Ya comenzaron a salir en desbandada los vacilantes que al conocer los resultados de las parlamentarias 6D actúan como "el soldado bisoño (de Bolívar) que lo cree todo perdido, desde que es derrotado una vez".
Afortunadamente, para ese 42% de chavismo que salió a demostrar su confianza en la Revolución y sus candidatos, se cuenta con un jefe experimentado como el Presidente Maduro, quien apenas se anunciaron los resultados electorales relegitimó en su discurso a la Revolución y demostró el acierto de Chávez al elegirlo como su sucesor.
No es tiempo de llorar, dijo Maduro. Es tiempo de luchar, tiempo de batallar, ahora más que nunca, es tiempo de que el chavismo demuestre que no hay pueblo vencido, que apenas enfrentamos una circunstancia adversa pero que vendrán nuevas batallas y el chavismo está obligado a triunfar.
Habrá que corregir errores, indudablemente, habrá que rectificar fallas y desaciertos, sin duda, habrá que volver a los mejores tiempos del chavismo donde con menos recursos y con más voluntad, mística y compromiso revolucionario se lograron mejores resultados que los alcanzados este 6D.
Es claro que la derecha antipatria que hoy tiene mayoría en la Asamblea no se conformará con detentar el poder en el Parlamento, no. La derecha viene por más y no cejará en su empeño de destruir a la Revolución Bolivariana y el Legado de Chávez.
Ya los veremos quitarse lentamente las caretas, ya los verán muchos de quienes este 6D ingenuamente los votaron ponerse de espalda a sus intereses y confabularse con intereses foráneos que los acercan a sus únicas y verdaderas aspiraciones por el poder.
Vendrán tiempos de reactivación del chavismo, del chavismo más noble y más puro, del chavismo bregador que lucha hombro a hombro por preservar las conquistas que durante estos últimos 17 años Chávez comenzó a hacer posible a partir de 1998.
No compartimos la visión pesimista de quienes ven en esta derrota electoral del chavismo el 6D el camino de su perdición definitiva, vemos, por el contrario, un escenario nuevo que se abre para reactivar el sueño más genuino de una Patria libre y soberana.
Como lo dijo Chávez "¿Quién dijo que este camino iba a ser fácil?", el camino de la revolución es siempre el más difícil y el más espinoso para los pueblos que deciden transitarlo, pero es el camino y nadie ni nada librará a los pueblos de los desafíos que este supone.