Las viejas encopetadas del Este del Este, también las viejas no tan encopetadas de mi barrio, están organizadas, resteadas, arrechas, y prometieron de una vez por todas acabar con esta dictadura tremenda.
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Que suenen las Tupperware y los calderos, denle duro a esa vaina, que el Maduro y sus Ministros no puedan dormir con el estruendo de las ollas. Hagámoslo sufrir, que renuncie el Dictador.
Dictadura sangrienta esta de Venezuela, donde no podemos hacer lo que nos venga en gana, por ejemplo: la policía nos golpea, por el simple hecho de que los magullamos y los humillamos mientras reguardan las zonas donde marchamos pacíficamente.
Este Régimen vale, no nos deja ser felices… lo único que queremos es derrocar por la vía violenta a este régimen dictatorial.
Nos acusan de apátridas y fascistas sólo porque pedimos intervención extranjera, ¡ay sí! que vengan los estadounidenses y nos Gobiernen, eso sí es la máxima suma de felicidad para nosotros.
A los medios de Comunicación les rogamos que sigan mintiendo, manipulando, controlando todas nuestras acciones. Volvamos este país mierda, para que los queridos Adecos y Copeyanos –esos si brindan Guiski del bueno- vuelvan al Poder.
No queremos más Chavistas tierrúos Gobernando. Fueran el Régimen. Y que sigan sonando las Cacerolas…