Esta es la verdadera guerra contra los pueblos indígenas, la misma que
ancestralmente entablaron los invasores europeos, lo que ha cambiado
es que ahora tiene disfraz de "criollo" con un ladino discurso. Sabino
no salió libre cuando le abrieron las rejas quienes cometieron el
delito de encarcelarlo, lo que realmente hicieron fue trasladar,
expandir el cerco de atropellos para postergarle el golpe final. Había
que entramparlo para verdaderamente acabarlo, así se comenzaron a
crear las condiciones que justificaran hacer "justicia" de lo que
realmente era una verdadera injusticia.
El enmascaramiento comenzó con la oferta "revolucionaria" de la demarcación de los territorios indígenas en la Sierra de Perijá sin terceros, es decir, sin ganaderos, parceleros criollos ni trasnacionales explotando carbón,luego vino el consabido retardo en la aplicación de esa oferta, los
intermediarios que hacen el trabajo sucio de obnubilar el desenlace y
la aplicación, de la hasta ahora, exitosa trampa del divide y vencerás, ya listo el escenario apareció el fin de la tenebrosa estrategia con la "legalidad" de un estado avanzando en convertir a la víctima en victimaria: acusar a Sabino de ladrón de ganado. Es decir transformarlo en un "verdadero" delincuente, en eso no faltó, el contar con una prensa cómplice. La trampa les funcionó perfecta: un delito, un "delincuente", unas "victimas", una división de los caciques. Ahora a cazar al "delincuente" Sabino Romero. Era demasiado esperar que el estado cumpliera, Sabino era una piedra en el zapato y había que acabarlo para escarmiento de todos los Sabinos y los Lusbi Portillo. Ahora la "justicia" en manos del "ejército del pueblo" encarcelará o ejecutará a Sabino, cualquiera de las dos vías de esa respuesta de un estado que desde su creación solo ha sido depredador de la justicia hacia los que solo dice defender en el discurso.
Migdalia. Maracay, lunes19/03/12
migdaliaval11@gmail.com