La mayoría de las veces, uno no encuentra respuesta a algunos “fenómenos” que normalmente ocurren en esta República Bolivariana de Venezuela y que a fe mía, no tienen una explicación sencilla.

Medios subversivos que quieren tumbar a Maduro ¡ya!

Estamos de acuerdo con la existencia plural de estaciones de radio, televisoras y periódicos OPOSITORES. Las opiniones vertidas por sus manejadores, es problema de ellos, pero cuando por estos medios se violan decenas de artículos del Código Penal y ¡no pasa nada!... aquí es donde la puerca tuerce el rabo.

Uno de los ejemplos más escandalosos es la emisión de programas por parte de Radio Caracas Radio. Allí se lucen opinadores o conductores de programas cuyo contenido diario es llamar  a “derrocar al gobierno” a “Hacer llamados a la insurrección a oficiales de la Fuerza Armada y lanzar burlas contra la ministra de la Defensa o los generales del Alto Mando”. No hay tregua, todos los días por estas ondas, escuchamos proclamas, llamados, opiniones y chorros de falsedades con el objeto de subvertir el orden constitucional. ¡Y no pasa nada!

No se sabe si el asunto es de CONATEL o del SEBIN o de la FISCALIA o de quien sea. ¡Plomo Parejo!,  en continuos y provocadores llamados a la guerra civil y la subversión.

Guarimbas invencibles y extrañas

Hemos visto como las GUARIMBAS se instalaron en todos los rincones en donde mandan los alcaldes opositores y en los estados Táchira. Mérida, Dto. Capital  y Miranda. Han ido disminuyendo en intensidad a pesar de las nuevas GUARIMBAS MOVILES, que aparecen en vehículos en cualquier lugar y hacen su trabajo de destrucción y muerte.

Ta´bien!, pero lo que vemos  y no entendemos  es cómo se pueden sostener los guarimberos en un territorio determinado, siempre incrustados allí, posiblemente amparados por vecinos escuálidos y que regularmente salen a una hora determinada, generalmente en la tardecita, queman su basura, talan los arbolitos, arrastran chatarra y en fin logran su diario objetivo.

A veces llega la fuerza pública, los medio dispersa y hasta montan guardia por unas horas, pero al día siguiente volvemos a lo mismo y así día tras día.

No se sabe si los llamados ORGANISMOS DE SEGURIDAD, tendrán un perfil de estos actores, su cronología y métodos, sus cuevas de refugio y sobre todo sus relaciones con el “exterior” al territorio guarimbeado..

¿No se puede detener a estos encapuchados, allanar sus refugios, cortarles los suministros y en fin, reducirlos con inteligencia y maña? ¿Se puede o no se puede? ¡Quizás!

Mercales pelados, sucios, hediondos y raros

Los MERCALES en Vargas son un desastre.  Aparte de los llamados OPERATIVOS o MEGA MERCALES, que igualmente tienen sus cosas asombrosas de que no te venden tal cosa si no compras esto otro y esto otro… Digo, los  Mercales Fijos, se la pasan pelados, con los estantes llenos de galletas de mala calidad, con cero productos desaparecidos…  y cuando llegan los productos, por obra de una mafia comunicada vía celular, todo se acaba en minutos. Siguen los rumores de restaurantes que se abastecen de camiones sospechosos y un “Mercal Clandestino”, que mediante una llamada, te ponen pacas o litros o kilos de productos regulados en la puerta de tu casa a precio de  vértigo. Mercal solo para ricos.

No se sabe de los controles internos, del funcionamiento de la red de distribución, del abastecimiento suficiente y eficiente de los vitales alimentos. No se sabe…

¡No hay!... ¡Viva el no hay!

No hay neumáticos para los carros, no hay azúcar, no hay harinas, no hay repuestos de carros o maquinarias, las ferreterías tienen precios a su voluntad, la calidad de productos y alimentos es precaria. Nadie sabe nada!. Cuánto daño hace el no hay!, en donde TIENE QUE HABER!.

Y la penosa lista sigue y sigue. “bajada de mulas” por doquier, en Licorerías en  los días prohibidos, en fiscales que te paran por lo del cinturón de seguridad y te comparan la multa de 900 Bs con una barata “contribución pa los frescos”, en las alcabalas que florecen en estos días donde solo paran a camiones cargados y en fin, cientos de trácalas de cientos de mal vivientes que no respetan a nadie.

¿Y la revolución moralizadora?

Bien, ¡gracias!