Son innumerables las propuestas y decisiones que el Gobierno Bolivariano ha puesto en marcha en la lucha contra la corrupción y la ineficiencia. Nuestro comandante eterno Hugo Chávez además de sus predicas, ha constituido en el marco institucional y legal mecanismo para la transformación, lo que estratégicamente se denominó en enero del 2011: “de la cultura capitalista hacia la militancia y cultural socialista”.
Es aquí donde tenemos la obligación de planificar, organizar y actuar. Ya hemos visto que no es suficiente crear mecanismos si no se agilizan de forma eficaz. Percibimos que no es suficiente acusar al burocratismo y sus trabas, si no se aumente la capacidad del pueblo organizado de accionar en forma tal que se controle y corrija las malas prácticas en esta época de transición al socialismo.
Mientras pasamos a la construcción de nuevas formas organizativas, en vista que las estructuras heredadas ya no están a la altura de las exigencias de nuestro pueblo, tenemos que entender que el capitalismo en sí mismo es corrupto y por ende evitará a toda costa la lucha popular y la revolución.
La cultura socialista, ese movimiento en lucha permanente y constante por liberarnos de todos los elementos que nos oprimen como pueblo, pasa por la transformación en nuestra estructura de pensamiento, valores y accionar cotidiano. Es unificarnos en una moral revolucionaria honestamente, ya que no es ético, ni digno, responder a los antivalores capitalistas. Una corrupta o corrupto no puede llamarse ni revolucionario, ni chavista. Por ello, hoy plenamente apoyamos la lucha a fondo contra la corrupción e ineficiencia que encabeza nuestro presidente Nicolás Maduro y no descasaremos hasta lograr la nueva cultura socialista, la moral comunista.