Del enemigo que vive entre nosotros

Ahora resulta que el presidente Nicolás Maduro y su gobierno son responsables del fenómeno El Niño, como si este fuese exclusivo de Venezuela.
 
La falta de agua y sus efectos colaterales en la energía hidroeléctrica, consecuencia de la sequía originada por dicho fenómeno, amén de ser Venezuela el país con mayor consumo de tales recursos en la región, ha obligado a las autoridades competente hacer llamados a la ciudadanía a no desperdiciarlos  y, en especial, a los grandes centros comerciales para que usen sus plantas eléctricas en las horas pico.
 
Y es que según la derecha intransigente de la cual se hace eco la empresa de comunicación privada, la sequía es solo un invento del gobierno para eludir su responsabilidad sobre el particular. Sin embargo,   en el programa Cayendo y corriendo se les demostró lo contrario puesto que, dio cuenta de cómo también “El niño” ha afectado a la hermana república de Colombia, donde su río más caudaloso, El magdalena, nunca tuvo niveles tan bajos. Por supuesto que ello  ha desatado gran alarma en el presidente Santos y en sectores de la agricultura que ven en peligro sus cosechas.
 
En otras palabras, para esa gran prensa vende patria la línea a seguir impuesta por el imperio, es manipular toda información para exhibir al gobierno bolivariano como incapaz e inepto. En ese sentido se busca omitir en lo posible aquella información tendente a beneficiarle, y eso lo cumplen al pie de la letra.
 
El hecho de que más de diez millones y medio de personas se movilizaran en esta temporada vacacional por todo el país, de las cuales más de siete millones corresponden a destinos turísticos donde las playas y las festividades carnestolendas fueron sus principales atractivos y, se haya batido récord en materia de seguridad, se hayan agotado los cupos en hoteles, posadas y el transporte en general, sin que esto haya sido noticia relevante para la gran prensa privada incluyendo la audio visual, es el ejemplo más reciente de cómo, lamentablemente, el enemigo vive entre nosotros.
 
Basta sintonizar los primeros espacios matutinos de noticias en los cuales figuran anclas al estilo de Carlos Fernández en Tele ven, para quienes le emulan, no existe nada positivo en Venezuela.
 
Tan insólita circunstancia nos evoca el mal sano entusiasmo manifiesto por quienes apoyaron el golpe de estado en el que Carmona Estanga, ex presidente de Fedecamaras, se auto juramento presidente pero afortunadamente, gracias a la movilización popular y el apoyo de su Fuerza Armada, se logró restablecer el hilo constitucional, cuando su líder fundamental, Hugo Chaves Frías, retomo el poder en escasas 72 horas; suficientes para que la derecha fascista pusiera pies en polvorosa. No obstante esa tendencia de comunicadores “sociales” alinados, sigue con la cantaleta de que aquí no hay libertad de prensa.
 
No menos elocuente para darnos cuenta de la nefasta campaña mediática contra nuestras instituciones democráticas reside en que se pueden contar con los dedos de una mano, los medios impresos  que hayan abierto su primera página con una noticia positiva sobre Venezuela, siendo este el único país en el mundo cuyo gobierno dota gratuitamente de computadoras a sus estudiantes pero eso no existe para que un medio privado lo destaque, sino por lo contrario, osan acusar al gobierno bolivariano de estar mal gastando sus recursos en un área que, según su peculiar punto de vista, no es prioritaria.
 
La Asamblea Nacional que eventualmente  controla esa derecha enfermiza, además de apoyar la guerra económica declarada por EEUU contra Venezuela, en su sesión ordinaria del 11 de los corrientes, aprobó en primera discusión, un proyecto de Ley dirigido a la creación de un Bono de Alimentación y medicamentos para jubilados y pensionados; no obstante haber negado antes al gobierno nacional, créditos para este sector. (Su demagogia no tiene límites) No satisfechos con creer que así ponen al presidente en aprietos, amenazan con un acuerdo sobre “crisis humanitaria e inexistencia de seguridad alimentaria, buscando se nos invada en nombre de la libertad para salvarnos de una supuesta hambruna, mal suponiendo que si bien esa intervención yanqui les serviría para sacar a Maduro de Miraflores en el ínterin serian también víctimas de la agresión bélica gringa cuyas armas no distinguen entre venezolanos chavistas y antichavistas. A propósito la  sentencia de nuestro libertador según la cual: “nos han sometido más por la ignorancia que por la fuerza” pero es que como otrora, los verdaderos enemigos no hay que buscarlos fuera, sino que como  el judas  apóstol, son venezolanos amantes del dios dinero que por unas cuantas monedas les importa un comino vender a su propia patria.
 



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Mauro Briceño Prato


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