Condiciones actuales de la humanidad

La ceguera biológica impide ver, la ceguera ideológica impide pensar. Octavio Paz.

Vivimos en un mundo bajo determinadas circunstancias donde el futuro es siempre incierto, el presente es lo que es y el pasado es apenas una efemérides de bronce, para un ejercicio estéril de la memoria, pues la realidad deja mucho que desear, solo un amargo sabor en la boca, y una pesada acidez en el estómago, al pensar que el tiempo transcurrido nos ata a lo que fue y no a lo que debería ser para los intereses colectivos y no de grupos, de sectores, de logias, elites, oligarquías, burgueses, corporaciones y pare de contar. Es un saldo negativo en cuanto a progreso y desarrollo de la especie humana, que como conglomerado, como masa errante, sigue un camino disperso, desarraigado, desunido, golpeado y manipulado por los pocos que han logrado mantenerse arriba, en la cúspide de una pirámide creada, que facilita el control y mantenernos en compartimientos estancos, donde lo que ofrecen son esperanzas de un cambio que nunca llegará, porque el cambio es permanente, no es que tenga que llegar algún día, es ahora o no será, no hay mañana, solo presente, aquí y ahora.

Acaso los gobiernos no se desviven por darle al pueblo lo que éste necesita, por lo menos es la prédica constante, es el discurso que se repite por parte de los líderes de la tramoya urdida en todo tiempo y momento, para que los muchos, la mayoría de la gente de a pie, tenga en qué pensar, mientras los estadistas, piensan en los planes que deben proyectar a futuro, para que las cosas sigan iguales, obedeciendo a las reglas impuestas desde el sistema que ellos no controlan, solo son parte actora de libretos previamente escritos, donde las pautas principales, lo fundamental en que el mundo no cambie para ellos sino para los demás. Esta situación actual, compleja y complicada, apenas es una pequeña muestra de lo que nos depara un destino incierto, por cuanto a que teniendo todo lo necesario para acabar con los males que aquejan a la humanidad, pareciera que los mismos están al servicio de otros actores que no somos nosotros precisamente.

Como en el caso del mito de la desaparición de la Atlántida, que alcanzó tales niveles de avance tecnológico que se hundió bajo lo más profundo del casquete polar, donde yace sepultada, porque en aras del desarrollo, del avance y del progreso, se olvidó de lo fundamental, de la naturaleza, del planeta y las especies vivas que en él medramos. Al parecer estaríamos en un momento peculiar, muy parecido a la leyenda, cuando la ciencia y la tecnología apuntan hacia las estrellas más allá de lo aparente, que es el pasado, mirar hacia el futuro. Por si todavía no nos hemos percatado, estamos inmersos en la tercera fase de las dos previas que culminaron en 1945, y tuvieron un período fluctuante de paz y reajustes económicos, sociales e ideológicos, donde se repartieron el planeta unas cuantas familias, porque no fueron los estados o las naciones, eufemismos para explicar cierta epistemología, un tal paradigma actualizado. En este momento se está decidiendo quienes viven y quienes morirán, como un sacrificio sentenciado por quienes toman las decisiones a nivel global, los que ocupan el primer círculo de poder, y controlan a través de las élites, a los funcionarios subalternos, en las instituciones de antiquísima factura, una vez que se estableció la estructura de dominación del planeta, la pretensión sobre la naturaleza, las masas y sus descendencias, en el nombre del padre, del hijo, y del espíritu santo, amén; no amen por cierto.

Será teoría de la conspiración, noticia falsa, postverdad, pero como que ya la excusa del terrorismo no causa el efecto de antes y hubo que pasar a otro argumento, a otro estadio que tuviera mayor impacto y a escala global. Recordemos a los tanques de pensamiento que por los 90 anunciaban que vendrían nuevos conflictos, pero entre culturas y entre civilizaciones; hoy estamos ante la puesta en práctica de tales dimensiones, donde el enemigo es la población mundial, y se le ataca con un arma todavía más mortífera que la que pudieran emplear los terroristas, sin que pueda detectarse a simple vista, ni enfrentarla. El coronavirus que impactó en Wuhan en octubre pasado, arroja las primeras víctimas a finales de año, al iniciarse para los chinos la movilización de miles de millones desde todo el mundo, para estar con sus familiares celebrando el nuevo año. Italia, España, Estados Unidos, Rusia, y el resto del planeta bajo pandemia, dejando descolocada a la OMS.

Las guerras tienen muchos propósitos, pero el principal es el control sobre los posibles enemigos, que se opondrán al avance de las potencias sobre los territorios vecinos o lejanos, para proveerse de las materia primas o los recursos e insumos indispensables para el desarrollo y progreso de cualquier nación, sobre manera si se trata de países bajo un sistema capitalista, que pone lo individual por encima de lo colectivo, donde los grupos controlan los centros de producción y distribución de los productos que les permiten acumular ganancias. Resultado predecible y que tendrá dramáticas consecuencias a mediano plazo, la de los pocos que son ricos, presionados por los muchos que son pobres, a quienes se les exigirá rendir cuentas por tanta explotación humana y tanta depredación de la naturaleza, con el solo hecho de acumular y negar las mínimas oportunidades de vida con lo mínimo necesario que es un derecho natural que tiene todo ser humano. Es lo que se ha negado sistemáticamente por parte de quienes han establecido el orden, en favor de sus propios intereses, esos ordenes que cada tanto, pasados algunos siglos, deben imponerse para mantener las cosas como están, y de nuevo se trata esta ves del Nuevo Orden Global.

Porque mientras las mayorías permanecemos bajo una especie de toque de queda al que llaman cuarentena, resulta que la dinámica mundial no se ha detenido, y principalmente avanzan los ejércitos en maniobras que no han sido debida y claramente informadas a la población mundial.

China sin duda será la primera potencia económica, de ahí a que controle la política comercial, y el resto de las instituciones solo son detalles. Darwin declaraba que el mundo pertenece a "los más aptos", claro que se refería a las especies vivas en su lucha natural por adaptarse a las terribles condiciones para la existencia, pero los darwinistas sociales, lo tomaron al pie de la letra y la aplicaron sobre las sociedades, donde el pez grande, se supone más voraz y necesita alimentarse como es natural, con más, lo que deja menos al resto, es lo que hacen los oligarcas, la burguesía, los funcionarios venales, pretender la vida, devorando y acumulando, para estar siempre abastecidos, con lo que han depredado el ambiente, contaminado todo lo que de naturaleza queda en el planeta; y ahora, con las posibilidades ciertas de un colapso mundial sobre la especie humana, en peligro de extinción, pues optan por reducir lo más posible la población mundial, acabando primero con los ancianos, a partir de los 65, los niños, a los que habría que alimentar más y mejor, lo que supone un mayor gasto e inversión de los estados, recursos y dinero que no irían a parar a los bancos, ni a las reservas federales, para cancelar deudas impagables.

Puede haber algo más descabellado, lo dudo, es como podemos interpretar el comportamiento de los imperialistas, los neoliberales, los fascistas de todos los tiempos históricos, donde los antagonismos están a la orden del día, y la lucha es a muerte contra los incómodos enemigos de ocasión, cada época se crean nuevos enemigos, divide y vencerás, y mantienen un flujo permanente de recursos para el sostén de las maquinarias de guerra, donde los pragmáticos por excelencia, forman un poder aparte, que impone condiciones sobre los gobernantes, y veladamente los conminan a tomar decisiones que lejos de beneficiar a los pueblos, lo hacen a favor de intereses precisos, con nombres y apellidos familiares, y corporativos. A todas estas qué hay de Gaya, de la madre tierra, de la tierra viviente como la conocen los pueblos ancestrales, la dadora de vida a todas las especies, humanas y no humanas, sin creencias previas ni intereses ocultos, sino simplemente en el conjunto de la existencia en este mundo experiencial, como lo ha sido desde que el homo sapiens diera sus primeros pasos sobre la faz de la tierra.

Este es el momento preciso, no hay otro, el del aquí y ahora, donde debe darse el cambio de conciencia en la humanidad, buscando el equilibrio entre las fuerzas que actúan sobre el planeta entero, para que la luz radiante de las estrellas permitan que continúe la purificación del planeta entero y que los seres humanos logremos encontrar nuestros senderos que nos lleven hacia nuestro interior, donde yace la verdad, porque solo si se va al encuentro de uno mismo, se podrá comprender al otro, porque no se trata de comprender nada, todo lo sabemos, venimos al mundo dotados del conocimiento necesario para el viaje por este plano de existencia, solo basta detenernos un momento y pensar, ahora que hay tiempo de sobra y lo podemos aprovechar en nosotros, en cómo han vuelto los animales a circular por sitios que antes ocupaban, y de nuevo les permite hacerlo, solo que extrañados de algún modo, por la poca presencia de humanos. Por otra parte, notamos como la naturaleza ha podido volver a respirar sin ayuda artificial, y ha salido de terapia intensiva y solo permanece en observación.

No hay nada más cierto que la incertidumbre, y nada más miserable y más soberbio que el hombre. Plinio.



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Franco Orlando


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