Aquí en nuestro querido Mérida tambien nos cayó como un balde de agua helada las declaraciones, por demas desconsideradas e injustas, del ex-ministro de defensa Raúl Isaías Baduel, en las cuales califica como un golpe de estado la propuesta de Reforma Constitucional presentada por nuestro máximo líder, comandante Hugo Chavez Frías. En lo personal, intenté asimilar el impacto pero confieso que no pude; me dolió tanto, y me ha dolido tanto, porque siempre creí en la nobleza de las amistades, en la nobleza de los compadrazgos, en la bondad de los corazones. No logro, aún hoy, no he logrado entender por qué el antes admirado General se atrevió a traicionar de la manera mas vil la confianza de su compadre, nuestro presidente.
Caramba, compatriotas! Que gran dolor! Admiro a nuestro presidente quien dijo con gran humildad que en esta Revolución hay quienes se quedan en el camino, a orillas de el, porque no resisten los cambios; hay quienes acompañan mas tiempo y luego piden gallardamente relevo, pero no obtaculizan; y hay quienes acompañan, hacen que apoyan, y luego... un día, una mañana, o una noche, asestan la puñalada por la espalda. Créanme que no sé si comparar a Baduel con Judas Iscariote, aquel quien acompañó a Jesus por Judea y Galilea y luego reveló a los miembros del Sanedrin dónde podían capturar a Jesus fácilmente o compararlo con Benedict Arnold, aquel General (que coincidencia!) estadounidense que se pasó al lado Británico durante la guerra de independencia de los Estados Unidos. El General Arnold, al igual que el General Baduel, se había distinguido por sus muestras de coraje y de valentía en la captura del fuerte Ticanderoga en 1875. ¡Baduel traicionó a todo un pueblo!, a un pueblo que depositó sus esperanzas, sus ideales, sus sueños, sus quimeras, sus ilusiones, en dos o tres hombres, Hugo R. Chávez Frías, nuestro comandante, en Raúl Isaías baduel, el General, el hombre fuerte, el de las armas, por si acaso (solo por si acaso) y Lucas Rincón, el otro General, aquel a quien no creíamos tan fuerte pero quien ha pasado a ser el mas leal de todos.
La traición no es mas que un CRIMEN DE DESLEALTAD que en este caso se agrava por el compadrazgo que el General tiene con nuestro presidente. No quiero ni pensar que le hayan comprado por unos cuantos dólares, porque en ese caso sería un moderno Judas; ni quiero pensar que le haya presionado su esposa (como en el caso de Arnold) porque entonces diría que es un moderno Benedict Arnold; prefiero pensar que es el mas original, moderno y criollo, traicionero que un día se levantó y vió el mundo de una manera totalmente diferente, que vió al pueblo y le olió mal; que observó las injusticias y pensó que Jesus lo ha creado así; que vió a las amas de casa y pensó que para eso habían nacido para ser amas de casa; que volteó hacia el norte y soñó con ser americano y hablar Inglés. Aún pienso en las alabanzas que este señor le hacía a la idea del Socialismo Venezolano del SigloXXI y me parece que estoy bajo los efectos de una terrible pesadilla de la cual quiero despertarme ya! Los invito, camaradas a que dejemos a ese señor quieto, quietecito. La historia y los medios de comunicación se encargaran de hacerle el check-in y luego desecharlo. Adios Señor Baduel! Me duele mucho su traición, pero ADIOS!
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