Terror, dolor, vergüenza, impotencia, tristeza son algunos sentimientos y manifestaciones que todo ser humano debe experimentar cada vez que se menciona uno de los episodios más espeluznantes de la historia de la humanidad. Los expertos en el tema hablan de 6 millones de personas que profesaban la religión judía, asesinadas por los nazis, durante la Segunda Guerra Mundial y al que se le dio por nombre de Holocausto judío.
Aunque el número de muertos es uno de los aspectos más impresionantes en esta tragedia humana, da igual si son 6 millones, 2, 200 mil personas ó 1400. Fue un crimen y eso es lo que se debe condenar siempre. Una aberración que no debería repetirse jamás. Pero tan inmoral es negar este hecho como lo es obviar los 49 millones o más, que sumados a los 6 millones de judíos y que dan un total aproximado de 55 millones de personas muertas, sacrificadas durante la Segunda Guerra Mundial, o en el Holocausto Europeo. Porque fue toda Europa víctima del genocidio nazi.
Los Nazis, con Hitler a la cabeza, con la complicidad criminal de las altas esferas de la Iglesia Católica; por sectores económicos y políticos muy respetados hasta hoy, acabaron con 55 millones de almas, entre ellas, 6 millones de judíos. El resto seguramente profesaba alguna otra religión o ninguna.
Gitanos, personas con alguna discapacidad, eslavos (polacos y rusos); comunistas, socialistas, homosexuales, negros y otros, se cuentan entre esos 50 millones que no pesan para quienes manipulan la historia según su conveniencia.
Hoy en día, quienes niegan el “Holocausto judío”; quienes osan modificar la cifra, son acusados de antisemitas y perseguidos y asesinados donde quiera se encuentren (porque hasta allá van las fuerzas de la inteligencia asesina sionista para matar). Pero ¿por qué estos mismos niegan los 49 millones de muertos? ¿Cuál es el interés de obviar un número ocho veces mayor al de los judíos asesinados por Hitler y sus aliados? ¿Vale más la vida de un judío que la de 8 gentiles? ¿el “Holocausto judío” lamentablemente y como una ofensa a las víctimas, es una excusa para quienes hoy cometen crímenes igualmente abominables contra la población de Palestina? El mejor homenaje a los caídos en este Holocausto sería enterrar de una vez por todas las prácticas criminales que los suyos vivieron en carne propia.
No podemos negar la muerte de 6 millones de judíos, niños y niñas inocentes entre ellos, mujeres y ancianos, a manos del criminal nazi, pero tampoco ser indiferentes y cómplices con nuestro silencio, del sacrificio humano que representó la muerte de 55 millones de personas. Murieron todos, fueron asesinados todos. Eso es lo que importa.
hindu.anderi@gmail.com
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