Parece que la flexibilización del Decreto de inamovilidad Laboral, supuesto diálogo con el sector productivo mediante, aunque aquel sea un legado del querido presidente Chávez que protegía a todos los trabajadores. Por estos días está permitiendo que algunos ministros y sus cuadros de la gerencia media ocupados del talento humano, boten la bola…
La bola de gente trabajadora de algunos despachos como el MPPE, monstruoso y burocrático, donde la sobrepoblación cunde, por efecto del amiguismo o el partidismo, entre otras prácticas, por demás perversas, herencia molesta del viejo Estado burgués que continúa como si nada en la V República, hecha de palabras más de hechos.
Pero tal flexibilización que linda con el Neoliberalismo más rampante está haciendo que paguen justos por pecadores al ser despedidos, puestos como se dice de paticas en la calle.
Esa eventualidad a comienzos del nuevo año escolar 2014-2015, está además siendo noticia escandalosa en la prensa escrita de la localidad larense, aunque la verdad sea dicha: uno que tiene ya casi 20 años en el ejercicio de la carrera docente no guarda memoria que en la llamada IV República, con todo y sus iniquidades, se produjera una acción como esta, que botasen a tantos trabajadores de la educación; aunque después que en el Ministerio de Educación, llámese como se llame, eliminaron los concursos ingreso y ascenso (concursos de credenciales, por cierto), ¡se ve cada cosa, caballero…!
Y después que al parecer el amiguismo fue llenando escuelas y liceos de personal ahora no saben dónde colocarlo, ¿no? Entonces argumentan que hay gente que cobra sin trabajar (pero también hay otros que trabajan y no cobran). “¿Qué está pasando, Dios mío?”, decía Chávez… Ahora producto de esa improvisación se tiene este desbarajuste y el ministro de educación y sus otros jóvenes colaboradores viene cortando rabo y oreja, ¿tal vez por el ímpeto juvenil?
La gran prensa, pues, por eso se está dando banquete, ya que muchos al quedar fuera de nómina están como en duelo, dados de baja de una guerra contra la burocracia donde se estrechan sus posibilidades de existencia, y eso ha sido ya noticia de varios días.
Noticia de segundo día en los tradicionales medios de comunicación escrita, decían antiguos fablistanes de Barquisimeto y formados “de hecho” en nuestras escuelas (de Educación Primaria y Secundaria, digo, como fue tradición en Venezuela hasta no hace mucho y actuaban como corresponsales o hasta reporteros; con algunos de los cuales se ha compartido en ciertas tertulias de café o leído sus crónicas); esa noticia de segundo día, pues, vendría a indicar que la cosa de la que se ocupaba era bastante grave: no solía, comentan, dársele mayor relevancia en la cobertura sino a aquello en que la comunidad estaba muy sensibilizada, aquel evento que “traía cola” porque causaba alguna herida social, por así decir.
Así, la reestructuración o auditoría del Ministerio del Poder Popular de la Educación por algunos criterios más propios de las zarandajas neoliberales, o cosas por el estilo de la gestión de organizaciones sometidas a evaluación, que conduce a la afectación material y socio afectiva por despido intempestivo de su talento humano; bajo el argumento de aumentar la productividad, eficiencia, eficacia y efectividad, se entiende.
Por decir algo atinente al discurso gerencial. Ha sido por estos días noticia de segundo día en Barquisimeto; ya que el ministro Héctor Rodríguez ha despedido a una “bola” de docentes; decisión con la cual, además, parece que como canta Francisco Pacheco, de Un solo pueblo, cabría señalar: Botaste la bola, negro, botaste la bola…
Una cuestión que, de atenerse a las voces de algunos docentes, obreros o administrativos entrevistados, ha herido a mucha gente. Más de 700, dicen. ¡Na´ guará…! (El Impulso, Barquisimeto, 23 y 24 de septiembre de 2014).
Solidaridad automática aparte, se está consciente que el MPPE, como toda la administración pública requiere de una adecuada reingeniería, si cabe hablar así; de una transformación profunda. Pero eso hay que hacerlo con claros criterios técnicos para la evolución del desempeño del oficio de cada cual, de los contrario se produce mucho dolor.
Además de que hay un hecho notorio: los Directores (o directoras) de las Zonas Educativas, como tampoco los llamados Directores Municipales de Educación, poco conocen de aplicación de las teorías emergentes de la gerencia; estos sujetos (camaradas y camarados, compatriotas y compatriotos, como dicen en Zurda Komducta) en su mayoría son unos tarambanas a la hora de evaluar a su talento humano y no lo saben hacer, de acuerdo a las necesidades reales de servicio, según la denuncias, sino que hacen esa tarea a capricho, (que sería el caso de Carora y Duaca, véase El Impulso, 23, 09, 2014).
Si no ha entendido mal, esa acción de cesación de un grueso número de trabajadores de la educación, a quienes como testimoniaron algunos “…los sacaron de la nómina” del MPPE sin el debido proceso, constituye una cuestión provisional (El Impulso, 23, 09, 2014). ¿Provisional?
Está bien, pero no se debió olvidar que una de las dimensiones técnicas de la gerencia emergente lo constituye la comunicación, (véase al respecto autores como Luís Bonilla Molina y Elda María Rodríguez Méndez, 2001, Reforma Educativa, poder y Gerencia). Los líderes formales del MPPE, incluyendo al ministro Héctor Rodríguez, quien ha dejado claro que en educación, pedagogía y gerencia educativa identificaron graves falencias y esa punta de burócratas de la línea media de su gestión debió informar previamente de esa tal reestructuración o auditoría, reunirse con los trabajadores, ¿no eso también parte de la ética socialista? Aunque no sea fácil.
Lo cierto es que con impresionantes decisiones este nuevo año escolar se inicia con esas malas nuevas…no se sabe si eso forma parte de sacudón… Pero una colega cercana a quien esto escribe señala que aquel recurso humano que sea estrictamente necesario en función de desarrollar una educación de calidad en niños, niña y adolescente, principalmente en áreas de difícil acceso o rural, no debieron ser despedidas.
Sino que el ministro Rodríguez, Héctor, (como antes se pasaba el listado en la escuela) en esto si fue verdad que botó la bola, será porque dizque es público y notorio que está asando varios conejos en el gabinete de Maduro; pero parece que de tan eficiente y neoliberal que es en estos de despedir trabajadores de la educación se ha vuelto irreconocible como ministro de la Revolución Bolivariana, a tal punto que un amigo lo asemeja a un tal Gustavo Roosem del tiempo de Caldera II o algo así; en fin, un técnico que veía la cosa solo técnicamente y que sabía de educación lo que uno de ingeniería espacial: nada. Son de otras áreas, nunca han dado ni una micro clase… Y son otros, los viceministros, que le manejan ese negocio del MPPE, triste, vuelve a replicar el amigo.
Palabras que transcribimos textualmente porque así nos lo pidió. ¿Cómo es que en tiempos del presidente obrero se estén despidiendo trabadores como arroz en dependencias oficiales y de la empresa privada? ¿Misterios de la ciencia o subproductos perversos de los acuerdos con la burguesía nacional? ¿Cuestión de eficiencia administrativa?
“Se ofrece maestro de escuela para Ministro de Educación”, diría el periodista Ramón Hernández, en su crónica sabatina de El Nacional de otros tiempos; o que pongan ahí otra vez al negrito, y por tanto hermano pigmentario, Aristóbulo Istúriz, un discípulo del maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa, que en el Proceso ha sido el único que ha comprendido al magisterio venezolano. Los demás, bueno, son eso…los demás que han decepcionado a toda la población y estamos seguros no hubiera cesado a tanta gente trabajadora de la educación como en esta era de improvisadas estrellas del gabinete post Chávez, que en mala hora nos dejó.