Trincheras de ideas

El mal chiste del plebiscito

La ultra derecha fascista, en su creciente pérdida del espacio político tras la derrota de casi 90 días en las acciones terroristas y criminales con un saldo de 82 venezolanos muertos, ha sistemáticamente pretendido crear las condiciones para el derrocamiento del legítimo gobierno que preside Nicolás Maduro o crear las condiciones violentas en las calles de una supuesta ingobernabilidad que justifique una intervención extranjera, sea a través de la OEA, directamente por el gobierno norteamericano con las fuerzas militares del Comando Sur y otras acantonadas en las 7 bases militares colonialistas en Colombia, en las fuerzas de la Otan en Curazao, Aruba y Bonaire, sin olvidar los grupos paramilitares o bacrin colombianas, algunas células ya en Venezuela y operando como mercenarios bajo las órdenes de la Mud como se ha visto en estos últimos tres meses donde se han destacado por crímenes horrendos como la quema de personas vivas, destrucciones de bienes públicos y privados, asesinatos de Guardias y Policías Nacionales, robo de naves aéreas y ataque y ametrallamiento a instituciones del Estado desde el aire como recién acaba de ocurrir.

Tres meses de guerra chiquita, guerra terrorista de los fascistas dirigida, sin ninguna duda, desde el gobierno norteamericano, el Pentágono, el Departamento de Estado, el aparataje de inteligencia donde destaca la siniestra CIA, del Congreso y del Ejecutivo norteamericano mismos, ha sido derrotada como los hechos lo evidencian; donde en esa guerra de Cuarta Generación Venezuela ha jugado con cartas brillantes que han producido sistemáticas derrotas políticas internacionales en la ONU y en la OEA de enorme significado y el apoyo mundial de los movimientos sociales y partidos revolucionarios. Pero a lo interno la estrategia del desgaste ha venido operando y dando resultados.

El país ve con estupor las bárbaras actuaciones de la derecha en una interminable cadena de hechos horribles y repudiables que nadie, en su sano juicio, en una equilibrada y objetiva posición, puede admitir, por más que no se comparta los principios o políticas de la Revolución Bolivariana. Más es lo que han perdido los grupos opositores que lo que han ganado. El rechazo de miles de miles de sus seguidores es total, eso se va a reflejar en las votaciones del 30 de julio a la Asamblea Constituyente y el rechazo al sainete de Plebiscito.

El rechazo es unánime, absoluto, contundente. La criminalidad, la violencia extrema, el extremismo político, el pro yanquismo demostrado por los grupos de choque de la Mud, los encapuchados y los grupos “pacíficos”, el irrespeto a los símbolos patrios y a la nacionalidad venezolana, el ir a potencias extranjeras a inclinarse a pedirles que invadan al país, la hipoteca ya acordada con las transnacionales el rechazo reiterado a la paz y al diálogo en caso de derrocar a Maduro, conforman el temor colectivo nacional a un posible gobierno de esos sectores ultrosos y, más allá, a su actitud anti venezolana, anti nacional.

Es en ese cuadro que se produce la comedia o el sainete del plebiscito anunciado por ese farsante que es el traidor a la Patria, Julio Borges y la camada de diputados igualmente insensibles y vende patria. ¿Cómo caracterizar ese paso donde pretenden, con rocambolescos artilugios pseudo legales, justificar la ruptura con el orden constituido; supuestamente apoyándose en la Constitución que despreciaron desde antes de nacer cuando hicieron campaña por el NO en el referéndum aprobatorio en diciembre de 1999; cuando la eliminaron el 12 de abril de 2002 con la marioneta de Carmona Estanga con el golpe de Estado, y el mismo Borges pidiéndole a Chávez que renunciara, y a los diputados, el Fiscal General y todas las autoridades de la República, hoy cínicamente se guinda del artículo 350 para tratar de darle legalidad a su descarado intento de golpe, de ser la cabeza presidencial de un supuesto gobierno paralelo que sería reconocido por el gobierno norteamericano y quizás algunos gobiernos latinoamericanos que forman parte de esa conspiración y se atrevan a apoyar tal barbaridad y participen en la invasión a Venezuela.

Llamar a un plebiscito es un chiste malo. Nada más ilegal, anticonstitucional. Esa figura no existe en ninguna de nuestras leyes. Sólo el voluntarismo de la ultra derecha que pretende o cree que el pueblo es pendejo y en esa diarrea que se ve en los micrófonos de los medios de prensa de la derecha nacional e internacional que están en el juego golpista.

Acompañado a eso el mamarracho que dirige voluntad (im)popular, el drogadicto Freddy Guevara, presentó lo que él llama una ‘hoja de ruta’, es decir, lo que piensan hacer de aquí al 16 de julio, fecha en que intentarán llevar a cabo el plebiscito. ¿En dónde harán ese ilegal evento, porque es seguro que en las escuelas y liceos no puede ser, ni siquiera en las instituciones escolares privadas porque se exponen a ser clausuradas?

Si nos atenemos a la escuálida concurrencia a las marchas, paros, plantones y otras ilegales acciones que diariamente convoca la Mud y el fascismo criollo desde hace tres meses, difícilmente no alcanzarán los millones de personas que con bombos y platillos dicen que irán a votar en el ilegal plebiscito. Probablemente el mayor esfuerzo lo hagan en urbanizaciones de la oligarquía y la clase media de zonas del este de Caracas y de otros estados, ¿dónde? En plazas y lugares parecidos con una mediática de cientos de “corresponsales” internacionales que con absoluta seguridad inflarán lo que allí ocurra para dar la sensación de una movilización masiva y millonaria.

De la votación de diciembre de 2016 para elegir los diputados a la AN ha corrido mucha agua debajo de los puentes. Nada más que con los muchos errores, crímenes, políticas anti venezolanas, etc., etc, de estos últimos tres meses esa fuerza electoral ha terminado de disminuir, a los que se le suma la paulatina disminución de apoyo por las muchas y erráticas políticas donde líderes como Ramos Allup se han “quemado”, Borges, Freddy Guevara y otros y otras pichones y pichonas de menor cuantía y valor político que no llegan al nivel de líderes de barrio. Demasiadas torpezas juntas que en todo este año y medio tienen un indiscutible costo político para aquellos que no supieron conservar ese enorme caudal electoral. No basta ahora el voluntarismo ni la demagogia discursiva, eso se va a patentizar el 15 de julio con una escuálida asistencia.

Pero sea cual fuere el resultado, esa derecha desesperada va a inflar mediáticamente el resultado para “demostrar” que “el pueblo venezolano” rechaza la ilegal asamblea constituyente a la que llamó Maduro, como paso previo para instalar, desde la asamblea nacional que está en desacato, un gobierno alterno o paralelo –orden directa de sectores del gobierno norteamericano– cuya pretensión u objetivo es obtener un apoyo o reconocimiento internacional a un “presidente” o “junta de gobierno” ilegítima, por supuesto, para legitimar o una guerra civil o pedir una invasión o agresión militar extranjera.

¿EN QUÉ LUGAR SECRETO DEL PAÍS FUNCIONARÍA EL GOBIERNO PARALELO?

¿Dónde podría funcionar ese presunto gobierno paralelo, dónde se instalaría a “gobernar”?
En Caracas, imposible, todos irían presos ipso facto. Necesitan un territorio “libre” donde instalarse, no podría ser en el exterior porque no tendría sentido, ¿en qué parte de Venezuela, entonces?

Pudiera ser en un espacio fronterizo del Táchira donde se concentrarían los grupos paramilitares colombianos para retenerlo, “liberarlo” hasta obtener el reconocimiento norteamericano y legitimar una invasión de fuerzas procedentes de Colombia. Igual pudiera ser en la Amazonas que gobierna Liborio Guaruya o en el estado Lara donde gobierna Henry Falcón que les proporcionarían espacios “seguros” para su acción subversiva, si las fuerzas de la Revolución y el pueblo chavista y el Ejército patriota se los permiten.

De cualquier manera lo que decimos no es especulativo, parte de la realidad que la misma derecha nos está proporcionando y nos debe obligar a estar alerta estos últimos días de la primera quincena del mes de julio, que pretende sabotear la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente.

Hay que frenar esa conjura, desbaratarla con la movilización popular y la acción policial y militar. Pedirle al Gobierno más contundencia y acción contra el terrorismo, desbaratar a los grupos subversivos antes que se agrupen para los ataques a cuarteles, centros educativos, instituciones del Estado, Metros, transporte colectivo, trancar autopistas y vías públicas, quemar centros de acopio y almacenes de comida y transporte de alimentos para el pueblo hasta decretar un presunto para nacional. Ya los dirigentes de Voluntad (im)popular, primero (in)justicia han anunciado a viva voz sus intenciones a acciones diarias en las calles del país, veremos pronto sumarse a esa bárbara acción a Fedecámaras, la cúpula de la iglesia católica como parte del proceso subversivo y golpista en marcha.



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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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