¿Y cual es su opinión al respecto?
Trataré de tratar con la máxima objetividad posible, ciertos aspectos que van intrínsicamente ligados al desarrollo del proceso revolucionario. Se que el punto es álgido de abordar pero considero que no puede ser puesto a un lado alegremente por una mera conveniencia o temor a darlo a conocer. No pertenezco al grupo de opinantes de conveniencia.
Se que muchos “revolucionarios” no verán con complacencia mis puntos de vista que someto a consideración de todos ustedes, ellos saben muy bien la carta que se juegan y nunca podrán aceptar una realidad tangible que los afecte. Así es y que le vamos a hacer... Cambiar la historia es muy difícil en tan poco tiempo, pero ella va a cambiar positivamente al riesgo de que nuestra revolución se caiga. Los caretas saldrán sin ellas y ya todo el mundo concientemente los conocerán y reconocerán y no tendrán nada que hacer. Al menos que se vendan como putas al mejor postor. Ya hay suficiente experiencia vivida en esa clase de postura.
Pues bien, me refiero en esta ocasión al fenómeno del culto a la personalidad, que se ha ido creando muy sutilmente a través de mensajes subliminales o no subliminales acerca de la personalidad del ciudadano presidente de la República. Todos sabemos de sus hechos e incidencias en el diseño de una nueva República soberana y revolucionaria. Nadie con una pizca de sentimiento patriota y revolucionario lo puede negar, sin embargo esto no significa que se tenga que aceptar como razonable o lógico la sobre saturación de su imagen sentimental como persona, a través de los canales televisivos o radiales que maneja el Estado. Más vale para la revolución los logros alcanzados que el sentimentalismo personal de un hombre.
Se produce un efecto contraproducente cuando se manejan con mucha frecuencia los aspectos sentimentales por encima de los logros de la revolución. No se si esto lo entienden bien o lo puede asimilar el equipo de propaganda gubernamental que tiene el presidente de la República.
El presidente debe darse cuenta de eso, es un detalle que conviene más a la oposición que al gobierno. La oposición conoce del efecto de sobresaturación que se produce en las masas, efecto que genera todo lo contrario al objetivo perseguido y esperado por el gobierno. ¿Se entiende?
Admito que pueda estar equivocado, pero no me parece. ¿Y a usted como le parece?
Entiendo y es de entender que el ciudadano presidente es el líder indiscutible de la revolución, lo cual no significa que podamos admitir algún rasgo o trazo que conlleve al culto de su personalidad. Sería un error garrafal para el proceso revolucionario y sería además admitir, que no existe la capacidad de proyectar hacia el futuro un revolucionario y nuevo liderazgo. Es preocupante.
Clarifico a todos los verdaderos revolucionarios para que no se generen dudas, que la enmienda constitucional es válida, normal y constitucional. No quiero mañana encontrarme con interpretaciones erradas o sesgadas a mis planteamientos o que pretendan atribuirme una falsa contra a la eventual candidatura del Presidente de la República en las próximas elecciones del 2012.
Sin embargo, eso no quiere decir que no exista una válida preocupación cuando no se conoce ni se vislumbre hacia el futuro, con carisma y convicción revolucionaria dentro de las filas del PSUV, un liderazgo capaz de poder asumir las serias responsabilidades que conlleva la dirección del Estado en el caso de que fuese necesario.
Entiéndase, que esto es un tema que nunca tratará la oposición porque no les conviene, para ellos es mejor que no existan nunca relevos de dirigencia dentro de la organización revolucionaria y encontrarla más bien débil e indecisa en un momento dado.
SAQUE USTED LA CUENTA si acaso le parece.
Con respecto a los medios de comunicación del Estado también tengo mis propias consideraciones, en tal sentido creo que es mucho mejor y más positivo si estos medios se ocuparan en lugar de difundir tan reiteradamente el aspecto sentimental de la persona del presidente, exponer más bien los logros de la revolución en todos sus aspectos tanto técnicos como administrativos. Tendrían también que dar a conocer la perspectiva que tienen los nuevos proyectos por realizar y además tendrían que oír mucho pero mucho más, las opiniones y criticas que el pueblo les manifiesta cuando se suscitan graves problemas por resolver.
Tengo entendido que hablamos de una democracia participativa y protagónica, y tenemos el derecho de conocer cual es opinión de nuestros dirigentes ante los problemas planteados. Creo que la época del avestruz va pasando y tenemos que ayudar a que pase definitivamente.
alexriver870@hotmail.com
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