniendo en marcha un movimiento
que puede llevar a la victoria del socialismo en Grecia, el
Mediterráneo y en toda Europa.
Los dirigentes de la izquierda están actuando de manera criminal
Desde el comienzo
del movimiento de masas en las calles, los líderes de la izquierda han
adoptado una actitud inaceptable. La dirección del Partido Comunista
envía ultimátums a las personas ubicadas en las plazas, instándoles a
que "¡acepten de una vez las propuestas políticas correctas!" (Ver el
artículo principal en Rizospastis el 3/6). La
tarea de dirección del Partido Comunista no es hacer que el movimiento
"acepte las propuestas políticas correctas", sino participar
activamente en el movimiento, para tratar de elevar el nivel de
conciencia y ayudar a las masas a que formulen las demandas correctas.
El
viernes pasado, la dirección estalinista del Partido Comunista hizo el
ridículo delante de los ojos de miles de personas que se reunieron en
la Plaza Syntagma. Esa tarde, una manifestación del PAME, la fracción
sindical del Partido Comunista, terminó en la plaza. Pronunciaron un
discurso de 15 minutos, durante el cual el Partido Comunista llamó ex cathedra al pueblo reunido en la plaza "a no confiar en nadie más, excepto el PAME".
Cuando
el discurso hubo terminado, a fin de no mezclar a los manifestantes de
la plaza con los obreros comunistas, los organizadores de la
manifestación del PAME ordenaron inmediatamente a los miembros de la
Juventud Comunista que formaran "cadenas" para rodear su manifestación
y, de inmediato, los "comunistas" abandonaron la plaza. De esta manera,
la dirección estalinista del Partido Comunista ha demostrado
elocuentemente su incapacidad orgánica para conectar con el movimiento
real de las masas. Han demostrado que lo consideran simplemente un medio
para fortalecer la posición del Partido de cara a las elecciones
parlamentarias.
Por otra parte, la dirección de SYRIZA se niega a
entrar en el movimiento de manera abierta y audaz. Es un error muy
grave pedir sólo elecciones, sin hacer ninguna propuesta sobre cómo
desarrollar aún más el movimiento, cuando la gente está en las calles,
auto-organizándose, dispuesta a deshacerse del Gobierno y de la "troika"
al mismo tiempo. También es una actitud incorrecta del CC de
Synaspismos (decisión del 29 de mayo) pedir a los miembros del Partido
que participen en el movimiento, mientras que se hacen pasar por "no
partidistas": "... En este movimiento participamos como ciudadanos,
tratando de escuchar y de aprender, participamos para unir nuestra voz a
los miles de enfurecidos en cada plaza del país....".
Las
bases de los partidos de izquierda deben responder a esta actitud
perjudicial. La actividad del compañero Alexis Tsipras (presidente de
Synaspismos) y del camarada Aleka Papariga (Secretario del Partido
Comunista) no debe limitarse a las oficinas del partido y a los estudios
de televisión. El lugar de los líderes de la izquierda se encuentra en
estos momentos en Syntagma y en las demás plazas. Si la izquierda se
abstiene de participar abiertamente y con valentía en el movimiento, con
las ideas y sugerencias adecuadas que lo ayuden a llevarlo a la
victoria y a la caída final del sistema capitalista de esclavitud, el
núcleo del movimiento será ocupado por toda clase de pequeñoburgueses y
"patriotas" profesionales que están tratando de ocultar el contenido
social del movimiento, sustituyendo la lucha de clases con la confusión
nacionalista.
¡La clase obrera debe dirigir la lucha!
El estallido de
este movimiento de masas en las plazas, encontró al movimiento obrero
en un estado de fatiga y frustración, sobre todo por el papel
devastador de la burocracia sindical, que hasta ahora imaginaba que
podía calmar el ánimo combativo de cientos de miles de trabajadores con
huelgas generales de 24 horas ocasionales. Así que, naturalmente, la
iniciativa de la lucha contra el gobierno y la "troika", pasó de los
sindicatos a sectores más amplios del pueblo, que no habían participado
en las movilizaciones de los últimos años.
Graduados
universitarios desempleados, desocupados calificados y no calificados,
jóvenes sin experiencia laboral, personas de clase media devastadas por
los impuestos y robadas por los bancos y el colapso del mercado,
trabajadores sin afiliación política ni sindical, estudiantes que apenas
están empezando a politizarse, jubilados y amas de casa: personas de
todas las capas laborales constituyen la base principal de este
movimiento de masas en las plazas.
Estas capas tienen un humor
fresco y combativo. No tienen dirigentes burocráticos por encima de
ellos que pongan un freno a la movilización y, hasta ahora, han creado
un movimiento que ha demostrado ser persistente y de larga duración. Por
otra parte, como es perfectamente natural, estas capas, junto con la
ira y la combatividad explosivas, faltas de experiencia en las protestas
de masas, están buscando desesperadamente consignas políticas
apropiadas, métodos adecuados de lucha y demandas políticas
específicas.
En estas circunstancias, por lo tanto, es decisiva
la necesidad de una contribución especial en la lucha de la clase
obrera y del movimiento obrero. Las decisiones de la Asamblea Popular
de la Plaza Syntagma, llamando a una huelga general, reconocen
claramente esta necesidad. Sin paralizar los centros económicos del
sistema no puede haber ningún cambio fundamental en la sociedad. Pero
muy poco se ha hecho hasta ahora para llevar a cabo la demanda de
huelga general política.
La mayor parte de la capa dirigente de
la Asamblea Popular de la Plaza Syntagma está bajo la falsa impresión
de que la huelga general es simplemente un auxiliar de combate de las
manifestaciones en las plazas. En realidad, representa una escalada
decisiva de la lucha y refleja una nueva etapa, más elevada de esta
lucha. Debemos entender que la huelga general no puede ser organizada
gritando consignas frente a las sedes sindicales y los lugares de
trabajo, sino que se deriva de las exigencias de los propios
trabajadores a través de los sindicatos y los centros de trabajo.
En
los barrios obreros y los lugares de trabajo tenemos que crear comités
de lucha y elegir comités de huelga que preparen la huelga. Esa es la
única manera de garantizar su éxito. Por último, es fundamental dejar
en claro que una huelga general política dará lugar a la caída del
gobierno. No debe llevar al poder a un gobierno de arribistas políticos
burgueses, sino más bien a un gobierno de representantes elegidos por
el pueblo que salga del propio movimiento.
Por lo tanto, la
organización democrática del movimiento es una cuestión crucial, no sólo
para el crecimiento de la lucha, sino también para la solución de la
cuestión del poder que sirva a los intereses y aspiraciones del pueblo
trabajador indignado. Las opiniones presentadas por los diferentes
grupos de intelectuales en el movimiento de "procedimientos directos" y
"democracia a través de sms y e-mails", que se presentan como
"democracia directa", no tienen nada que ver ni con los problemas
inmediatos ni con la democracia.
Lo que necesitamos ahora
Lo que necesitamos ahora es:
•
Asambleas Populares en cada barrio, con asambleas en los lugares de
trabajo para elegir comités de lucha revocables en todas partes.
•
Asambleas Populares en las plazas centrales de las ciudades más
importantes que se compongan de representantes elegidos y revocables en
reuniones de los barrios y lugares de trabajo.
• La creación de un
Comité Central de toda Grecia, elegido por los representantes
revocables de las asambleas populares de las diferentes ciudades.
Por último, en el corazón de la lucha deben plantearse las dos siguientes demandas:
• ¡Una completa cancelación de la deuda creada por los ladrones y explotadores griegos y extranjeros!
•
¡Para eliminar para siempre la pesadilla de la deuda, la pobreza y el
desempleo tenemos que poner el control de los centros financieros y de
concentración de la riqueza del país (bancos, compañías de seguros, las
infraestructuras de transporte, y las grandes empresas en todas las
industrias) bajo propiedad social, a través del control democrático de
los trabajadores, como un paso adelante en la victoria de la revolución
en toda Europa y el mundo!
Atenas, 6 de junio de 2011.
http://www.luchadeclases.org.ve/europa-leftmenu-178/7016-grecia-antesala-revolucion