Durante más de un mes hablamos sobre lo significativo que son estas elecciones que el día de mañana asumiremos como la escogencia en una encrucijada de un camino, el cual se define el retorno al neoliberalismo donde no creo que sea necesario mencionar como un grupito de ricos se hacían más ricos, mientras los pobres representados por las grandes mayorías los convertían en mas pobres o tratar de construir un sistema que si bien en este ensayo de 16 años no es perfecto lo asiste una gran condición moral que no tiene la propuesta de la derecha, o como diría el Comandante Fidel “La globalización es una realidad objetiva, que pone de manifiesto nuestra condición de pasajeros en un mismo barco, este planeta habitado por todos. Pero en ese barco los pasajeros viajan en condiciones muy desiguales. Una exigua minoría viaja en camarotes de lujo dotados de Internet, teléfonos celulares, acceso a redes globales de comunicación; disponen de dieta alimenticia abundante y balanceada; consumen agua limpia; tienen atención médica sofisticada y acceso a la cultura. Una abrumadora y doliente mayoría viaja en condiciones que semejan las horribles travesías del comercio de esclavos entre África y América en el pasado colonial. Hacinados en bodegas insalubres, con hambre, enfermedad y desesperanza, viajan en ese barco el 85 por ciento de sus pasajeros. Es evidente que carga demasiada injusticia para mantenerse a flote, y sigue un curso tan irracional y absurdo que no puede ser capaz de arribar a puerto seguro. Este barco parece destinado a chocar con un iceberg. Si así ocurre, nos hundiremos todos.”
Sin embargo aunque sabemos la importancia de ganar la Asamblea, también es necesario ver esta victoria como el gran punto de partida para poder transformar todo lo que criticamos y más aun lo que muchas veces nos alejo del partido, de cómo carajo limpiamos la casa de los burgueses disfrazados con nuestros colores y construimos el socialismo de Chavez, sin duda alguna la crítica no vale de nada si no entendemos que la democracia participativa y protagónica es el gran llamamiento para que las bases asumamos nuestro verdadero rol “El Asumir para Transformar” y ojo hablo de fortalecer la crítica pero con acción revolucionaria.
Ahora bien no hay que ser muy letrado para saber lo que desmoralizan las corrientes dentro de la revolución, pero también es muy cierto que para desinfectar nuestras instituciones, organizaciones sociales y el mismo partido tenemos que hacerlo en revolución, porque un triunfo de la derecha sería peor el remedio que la enfermedad, quien tenga duda solo vea de que sirvió la división del peronismo en Argentina, aunque muchos teóricos revolucionarios hablaran que perdiendo también se gana o que en política se da un paso atrás para dar dos al frente ¿sería justo que luego de un triunfo de la derecha nuestros abuelos paguen con su pensión, nuestros niños con su Canaima, nuestros estudiantes universitarios tengan que pagar matricula, nuestra gente se le tenga que cobrar la consulta en los CDI, que tengamos que ser testigo de cómo la derecha así como quemo la fiscalía, UNEFA, las estaciones del Metro, Buscaracas, estén cayéndole a mandarria al cuartel de la montaña por esa absurda estrategia que nadie entendería pero que se concretaría con el divisionismo y la pasividad? Creo que no sería justo ni con nuestros abuelos, hijos, vecinos y mucho menos con Chavez.
Por ello el 6 de diciembre de 2015 se define más que una cola para comprar harina o pañales, nos juagamos el presente y el futuro y el primer “El Asumir para Transformar” está arriba y a la izquierda porque con todo y fallas es la revolución la culpable que ya no seamos invisibles, que mas de 800 mil familias sean escuálidas o Chavistas tengan un techo propio, que la hija de Maria así hable paja o no del gobierno tiene la oportunidad de estudiar en una universidad sin que le cobren por formarse, que el mismo pendejo que hoy dice que con AD vivía mejor ya no come mas perraharina y tiene 3 meses de aguinaldo.
Mañana 6 de diciembre ganamos como sea porque lo mío lo defiendo como sea.
prof. Marcel Doubront
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