En miles de rincones del planeta tierra, crece la aversión al agónico sistema capitalista que se ha impuesto. Creativas y originales protestas de todo tipo, nos evidencian la resistencia que los pueblos del mundo, demuestran frente al sistema de dominación del capital globalizado por las grandes compañías multilaterales, sobre las naciones, las personas concretas y sobre la naturaleza. Desde el 15 de Octubre del presente año cuando en 952 ciudades del mundo, ubicadas en 86 países, manifestaron en contra de los especuladores-financistas-explotadores-capitalistas, las protestas no cesan.
En paralelo y como lo reafirman los movimientos sociales del mundo, también se sienten o surgen, en bien o mal, diferentes prácticas sociales, las cuales, buscan ensayar nuevas propuestas para organizar la sociedad, sobre la base de una racionalidad ambiental totalmente diferente a la impuesta por el capitalismo. Se integra a esta nueva tendencia; la consolidación de las bases para una nueva economía social-solidaria y que esta camine, partiendo del conocimiento y valoración de los ciclos de la naturaleza y sus sinergias. Incluimos, las limitaciones físico-naturales que nuestro planeta tierra en la actualidad enfrenta. Desde esta perspectiva se hacen esfuerzos por encontrar las rutas y razones hacia el avance de un nuevo paradigma de vida, basado en un sentido diferente de la economía, en hacer ciencia y tecnología. Procesos que definitivamente se ubiquen al servicio de la vida y no del lucro y bien encamine una nueva política social sustentada en la tolerancia, la colaboración y la solidaridad entre nuestros pueblos.
Todas las consideraciones anteriores, realzan el espíritu de la histórica y trascendente “Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños” (CELAC) que se realizará entre el 2-3 de diciembre en Caracas, espacio que se cubre de honras al concentrar treinta-tres jefes de estados y delegaciones de todo el continente, no estando presente las representaciones de Canadá y US. El gran objetivo de esta magna reunión, señalado en varias oportunidades por el Canciller Venezolano Nicolas Maduro es “consolidar nuestra independencia y el desarrollo de los países miembros”. También es cierto que la cumbre debe presentarnos estrategias frente a una eventual agresión y guerra del complejo militar capitalista, el cual sigue corriendo detrás de sus apetencias acumulativas en detrimento de nuestros valiosos y envidiable recursos naturales que en especial nuestra latinoamerica nos brinda.
En la CELAC se anuncia se tocará como tema ambiental; los cambios climáticos, que nos acompañan. No se pueden evaluar aisladamente. Su dinámica, también tiene que ver con la preservación de la inmensa agrobiodiversidad y su interdependencia con las grandes cuencas hidrográficas internacionales existentes entre nuestros países. Las cuales algunas de ellas, sirven de interconexión entre nuestros territorios y también se encuentran amenazadas por el despliegue de los irracionales proyectos extractivistas (ya definidos en los tratados IIRSA,OTCA,ALCA) para la región y que la CELAC obligatoriamente debe revisar su pertinencia actual.
Solicitamos tal evaluación, por cuanto, en la mayoría de tales hidro-mega-proyectos obligatoriamente aparecen muy activas, las empresas transnacionales desarrollistas, instancias de supervivencias del inacabado capitalismo financiero. Empresas que son custodiadas por otrora acción anti-soberana, como son las 17 bases militares norteamericanas que existen en nuestro continente promoviendo una internacionalización que hipoteca los eco-bases materiales de nuestra región.
En esta revisión, del estado del arte de los mega-hidro-proyectos del continente, la CELAC también debe adelantar políticas y planes orientados a establecer normas de legislación ambientales internacionales y demás regulaciones, que preserven lo más posible nuestros recursos naturales y su utilización sea sustentablemente responsable. Se debe exigir a los países importadores de materia prima, que contaminen lo menos posible y que contribuyan financieramente a la preservación y regeneración ecológica de los bienes naturales que importan. En algunos casos y en especial los daños ocasionados por las actividades agrícolas, pecuarias, pesca y deforestación, deberán indemnizar los pasivos ambientales por extracción y pérdida de recursos suelos, agua, biodiversidad existentes y daños en la salud pública.
Por los principios y razones de una nueva integración que la CELAC impulsará, esta no puede ser similar, a la impuesta por el capitalismo-financiero-extractivista existente. Necesariamente tiene que ser diferente y también debe partir de las diversidades culturales y territoriales que hacen vida en la amplia riqueza continental. Así mismo, la internacionalización e integración, como acto propio y soberano de cada país, debe impulsar una producción ambientalmente sustentable y socialmente incluyente, lo cual ayudara a mitigar los efectos de los gases de invernadero y que también incorporen medidas proteccionistas a las economías locales.
Ante la gravedad de la crisis ambiental planetaria y regional que nos acontece, para la CELAC, lo mas importante es cooperar en conformar una gran alianza de fuerzas a partir de gobiernos, instituciones, religiones, centros de investigación y de pensamiento y personalidades diversas, quienes tengan y compartan las tantas orientaciones, que nos vienen dando los movimientos sociales, algunas de ellas recogidas en la Carta de la Tierra, en la Declaración de los Derechos de la Madre Tierra; en el Vivir Bien de las culturas originarias de las Américas y en la Propuesta para una Declaración Universal de Los Derechos de la Madre Tierra http://procesosagroecologicos.wordpress.com ). Documentos que en alguna medida ofrecen soluciones para hacer gobiernos diferentes, garantizando las condiciones del sistema-vida, pudiendo erradicar el hambre y forjar las condiciones para una paz duradera entre nuestros pueblos hermanos (propuesta venezolana para la CELAC) y con nuestro planeta tierra.
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