A mi parecer los descarados opresores yanquis, solo pretenden establecerse definitivamente en la isla caribeña, para desde allí controlar a los países de la región (una nueva base). No soy paranoico ni un iluso desconectado de la realidad. Pero en el mundo científico está sonando mucho la capacidad desarrollada por el imperio para alterar el equilibrio natural del clima y las energías electromagnéticas del planeta (proyecto HAARP, High Frequency Advanced Auroral Research Project)
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Si se quiere ayudar a un pueblo, lo primero que se debe hacer es garantizarle su educación, desarrollo técnico, independencia, acceso a la salud y a la alimentación, sin omitir fuentes dignas de empleo. Pero si en cambio se le invade y se ele impone una dictadura sanguinaria por mas de tres décadas, se le somete a las mas aberrantes vejaciones y penurias, no es precisamente ayuda lo que se le quiere dar. Lo que se busca es someterlo y esclavizarlo. Incluso hasta las declaraciones de ese monstruoso “religioso” Pat Robertson, un desgraciado y maldito sionista yanqui, refleja el verdadero sentir de la élite gobernante en USA e Israel. Ese es el verdadero sentimiento de esa mafia despreciable hacia los pueblos del mundo. Por eso es que no se amilanan en asesinar a niños, mujeres y hombres inocentes en Palestina, Irak, Afganistán, Yemen, etc.
Síganle los pasos a la supuesta ayuda de ese monstruo depravado en Haití, no tardará mucho en corrérseles las costuras de su real intención. Ya el mundo tiene bastante experiencia respecto a la esencia yanqui: Vietnam, Corea, Pakistán, panamá, Afganistán, Santo Domingo, el mismo Haití en varias oportunidades, conoce las bondades de la ayuda yanqui, Granada, Guatemala, Honduras, El Salvador, Venezuela, Colombia. Es decir hay un largo dossier de la bondad asesina de los malditos sionistas yanquis. Afortunadamente en Venezuela no pudieron imponer su hipócrita presencia en el 1999, gracias a que el comandante los mandó p’al carajo. “Al que lo picó macagua, bejuco le para el pelo”. Así reza un refrán popular venezolano. (Macagua es una culebra) es el alerta que se hace cuando un mañoso se acerca. En este caso, el mañoso asesino es el imperio y su portaaviones de la muerte, por que esas maquinas diabólicas no están hechas para salvar ni ayudar, están fabricadas para imponer por la fuerza la voluntad despreciable del imperio especializado en crímenes colectivos hacia pueblos desarmados y empobrecidos, de eso se nutre su industria bélica y su economía de cartón.
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